Dulce Sabor a ti (Miley Cyrus & Justin Bieber) Jiley |HOT|

Capítulo 8.

 La mañana siguiente, recibí a mis dos mejores amigos Ryan, un amigo de la infancia y Christian.

—Oye Justin todavía no puedo creer lo de tu papá y la mamá de Miley —dice Ryan.

—No me lo recuerdes —le respondí estresado.

—¿Se casa tu papá? ¿tan pronto? —pregunta Christian.

—Pero si eso no es lo peor —interviene Ryan— te compadezco de verdad, tener que aguantar a la fastidiosa de Miley —caminamos hacia atrás dirigiéndonos a la piscina.

—Pero ella...

—¿Quién es Miley?

—Ni la quieras conocer. Te juro que con tan solo recordar todo lo que nos hizo pasar, me dan ganas de ahorcarla.

Le pones un dedo encima y creo que soy capaz de matarte.

—Ella ya no...

—¿Te acuerdas cuando cumpliste 12 años? Esa tipa es tan loca, que tiró todos los regalos a la piscina junto con todo y pastel —Christian se ríe.

—Tremenda la niña ¿no?

—¿Tremenda? Creo que el titulo de loca e histérica le queda mejor ¿verdad Justin? —yo al igual que Christian nos encontrábamos en un trance, mirando hacia la piscina — ¿Qué? ¿Qué les pasa? ¿Qué veis? —él voltea y su mandíbula cae prácticamente al piso. Miley estaba parada, con una pierna sobre el sillón, acariciándose delicadamente el bronceador. Traía puesto un diminutivo negro, tipo Brasilero, dejando al descubierto su esbelto cuerpo.

—Dios santo. ¿Quién es? —pregunta embobado.

—Una diosa —le contesta Ryan.

Reaccioné.

—¿Qué tanto miráis —pregunté molesto.

—Como que qué miramos? ¡Mírala! ¿Quién es?

Voltee la mirada nuevamente hacia ella. Es la mujer de mis sueños, la mujer de mi vida, ¡Maldita sea, mi Hermanastra!

—Es Miley.

—¿Qué? ¿Ella? Miley?

Miley nos mira y sonríe.

—Justin ¿puedes ayudarme? —pregunta alzando el frasco de bronceador.

Te lo pongo y luego te lo quito con la lengua.