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Connor hizo buenas migas con esos dos hombres y se fue con ellos a ver el patio y las caballerizas, yo en cambio pasé al salón donde cenamos en Navidades y recordé aquellas discusiones que mi padre y Edgar tenían, el sentado en aquella silla que acaricié. Parecia que había pasado una vida desde que en aquel sitio no había pasado nadie. Subi las escaleras y entré en mi habitación. La cuna de Victoria seguía ahí. La habitación estaba tal cual la dejamos cuando nos marchamos pensando en volver, pero esta vez volvia sin el. Acaricie las mantas de su lado de la cama.

-Te echo de menos cariño, mucho – dije en voz alta y con lagrimas en los ojos

Sali de ahí ya que estar en esa habitación me producia un dolor en el alma que no lo podría explicar con palabras. Pase a la habitación de Juan y me acorde de que no sabia nada de el, quizás la misma persona que envio las cartas aquí se las envio a Mariana.

-Señora, vamos a preparar su habitación – me dijo una doncella

-No, dormiremos aquí, preparad esta.

Ella me miro intentando recordarme que esta no era la habitación del laird pero decidió callar. Yo respetaría la memoria de mi difunto marido y no seria capaz de meter en la misma cama a otro hombre. No, Edgar seguía siendo el hombre al que amaba, al que tanto echaba de menos.

Aun asi, sin poder resistirme, fui a esa habitación y me quede durmiendo en la cama, respirando su olor, al que tanto echaba de menos.

"-Cariño, mírame – dijo Edgar apareciendo en mis sueños – gracias por volver y ocuparte de mi casa.

-Edgar, amor – le dije con lagrimas en los ojos – lo siento, lo siento, lo siento

-Ehh, no te sientas culpable por casarte, recuerda que yo mismo te lo pedi. No te sientas culpable por estar en brazos de otro hombre, sabemos el mundo en el que estamos y tu necesitas uno al lado. Uno que quiere a nuestros hijos.

-Te echo tanto de menos – el me acaricio la cara y me limpio una lagrima

-Y yo a ti amor, pero sonríe, vive, se feliz por que solo asii yo podre sonreir también. Eres fuerte y no te sientas culpable nunca por que vas a volver a amar.

-Como me puedes decir eso? Como?

-Cariño, siempre estoy a tu lado, siempre a tu derecha. Todo este tiempo no me he separado de ti ni de nuestros niños.Ama, es un buen hombre. Se feliz por que llegado el dia te vas a arrepentir.

-Pero no quiero olvidarte – le dije abrazandolo.

-No lo vas a hacer, cada vez que miras a nuestros hijos tu corazón me recuerda. Por que antes de dormirte cada noche tienes un pensamiento para mi. Por que cada vez que estás sentada en el trono sin darte cuenta miras hacia mi retrato. Por que ahora has decidido no dormir en tu cama por que no vas a permitir que ningún hombre borre los recuerdos que tienes conmigo ni la huella que yo he dejado. Por eso se que no me vas a olvidar.

-Edgar, te quiero – le dije mas tranquila pensando que todo aquello que me dijo era cierto.

-Y yo a ti amor mio, nunca lo olvides. A tu derecha siempre estoy, pero ahora debes despertar y seguir con tu vida. Se feliz, ya no solo por ti, sino por mi también. Para que yo, al verte a ti sonreir, pueda hacerlo también. Te prometo que nos volveremos a encontrar, ya sea aquí arriba u en otra vida.

-Y como lo sabré que eres tu?

-Por que cada vez que me veas tu corazón se alegrará, por que aparecerán las mariposas que tu tenias en el estomago desde que me viste el primer momento. Por que la próxima vez será nuestro final feliz, el de nuestro amor.

2.Elsbeth- Saga BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora