Allí está el grandísimo idiota entrando justo al mismo bar en el que estamos Julia y Yo, acompañado de unos amigos.
Él dirige su mirada hacia nosotros y levanta la mano en forma de saludo. Yo hago lo mismo y muestro una resplandeciente sonrisa.
—Evan, vamos a otro lugar.—Julia toca mi mano.
Me giro a verla, está realmente preocupada.
Aquí es donde pongo en práctica los consejos de James.
—¿Qué? No. Tranquila Julia, no va a pasar nada.—acaricio su mano.
—Evan, de verdad, no quiero que se arruine nuestra noche.
—No se va a arruinar, no tiene por qué arruinarse nada. Vamos a comer y vamos a hacer de cuenta que no está, pagamos y luego nos vamos a casa y listo.
Ella me mira a los ojos aún preocupada y luego sonríe.
—Gracias, sé que es difícil para ti.
—Si es por ti, nada es difícil.—me inclino y la beso.
***
Paseamos un rato más por la ciudad. Julia se la pasa hablando de una serie que encontró. No es popular entonces le entusiasma hablar sobre ella porque dice que no está arruinada por la moda. Yo sólo la escucho hablar y por ahí me río de como cuenta las cosas.
Luego volvemos a mi apartamento. Esta noche le toca quedarse conmigo en mi casa.
Ya le he estado insinuando mis intenciones con un par de bromas y como ya me conoce sabe como manejarlas. Ella también está con intenciones. Me abraza, me besa el cuello.
Creo que seguir el consejo de James ha funcionado. Julia se quedó más tranquila, yo no me sentí tenso durante la cena, la pasamos mejor de lo que creía. Ignorarlo fue una de las claves que James me había dado para no dar rienda suelta a mis estúpidos celos y había funcionado bastante bien. Tan bien que Julia estaba contenta y estaba con ganas de...
—Me sorprendiste esta noche—dice colgandose de mi cuello al entrar al apartamento.
—Lo sé. Soy una caja de sorpresas cuando quiero.
—¿Qué otra sorpresa descubriré ahora?—pregunta sobre mis labios.
—Hmmm... No sé, ¿Quieres investigar a ver qué encuentras?
Julia.—
El ambiente está que arde.
De verdad que las actitudes de Evan me sorprendieron, tanto que me dan ganas de besarle toda la noche por hacer eso por mi.
—¿Puedo?—pregunto más sugerente.
— Claro que puedes.
Nuestra aventura comienza y terminamos en su cama a medio vestir. Él dejando besos por mi cuello y yo mordiendo su oreja.
Las cosas continúan su curso, pero sin la ropa. Estamos entregados en el remolino de lujuria y placer cuando mi celular suena.
Evan deja de besarme y mira el celular que ha quedado en el piso.
—Ni lo pienses. No voy a atender.—giro su cara y lo vuelvo a besar mientras me muevo arriba de él.
Él continúa con las caricias y movimientos pero luego para otra vez.
—¿Es él verdad?— pregunta un poco agitado.
—No lo sé, puede que sí.
—Debería atenderle y poner en altavoz mientras tú gimes, así se da cuenta de que la estas pasando bien conmigo ¿No?
Siento mi cara arder y no es por estar haciendo el amor con él. Luego suelto una sonora carcajada y él también me acompaña con su risa.
—Ni se te ocurra.—lo apunto con el dedo.—lo único que voy a hacer es...
Me levanto para tomar el celular.
—Apagarlo.
Vuelvo a la cama. Él vuelve a los besos y retomamos sin ningún tipo de problema lo que estábamos haciendo. Nada ni nadie nos va a arruinar la noche.
***
A la mañana siguiente me despierto con sus brazos rodeándome la cintura. Duerme pesadamente. Aún tenemos tiempo para ir a la UCLA. Acaricio suavemente su cabello. Él comienza removerse y se esconde más en mi cuello.
—Evan...
—¿Hmm?— balbucea en mi cuello.
—Es hora de que nos levantemos.
—Un rato más. Suspira y me aprieta más contra él.
Me quedo un rato más acariciando su pelo y luego él se remueve bajo las sábanas y me besa la mejilla.
—¿Hay tiempo todavía?—Pregunta somnoliento.
—Hay tiempo para bañarnos y desayunar tranquilos.
Bosteza. Vuelve a esconderse en mi cuello. Siento sus manos traviesas por todos lados.—aún no quiero salir de la cama.
Comienzo a reír.— tenemos que ir. Anda. Demasiada acción la de anoche.
—Me levanto si prometes bañarte conmigo.
—Me baño contigo sólo si prometes SÓLO bañarnos.
—Ay que aburrida, Cielo.— se queja.
Yo río y el se levanta a buscar unos boxer.
—Te espero en la ducha.
***
Entro a la UCLA en camino a la fotocopiadora. Encontré un par de libros que me harán falta pero sólo en unas páginas. Por suerte no hay mucha gente así que me atienden rápido.
Clarie aún no ha venido. Tampoco me ha respondido los mensajes que le mandé esta mañana. Se ha quedado un poco preocupada por el tema de la otra vez. A lo mejor se ha ido al médico y por eso no atiende y no ha llegado.
Me tomo el tiempo suficiente para acomodar todo en su lugar y cuando me giro.
—Hola Reina.—su sonrisa blanca adorna su rostro.
Trato de no sobresaltarme.
—Qué quieres?
—Nada, sólo quería saber si me podrías ayudar a conseguir un dj para la fiesta de Ethan. Será este sábado.
—Le di a Susan tú número, puedes arreglarte con ella.
—Si, hicimos casi todo. Lo único que me falta es el dj y me dijo que tú hermano es muy bueno...
—Sí, ella también tiene su número, pideselo a ella.
—Ya lo hice, lo perdió, así que por eso estoy aquí. En realidad te llamé anoche pero...
—Estaba con Evan.
—Uy por favor, y yo interrumpiendo, perdóname.—sonríe.
Yo también sonrío.—no interrumpiste nada, no te preocupes. Te paso luego el número de Patrick.
—Sabes como soy Julia, no me voy a rendir.
—No seas testarudo. No te amo, no siento nada por ti. Estoy con Evan, nada me hará cambiar de opinión.
—Ya lo veremos.—me guiña un ojo y lanza un beso al aire.—pasame el numero luego ¿Si?
Lo veo irse caminado como si nada hubiera pasado y yo maldigo la hora en la que decidí darle una pizca de atención.
ESTÁS LEYENDO
Regresaras a mis Brazos.
Roman pour AdolescentsBruno. El ex amante de Julia ha venido por ella. Todo entre Julia y Evan por fin estaba encaminado. ¿Cuántos obstáculos tuvieron que pasar para estar juntos? Pero eso no es todo ya que ninguno de los dos contaba con la aparición de Bruno Cáceres, un...