Eleven.

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Julia—

Estoy tirada en la cama esperando que Evan venga con la pizza que me prometió que compraría. Después de su ataque, tuvo que bajar 5 niveles y acceder a ser mi mucamo por  el resto de la noche.

Mientras estoy en la cama veo mi barriga y me arrepiento de haber pedido pizza. Tal vez yo también tenga que volver al gym. Tanto Evan como yo hemos subido kilos por estar de melosos todo el invierno comiendo.

Aún faltan dos meses para la primavera y la vuelta del verano así que sería un tiempo suficiente para volver al gym y quedar en forma.

— Ya estoy.

—Estoy en mi habitación.

Lo veo entrar con la caja de pizza, dos latas de coca y servilletas en la mano.

—El delivery su Majestad.

—Ven.—palmeo la cama a mi lado.

Él quita sus zapatillas y se sienta a mi lado. El olor a pizza inunda la habitación. Todavía hay tiempo para pensar en hacer gimnasia.

—Se ve delicioso.

—mira lo que traje.— saca del bolsillo de su campera la cámara.

—Hey, el documental.— río.

Enciende la cámara y comienza a grabar.

—Periodo de hibernación. Nuestro espécimen engulle pizza para mantener la grasa corporal en invierno.

—¿Me estás diciendo gorda?

Él ríe.— no estás para nada flaca, Cielo.

—Te tengo buenas noticias. Comenzaré el gym.

—No... me gustas así. Además te pondrás más linda y todos comenzarán a mirarte.

Río.— podríamos ir los dos al gym.

— nos hemos convertido en unas morsas.

—El periodo de hibernación pronto va a terminar, y no quiero renovar el placard porque todo me queda chico.

—Nuestro espécimen usa el pensamiento lógico para mantener la economía.

—apaga eso ya.

Toma un trozo de pizza y se lo mete a la boca.

—Para qué ir al gym si con lo que hacemos noche por medio quemamos calorías.

Me sonrojo y le golpeó levemente.

—Eso no cuenta.

El ríe y luego besa mi cuello.

La noche se pasa entre bromas y risa por parte de los dos. Luego Evan se acuesta y dormimos juntos una noche más.

***

Clarie camina mirándome atónita. Nos encaminamos a la librería por unos cuadernos nuevos para otro proyectos que se nos viene encima.

—Soy terrible dando consejos. — se toma la frente.

—Lo bueno es que ya sabe todo. Más escándalo del que hizo no puede hacer. Sólo espero que no se deje llevar por sus celos, eso sería un desastre. Acabaría con todo.

— Pobre Evan, va a tener que vender su alma al diablo para poder controlar esos celos.— ríe.

—Callate.

—Te cambio de tema unos segundos.

—Qué sucede.

—Necesito que me recomiendes un ginecólogo. Estoy con unos desarreglos hormonales terribles y el periodo viene cuando quiere, no puedo andar adivinado que día cae. Mi bolso está lleno de tampones por si las dudas.

—Bueno, al que yo voy es muy bueno. Si quieres luego te paso su tarjeta.

—Gracias, te debo una.

—¿Y hace cuanto que vienes con eso? Qué horror por favor.

—Siempre fui irregular en ese sentido, pero esta vez está demorando más de lo que debería. Me altera porque puede venir justo cuando esté en clase y después cómo hago si me mancho.

—Es la pesadilla de toda chica.

—Una vez ocurrió en el cine. Por suerte la sala oscura disimula todo.

Comienzo a reír.— pobre mi amiga.— la abrazo.— tranquila no te va a pasar nada y si pasa tienes mi número. No dudaré en llevarte un pantalón y pantys si las necesitas.

—Por eso te adoro.

***

Evan.—

—¡Te lo dije! — exclama James.— ese tipo actuaba raro.

—Lo peor de todo es que no puedo bajarle esa sonrisa de un puñetazo porque Julia me manda al demonio.

Él  de sorprende.— Bueno, no te vendría mal controlar un poco esos celos, amigo.

—No es tan malo.

Él me mira con una ceja arqueada.

—No me mires así.— reclamo.

—Evan, tus celos son muy especiales. — deja la lata en la mesa.— puedes terminar lastimado a Julia.

—Eso no, sería incapaz de hacer eso. No soy de ese tipo y lo sabes.— lo apunto con el dedo indice.

—No estoy diciendo que vayas a hacerle algo a ella. Podrías decir algo que termine hiriéndola.— levanta sus manos.— estaría bueno que vayas aprendiendo a manejar esos celos.

—¿Qué harías tú si a Clarie le sale un ex novio que la quiere conquistar de vuelta y, encima de todo eso, sabe que tiene novio y que ese novio eres tú?

—Ya sé, no estás en un lugar fácil.— sonríe. — pero... cuentas con una enorme ventaja: Julia te ama a ti, pase lo que pase no te va a dejar.

Me quedo unos minutos en silencio pensando en sus palabras.

—¿Me puedes ayudar a controlar mis celos?

—Para eso están los amigos.— levanta su lata en el aire y yo choco la mía haciendo un brindis.

—Gracias bro, te debo una muy grande.

***
En la noche invito a Julia a cenar. Abrieron un nuevo bar de comida japonesa, todo el mundo habla grandezas así que nos da curiosidad por probar la comida de ese lugar.

—Que linda que estas hoy, Cielo.

—Gracias.— sus comisuras se elevan en una sonrisa.— tú también estas guapo.

—Siempre estoy guapo.— le saco la lengua y ella rueda sus ojos.

—Evan, he estado pensando en serio eso de ir al Gym. Nos la pasamos comiendo.

Yo río, de verdad se ve preocupada. En la mañana la pillé  tocándose la panza frente al espejo.

—Tienes razón Cielo, tú nos has engordado.

—¿Yo?— chilla.

—Si, porque vives cocinando cosas ricas.

El mesero viene y nos deja el menú. No nos demoramos mucho en hacer nuestra orden así que la charla continua.

— Podemos empezar el Lunes.

—Hmmmn si, podría ser.

— Aunque a mi parecer te ves hermosa así como eres.— me inclino en la mesa y apoyo mi mentón en una de mis manos.

Ella sonríe y se acerca a dejar un beso pero después del beso su expresión cambia. Está viendo algo más allá de mí, así que me doy vuelta a ver qué es lo que pasa.






Regresaras a mis Brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora