Tras él asesinato de Alicia Vikander. El casi ex agente de la FBI, Michael Fassbender viaja a Berlín para encontrarse con su contacto asignado, James McAvoy.
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✓No soy profesional escribiendo historias, así que comprendeme, sólo lo...
Torre de telecomunicaciones de Berlín. Miércoles 14 noviembre.
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Ambos vieron a Fassbender entrar a su habitación y fue cuando tuvieron la oportunidad de salir.
En cuanto Michael al entrar a la habitación vio un pequeño desastre en el librero.
—¿Qué mierda?—se acercó al librero y buscó desesperadamente los documentos— Bien hecho, James.
Salió de su habitación para bajar rápidamente al centro del hotel y encontrarse a James bajando junto con otro tipo que estaba totalmente tapado de su rostro, al parecer no se conocían, ya que el chico misterioso salió antes del hotel que McAvoy.
—Dejame ayudarte. —Michael abrió la puerta.
—Oh, Michael. —dio un sobresalto— ¿Qué haces aquí?
—¿Qué haces tú aquí?, yo me hospedo aquí, y tu tienes un departamento para ti sólo.
—Bueno, venía a buscarte, quería hablar contigo. ¿Tienes tiempo?
—Esta bien, ¿en donde quieres hablar?—le hizo una seña para que saliera primero él.
—Ven conmigo. —James se colocó sus gafas.
—¿Nos iremos en tu auto ó prefieres caminar?
—¿Porqué no tienes auto?—preguntó James al subirse al igual que Michael.
—No tengo licencia—respondió Michael y esa fue la única conversación que tuvieron hasta que llegaron al restaurante "giratorio".
—Te doy personalmente la bienvenida a la torre de telecomunicaciones de Berlín.
—¿Esto es un...?—dudó.
—Un restaurante, dejame decirte que tiene una vista a una altura de 207 metros.
—Que horror. —Michael se dirigió a una mesa del centro.
—Ven acá, en esta mesa, habrá un poco más de privacidad.
—¿Frente a una gran ventana?, ¿De verdad?—preguntó asustado.
—Sí, desde aquí podemos ver un panorama completo de la ciudad, ¿no te agrada?—se sentó.
—Digamos que no me gustan tanto las alturas. —hizo una mueca— Voy a hacerte una pregunta.
—¿Tienes hambre?—decía mirando el menú —Te recomiendo la tabla de quesos, sobre todo la sopa.
—Estoy hablándote, James. —le quitó él menú y lo aventó al suelo.
—Mira, Michael—quitó sus gafas— Si fue por lo del beso... Yo estaba ebrio.
—No hablo de eso, al menos yo no.
—Quedé como un estúpido—susurró y rió—¿Entonces de que hablas?
—Tienes algo que es mío y no me salgas con que tu no sabes nada. —lo miró fijamente.
—No, claro que no es tuyo. Sé perfectamente que Patrick te los dio. —los colocó en la mesa.
—¿Qué es lo que van ha ordenar, caballeros?—preguntó amablemente el mesero.
—Disculpe, estamos hablando de algo importante, sería muy amable de su parte si se retirara—dijo Fassbender molesto y de inmediato el mesero se retiró.
—Él solo quería tomar la orden.
—Y yo sólo quiero saber cómo es que tú sabes que Patrick me los dio.
—Tu me lo dijiste, estabas ebrio, de hecho fue ayer, también me dijiste que podía tomarlos si quería. —respondió serio, mientras que Michael seguía con el ceño fruncido.
—Esos documentos son míos, McAvoy. Independientemente si Patrick me los dio o no, ¡ya son míos!—alzó la voz.
—Esta bien, ¿eso significa que ya no pediremos la tabla de quesos ni la sopa, verdad?