Dulce Sabor a ti (Miley Cyrus & Justin Bieber) Jiley |HOT|

Capítulo 9.

 

Camino hacia el comedor cuidadosamente de no tropezar. El cuarto es iluminado únicamente por la luz de la luna. La casa estaba silenciosa todos estaban dormidos a excepción de mí. Tengo casi dos semanas que el sueño me huye. Solo podía pensar en una cosa, en ella. Su imagen, su cuerpo, su sonrisa esos labios, todo lo que tenga que ver con ella lo enloquece.

Miley parece hacer todo lo posible para tentarme, su forma de caminar, de mirar todo era una peligrosa tentación para mi. Hemos pasado las ultimas dos semanas acariciándosno y robándonos besos. Aunque el deseo no faltaba, aun no hemos consumido esa pasión que agobia nuestras almas.

Me está volviendo loco —susurro extasiado.

Cubro mi rostro con las manos y suspiro. Con tan solo pensar en ella, siento como la sangre me hervía en mi miembro. Camino hacia la cocina y abro el refrigerador, buscando con que saciar mi hambre y calmar los deseos que atormentaban mi cuerpo. Tomo un frasco de mermelada pero al cerrar la puerta me sobresalto con la figura de Miley, quien me observaba sonríendo.

—¿Tienes hambre?

—¿Qué te pasa? Casi me matas del susto —digo haciéndome el enojado. Pero mis pensamientos y humor, eran todo lo contrario, la miro de pies a cabeza. Traía un pijama bastante sexy de encaje. Era como si tuviera un plan macabro de tentarme con su vestimenta y su forma de mirar. Pero así era ella naturalmente, cosa que me enloquecía más.

—Si. ¿quieres uno? —pregunté, intentando reprimir mis deseos, agarre dos revanadas de pan.

—No gracias.

—¿Qué haces despierta a esta hora? 

Dios tengo que aguantar. ¡Maldición! Esta mujer me va a volver loco.

Nerviosamente le unté mermelada al pan.

—Estaba en el baño y escuché cuando bajaste ¿algún problema? —pregunta tomando un poco de mermelada con su dedo, solo la observaba anhelando ver cuando se lleve el dedo a la boca—mmm me encanta el sabor a fresa —y con eso dicho, se introdujo su dedo entre sus labios, pero lo hizo de una manera insinuante y sin desviar su mirada de mí.

—¿Me estas provocando? —pregunté ecercándome a ella y rozando mi miembro endurecido contra su pierna. Ella sonríe.

—Y que te lleva a esa conclución, ¿Justin? —dice separando las piernas y dejándolas separadas.

—Yo creo que sabes muy bien lo que haces —acomodé mi cuerpo entre medio de sus piernas.

—¿Ah si?

—Sí —me unté el dedo con mermelada y lo posicione en frente de sus labios. Ella me mira fijamente a los ojos y sin despejar la mirada introduce mi dedo completamente en su boca, solté un leve gemido.