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Baile toda la noche con los hombres de mis padres, los demás no intervinieron y yo recordé las palabras de mi padre " gánate la confianza de sus hombres" y me acerque a Donal.

-Vez a tu señora aburrida y no la sacas a bailar Donal? – le dije bromeando

-Señora – se inclinó – muy aburrida no la veo, ha estado bailando gran parte de la noche.

-Si, pero ahora quiero que tu me saques a bailar, debo insistir?

-No señora, pero no entiendo el por que yo ¿

-Por que así, los demás me dejarán de mirar como si fuera una bruja a la que deben tenerle miedo.

-Es nuestra señora – me contestó el – le debemos sumisión y respecto.

-Si, respecto, igual que yo a vosotros, pero no me voy a comer a nadie y es lo que voy a dejar claro bailando contigo.

-Solo espero que vuestro marido – miro hacia Edgar que estaba sentado en la mesa mirando hacia donde yo me encontraba, como lo había hecho toda la noche – no me corte el cuello.

-Por que siempre habláis de cortar cuellos ¿

-Quien más ha hablado de eso señora?

-Desde que mi padre ha llegado solo le escucho decir, rayo de sol refiriéndose a mi y cada vez que habla con Edgar siempre le dice " te cortaré el cuello Hamilton " – dije imitando una voz ronca que ni por asomo se parecía a la de mi padre - por cierto Donal mi nombre es Elsbeth

-Seño.... – tras mi mirada se corrigio - Elsbeth, estoy aguantándome la risa como puedo, para no darle mas celos a su marido y a mi amigo.

-Celos? – pregunté desconcertada – los celos solo se sienten cuando amas a una persona

-Elsbeth, - el baile terminó y el mientras se inclinaba ante mi y se llevaba la mano a su boca para besarla habló – ese testarudo os quiere, pero el mismo debe descubrirlo.

-Que pena que el baile haya terminado Donal, la conversación era muy interesante – sonreí

-La podremos volver a retomar un dia de estos, cuando se pueda salir a cabalgar .

-Te tomo la palabra y gracias, parece que los Hamilton me miran de otra manera.

-El honor ha sido mio, señora y dales tiempo a que te conozcan, se sorprenderán igual que yo.

Nos miramos por ultima vez y cuando me quede sola en medio del salón, pensé en acercarme a la mesa donde Edgar estaba en silencio, pero Carlos, decidió aparecer e invitarme a bailar.

-Como te trata la vida de casada ¿

-Muy bien, tuve mucha suerte con Edgar, es un buen hombre.

-Conmigo serías mucho más feliz.

-Por que piensas que no lo soy ¿ - pregunté ya un poco enfadada por que el era un pesado que no entendía que no me gustaba y ahora parecía no entender que estaba casada, que tenia marido y una familia.

-Por que tu estás aquí bailando conmigo y tu marido mirando.

-Por un baile? Piensas que no soy feliz por que a mi marido no le gusta bailar? – hice la ultima pregunta sin saber siquiera si era verdad o mentira.

- Sabes, ahora mismo, contigo cerca de mi – me pegó más a su cuerpo y yo miré hacia Edgar que ya estaba de pie mirando lo que sucedía, igual que Donal estaba muy cerca de nosotros – podría besarte

El muy tonto hizo el amago de besarme pero antes de siquiera tocar mis labios, ya había levantado la rodilla para pegarle en sus partes y una vez que lo tenía desestabilizado, gruñendo del dolor, la daga, mi daga estaba en su cuello. Mi padre, Edgar, Donal y Efran estaban los cuatro formando un circulo a nuestro alrededor.

2.Elsbeth- Saga BethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora