Tras él asesinato de Alicia Vikander. El casi ex agente de la FBI, Michael Fassbender viaja a Berlín para encontrarse con su contacto asignado, James McAvoy.
. . .
✓No soy profesional escribiendo historias, así que comprendeme, sólo lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Disculpa, esta habitación está ocupada. —dijo la chica al ver entrar a James.
—Descuida, linda. Él viene conmigo.
—¿Si saben que es más por los dos?
—No será necesario, aunque sería algo estupendo hacer un trio, pero solo venimos a charlar contigo un rato. —respondió James acomodándose en el pequeño sillón junto con su bebida.
—¿Charlar? eso no esta en mi contrato, solo complazco a los hombres como ustedes.
—Dijiste que harías lo que sea, así que deberás de escucharnos. —respondió Fassbender.
—¿Y porqué lo haría?, tengo trabajo que hacer, cariño. Así que me vas a disculpar, pero no me quedaré aquí a escuchar tus penas.
—Sabemos quién eres... —James dejó su bebida en la pequeña mesa para después acercarse a ella.
—¿Estás tratando de intimidarme?, si haces que me despidan de éste trabajo te arrancaré las bolas con mis propias manos.
—Auch, eso debe doler. —rió— Creo que eres tu la que empieza a intimidar...—se acercó a su oído y susurró— ¿Oh no, Olivia?
—¿Que es lo que quieren? —Olivia apuntaba a McAvoy un una pequeña navaja, mientras que a Fassbender lo apuntaba con una pistola.
—Te necesitamos, un Ex-Agente de la CIA dio contigo, su nombre es Ryan Reynolds.
—Claro, el estúpido perro bocón.—susurró molesta.
James rió y Olivia bajó ambas armas.
—¿Qué es lo que necesitan?
—Tu ayuda, habrá un evento por el aniversario de las oficinas de McKellen.
—¿McKellen sigue vivo?, que gran hijo de puta, ¿y yo que tengo que ver en eso?—alzó una ceja.
—Tu conoces más que nadie perfectamente ese lugar, ¿no?
—Sí, ¿pero que tendré ha cambio, si es que decido ayudarte?—se cruzó de brazos.
—Un trabajo donde no te quites la ropa. —respondió James.
—Ni siquiera sé sus nombres ¿y quieren mi ayuda?
—Michael Fassbender.
—Y este guapo que esta frente a ti... Se llama James...McAvoy para ser exactos.
—Aún así no confío.
—Te entiendo, yo tampoco confiaría en alguien que viene a buscarte y sabe todo sobre ti. Así que solo llama a este número o ve a ese dirección si es que cambias de opinión. —ella tomó la tarjeta.
Michael salió de la habitación y James fue detrás de él.
—¿Te irás así como si nada, sin haberla convencido?
—Estoy cansado, James. Además tiene la dirección de tus oficinas.
—Eso no nos asegura nada.
—Entonces ve y convencela tú... He pensado que esto es una perdida de tiempo.
—¿Y qué es lo que piensas hacer?, ¿Regresar a los Ángeles y terminar despedido?
—Eres psíquico.
—No puedes huir tan fácilmente de esto. Él doble agente volvió.
—Solo es un rumor, no lo tomes personal.
—¿Porqué estás de mal humor?, eres un maldito loco bipolar.
—Cierra la boca y vete a follar con esas mujerzuelas que tanto te gustan. ¡Disfruta de los placeres de la vida!
Michael aventó a James, pero este lo jaló del saco, haciendo que Fassbender acorralara a McAvoy contra la pared, mientras unos hombres pasaban.
—...Soy un tarado, no debí empujarte, perdona. —dijo aún en la misma posición.
—Olvida eso, sirvió para que no nos descubrieran.
—¿Quiénes?
—Hugh Jackman y sus conejillos de indias.
—¿Siempre vienen aquí?
—Cada rato, aquí se ponen de acuerdo para su próximo ataque. —decía James mirando a Michael, mientras que él miraba en la dirección en donde Hugh había entrado.
—Como el de infiltrarse a la ceremonia de las oficinas... —volteó a ver al ojiazul.
Ambos se acercaban cada vez más a sus labios, hasta que James decidió romper el encanto.
—¿Podrías quitarte?, necesito ir al baño. —bajó la mirada, Fassbender se separó y McAvoy se fue sin decir más al igual que su compañero.