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-En que piensas? – me habló después de estar unos momentos en silencio. Esta vez le tenia detrás mio, con la cabeza apoyada en mi hombro y sus manos acariciaban mis brazos.

-En que estoy pagando justo por pecadora.

-No te entiendo.

-Edgar, crees estar enamorado de mi pero no quieres estarlo por que no quieres defraudar a otra persona que perdió la cabeza. Esa persona no está Edgar, por favor recapacita.

-No Elsbeth, por favor, no lo intentes siquiera.

-Muy bien, hagamos un trato. – asintió – yo no te exigiré nunca amor, pero nunca seremos infieles, ninguno de los dos

-Crees más en la fidelidad que en el amor?

-Si, mis padres tuvieron las dos cosas, amor y fidelidad. Si yo no tengo la misma suerte, por lo menos espero una, la fidelidad.

-Estoy de acuerdo. Acepto el trato Elsbeth

Me di la vuelta y le abracé. Intentó besarme pero estaba tan agotada que le rechacé.

-Necesito descansar, lo siento.

Me fui caminando hacia la cama, mientras iba dejando caer el vestido a mis pies. Entré entre las mantas y cerré los ojos. No podía permitir que más lagrimas salieran de mis ojos, No podía permitirme sufrir más de lo que ya lo estaba haciendo.

" Elsbeth, piensa que mañana es Noche Buena, que tienes una familia preciosa, y que tus padres están aquí apoyándote " – es lo que yo misma me decía para tranquilizarme.

Repitiéndome lo mismo una y otra vez, me quedé dormida. Desperté ya bien entrada la mañana. Edgar estaba de rodillas en el suelo, en mi lado de la cama mirándome.

-Sucede algo? – pregunté desconcertada al ver su posición

-Solo que – se quedó callado – quería agradecerte lo maravillosa que eres - y me tendió dos cajas, una muy grande y la otra mucho más pequeña y cuadrada.

-Que es esto?

-Es tu regalo de Navidad – me contestó ilusionado

-No puedo recibirlo, yo a ti no te he comprado nada, de hecho no se ni donde hacerlo

-Mi regalo eres tu, por favor ábrelo.

Dejé la pequeña caja en el otro lado de la cama y decidí abrir la primera. Dentro había un vestido azul, cuya cintura y escote se cerraban por delante con unos lazos. En la cintura llevaba otro lazo negro. Nunca había tenido un vestido tan precioso.

-Abre el otro – me dijo insistiendo

Cogí la pequeña caja de terciopelo y la abri. Dentro había un conjunto de joyas. Colgante de oro que en el centro tenía un diamante azul. Los pendientes eran largos y terminaban igual que el colgante, cada uno al final llevaba un pequeño diamante azul. La pulsera era la única que no estaba completa.

-Estos diamantes se han caído? Habrá que llevarla a arreglar - le dije mirando los huecos que había en la pulsera y en otra bolsa al lado, había pequeños diamantes, varios.

-No cariño, está bien así. Están separados por que quiero que coloquemos un diamante por cada hijo que tengamos

-Está mal, hay que llevarla a arreglar.

-No tenemos hijos Elsbeth, estás bien?

-Edgar, hay que colocar dos diamantes en la pulsera, está mal.

Se quedó sorprendido ante lo que yo le decía pero contento, muy contento.

-Gracias Elsbeth.

-Gracias a ti por este regalo. Es precioso

-Eso no es nada comparado con la alegría que me acabas de dar al reconocer a mis hijos como tuyos.

Sonreí. Le acaricié la cara mientras el sonreía y apoyaba su mejilla en la palma de mi mano para luego besarme la muñeca.

-Siento interrumpiros pero la cena está preparada – nos informó mi suegra que no sabíamos ni que había entrado.

-Como que la cena? – pregunté desorientada

-Si cariño, dormiste toda la noche y todo el día. Eso os pasa a todas las embarazadas, dormis mucho

-Y como sabes tu eso? – aunque ya sabia la respuesta

-Aguanté a dos mujeres embarazadas, tu serías la tercera

-Edgar, te importa.... – quería decirle que se calle, que esas cosas a mi no me las cuente aunque era consciente de que tiene dos hijos cada uno de una mujer distinta.

-Perdona Elsbeth, no me di cuenta.

Me ayudó a vestirme apretándome demasiado los lazos del escote, que no podía ni respirar.

-Edgar, si sigues apretando moriré asfixiada – le dije riéndome entre mi

-No quiero que todos los hombres miren a mi mujer.

-Edgar, yo lo haré.

2.Elsbeth- Saga BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora