Dulce Sabor a ti (Miley Cyrus & Justin Bieber) Jiley |HOT|

Capítulo 30.

No One's POV

Jeremy se desmonta rápidamente del auto, junto a Tish. Ambos tenían una expresión de angustia y preocupación. No traían maletas, pues su viaje no era de lujo, ni de negocios habían llegados para encontrarse con sus hijos. Y para contarles, especialmente a Justin una notica impactante e inesperada.

—Es que ¿como pudieron ser tan irresponsables? Creí que Justin y yo teníamos buena comunicación.

—Cálmate mi amor. Estas cosas pasan. Ya no tiene remedio.

—¿Y estos muchachos? ¿dónde se habrán metido? Ya van casi tres días que no sabemos nada de ellos, no contestan sus móviles, no nos avisan cuando es que regresan, ¡nada! —grita muy alterado.

—¡Jeremy por Dios! Estás provocando un escándalo —Jeremy se detiene y la mira seriamente.

—En este momento no me importa las miradas de personas entrometida. Lo único que me importa es el futuro de mi hijo. Está demasiado joven para esto —dice sacando su movil del bolsillo. Él le marca al teléfono de Justin pero no contestan— ¡Joder! ¿por qué diablos no contestan? —grita enfurecido, tirándo su movil.

—¿Estas loco?

—Loco me voy a poner si no doy con el irresponsable de mi hijo —Tish le toma el rostro, intentando calmarlo.

—Mi amor tienes que tranquilizarte. Justin es un hombre. Lo que esta hecho ya no puede remediarse —lo toma por la mano y ambos se dirigen hacia la recepcionista.

«—¿En qué os puedo ayudar? —pregunta una joven muy sonriente.

—¡Hola! ¿Me podrías decir el numero de cuarto que ocupa mi hija?...Miley Cyrus. —la recepcionista busca sus datos en la computadora.

«—La señorita se está hospedando en nuestro suite presidencial "Paraíso" piso 30, numero de cuarto 989.

—Gracias.

—Mi hijo Justin Bieber —pregunta Jeremy con una mirada de preocupación. Era evidente que algo le pasaba, por algo muy serio venia con tanta urgencia a buscar a su hijo.

«—El mismo que la señorita suite "Paraíso" —Tish y Jeremy se miran aturdidos pero disimularon su confusión enfrente de la recepcionista.

—Gracias! —dice con una sonrisa fingida, mientras se alejaban— ¿El mismo cuarto?

—No puede ser lo que estoy pensando.

—Hay mi amor! ¿como crees? Estoy segura que hay dos camas... digo claro....¿verdad? —pregunta algo dudosa. Jeremy se queda serio y pensativo recordando todos esos momentos sospechosos entre Miley y Justin. Esas miradas que solían darse, el día en el baño, lo cual podía casi jurar que su hijo no estaba solo.

—¡Señor! —dice Jeremy acercándose a un trabajador— disculpe pero mi esposa y yo buscamos una habitación. He oído hablar de la que se llama, "Paraíso" ¿qué le parece?

El señor sonríe.

«—Es una de diez que tenemos exclusivamente para parejas. Os prometo que os va a encantar. Tiene todas las comodidades ¿están de luna de miel? «—Jeremy se queda sin palabras— ¿señor?

Miley POV

Me encontraba empacando lo último de mis pertenencias, mientras que Justin estaba acostado sobre la cama viendo televisión. Me detuve y lo miré.

—Biebs no me estas dando buenas señales para el futuro —lo miré y sonreí.

— ¿Como dices eso? además, terminé de empacar hace horas. No es culpa mía que te hayas traído el armario entero — dice riéndose.

— Por lo menos me podrías ayudar ¿no?

— Ven acá —dice extendiéndome una mano. Sonreí sin moverme. Luego me acerco, subiéndome sobre su cuerpo de rodillas.

— ¿Que quieres Biebs?

— ¿No sabes? —pregunta con una sonrisa pícara y jalando mi cuerpo hacia el— no podemos irnos sin antes —lo interrumpí, besando sus labios sensualmente. Justin gimió y de pronto gira su cuerpo quedando sobre mí y me besa. Disfruto de la calidez de sus labios pero poco a poco, detuve los movimientos de mi boca— ¿qué tienes?

Mi expresión es una de tristeza y preocupación.

—No sé Justin imagínate cuando lleguemos... como se pondrán.

— ¿Quieres estar conmigo verdad? ¿quieres ser mi esposa? —sonreí y le dí un pequeño beso.

— Por supuesto mi amor, ni tienes que preguntármelo.

— Entonces nada más importa —lo tomo por el cuello y lo beso apasionadamente pero de repente alguien toca la puerta.

— Justin la puerta —dije entre besos.

— No —lo detuve.

— Anda mi amor yo te espero —el me sonrie y besa mis labios.

—No te me muevas —negué con la cabeza y sonreí. Justin se para y se dirige hacia la puerta.

Justin POV

«—Hola. Solo quería avisaros que el chofer se tardará un poco pero no os preocupeis.

—Tómese el tiempo necesario. No se preocupe.

«—Gracias —el hombre se retira.

—¿Que dijo? —volteé la mirada hacia ella, quedando boca abierta, pues ella se había quitado la blusa. Aunque conocía muy bien su cuerpo cada vez era igual o mas excitante que la última.

—¿Me estas provocando?

—¿Yo? —pregunta con voz de inocente, pero deslizándose el sujetador a la vez. Me quité la camiseta y la tiré, acercándome a ella. Me subí sobre sobre su cuerpo.

—¿En donde nos quedamos? —pregunté rozando mis labios suavemente contra los suyos.

—Creo que... —ella penetra mi boca con la lengua lamiendo y jugueteando con la mía al mismo tiempo, busca desesperada la hebilla de mi cinturón. Ella empieza a jadear, sintiendo un placer cuando me alejé de sus manos, para besar y saborear sus senos— Justin —gime.

Dejé sus senos y la miré a los ojos. Su expresión era letárgica, la pasión evidente en sus ojos cosa que me volvía loco de deseos. Me acerco a su rostro, para besar por ultima vez sus labios, antes de explorar la parte mas intima de ella y sin desviar la mirada, deslicé los pantalones por las piernas, separándolas al conseguir su libertad. Rozé los labios por sus muslos, hasta llegar a esa tela humedecida que era lo único que me separaba de poder tenerla completamente....Y la beso. Los jadeos de Miley se hacían mas y mas fuertes, como en una anticipación agonizante de lo que estaba por venir. Aparté la tela y le acaricié con mis dedos.

—A ver preciosa ¿vas a gritar? —Miley suelta un fuerte gemido, cerrando los ojos y echando la cabeza hacía atrás— Mmmm ¿no se te hace suficiente? —le saqué la prenda despacio, luego deslicé dos dedos dentro de ella, mientras que con el pulgar le acariciaba su perla.

—Justin —grita levemente.

—¿Más? —pregunto sin sacar los dedos. Acerqué mis labios hacia su humedecido coño y lentamente rozé mi lengua desde la entrada hasta arriba.

—¡Dios! —grita con desesperación y tomando fuerte mi cabeza.