La mejor amiga de Meliodas 2: La historia continúa

XV: "El amo del Sol"

Narra Jericho: 
Llevaba cargando a Ban y a Elaine en mi espalda por un buen rato, estaba cansada, pero una parte de mi no quería darse por vencida.

Jericho: Por Dios, ¡No voy a morir en un momento como este!- dije cansada- ¡Yo los protegeré!- pisé mal y tropecé, pude escuchar como Elaine se quejó por un segundo- Lo siento, ¿Estás bien?- dije preocupada hacia Elaine.

Elaine: Lo siento Jericho, te dije cosas muy crueles anteriormente- dijo ella entre lágrimas.  Me sentía agradecida por sus disculpas, pero creo que este no era un buen momento para disculparnos todos.

Jericho: ¿Por qué en te disculpas en un momento como éste?- dije un poco normal.

Todo iba bien hasta que vi que unas especies de rocas comenzaron aparecer y tuve que correr, una de esas rocas las pude evitar pero otra de ellas cayó casi enfrente de nosotros, nos habíamos salvado.

Jericho: Eso estuvo cerca- dije con ligero alivio, pero cuando menos lo esperé, esta roca se quedó quieta por un momento y después vino de regreso a nuestra dirección, sin pensarlo dos veces aventé a Ban y a Elaine para que no salieran heridos y tuve éxito en eso.  La roca estaba apunto de venir en mi dirección y empuñé mi espada para poder detener la roca pero aún así salí herida.

Ban: ¡Jericho! ¡Estas bien!- gritó un poco alarmado.

Jericho: No subestimes a alguien que se convertirá en caballero sagrado- dije con ligero orgullo dejando ver mis heridas. Estaba apunto de caer pero no me lo permití.

Ban: ¡Maldita sea!- exclamó al ver que el aún no podía moverse.

Jericho: Vámonos- dije para volver a cargar a Ban y a Elaine en mi espalda.

Ban: Es suficiente, el objetivo de esos monstruos soy yo, huye.

Jericho: Sí, eso haré, pero me llevaré a los dos conmigo.

Elaine: ¡No! ¡Huye sin nosotros!

Jericho: ¡No digan tonterías! Si ustedes dos se rinden muy fácil, yo también terminaré rindiendome.

Los dos se quedaron perplejos a lo que dije.

Elaine: Gracias- dijo con la voz un poco quebrada.

En eso una roca nos empujó para caer en un acantilado, pero Elaine lanzó un ataque para que pudiera amortiguar un poco la caída de los tres. Cuándo pisamos el suelo pudimos ver que había una cueva.

Jericho: ¡Una cueva! Vamos a escondernos ahí- dije para llevarme a los dos adentro de la cueva.

Narra Ban:

?: Tu cara me parece familiar, la conozco de algún lado- dijo una voz que podría reconocer de algún lado, pero en este momento no tenía claro- tu cara y tu extraña herida por un lado del cuello.... ¡No puede ser!

Cuando dijo eso yo abrí los ojos y no podía creer a quién tenía enfrente.

Ban: ¡No puedo creerlo! ¡Tu eres..!- dije muy sorprendido.

Jericho: Él es Ban, el símbolo del Zorro de los Ocho Pecados Capitales.

Escanor: Entonces... ¿Tú eres la caballero sagrado que lo capturó?- dijo con cierto miedo- ¡N-no me digas que viniste a capturarme a mi también!

Jericho rió por un momento.

Jericho: ¿Te pasa algo? La sanción a los Ocho Pecados Capitales ya fué disuelta.

Escanor: Entonces... ¿Ya no hay necesidad de que los Ocho Pecados Capitales se escondan?

Jericho: Exacto, ahora ellos son los héroes del país.