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El viaje parecía más largo de lo anunciado, estuvimos atascados en una parte donde inexplicablemente había tráfico y fue en ese momento donde mi corazón casi de sale de mi pecho. Hasta ahora permanezco quieta y tensa como un muro.

Jisung parecía que no había dormido muy bien y a pesar de ser yo más baja de lo que su cabeza podías alcanzar, esta cayó apoyada en mi hombro; eso aceleró mi corazón a más no poder.

Hasta aquí me llegaba el olor fresco de su cabellera, y alejé de mis oídos todo tipo de sonido que no fuera su respiración.

Era tensiónante, jamás un chico se había dormido en mi hombro, pero a la vez sentía cierta satisfacción; dejando de lado mi nerviosismo, me gustaba tenerlo cerca.

No importaba cuanto se sacudiera el carro en ciertos trechos, Jisung no hacia seña de alejarse de su sueño.

Descaradamente y sin pensar en algún tipo de consecuencia, pasé toda mi mirada en sus facciones. Observé cada detalle con una sonrisa y estuve muy tentada a tomar su mano, pero no estaba tan loca.

Sería cruel de mi parte despertarlo, así que empecé a acostumbrarme a su cercanía. Finalmente no había porque preocuparse, él y yo somos simplemente amigos.

—¡Llegamos!.

Levanté mi cabeza de un tirón. Me había quedado dormida por tan solo unos minutos.
Al igual que yo, Jisung levantó su cabeza con una mirada de sorpresa, aquel grito había sido muy repentino y escandaloso.

—Hemos llegado —le sonreí y aclaré.

Logré percibir cierto sonrojo en sus mejillas y he de suponer que ha sido por haber caído en cuenta que estuvo durmiendo en mi hombro; simplemente actúe como si nada hubiera pasado y sonreí restándole importancia.

Salí de mi asiento y fui seguida rápidamente por él, tomamos nuestras cosas y avanzamos por el pasillo del bus y finalmente bajamos de este.

El exterior se encontraba muy soleado por el casi medio día por lo que, al salir de un espacio que estuvo un tanto más oscuro, lastimó mis ojos haciéndome cerrar estos con fuerza.

A nosotros se unió el otro grupo que venía tras nosotros en el segundo bus.

—¡Alumnos... —llamaron a través del mismo altavoz de la mañana, pero la voz era distinta—bienvenidos al campamento!

Todos aplaudieron a las emocionadas palabras el maestro.
El hombre nos dio las espaldas y haciendo un ademán con la mano nos indicó que lo siguiéramos.

Lo seguimos.

Prácticamente yo no caminaba, mi cuerpo era llevado por la multitud de alumnos que parecían no calcular su fuerza.

—Con cuidado —un mano sujetó mi brazo justo en el momento en el que iba a caer porque mi torpe pie tropezó en una pequeña piedra.

Jisung sonrió sin soltar mi brazo aún.
—No te elejes mucho de mi, ¿bien?.

Asentí sonriendo. Mis mejillas se habían ruborizado un poco debido a su cercanía, tal vez agradecía ser un poco torpe.

Me mantuve al lado de Jisung todo el camino, no quería caer y perderme mucho menos.

—¡Detenganse!
Se oyó el altavoz de nuevo con la misma voz. Todos frenaron su caminata.
Todos miraban asombrados a su alrededor, el lugar era mucho más acogedor de lo que pude pensar.
Estaba rodeado de altos árboles y mucha vegetación, parecía una pequeña vecindad con pequeñas cabañas de madera y un piso empedrado.

—En cada cabaña habrán 5 alumnos —el altavoz acaparó la atención—Quiero que todos hagan grupos de 5.

Apenas terminó el maestro sus palabras todos los alumnos empezaron a buscar a sus amigos y, tal y como se indicó, se formaban grupos conformados por 5 estudiantes.
Yo, por mi lado, que no conocía a nadie allí, me quedé estática al lado de Jisung, quien parecía tampoco conocer a muchos por allí.


ROCKROSE  ✽ Park Jisung ✽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora