Beautiful Muse © |njh|

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El camino hacia el departamento fue en completo silencio por parte de la menor, parecía tan perdida en sus pensamientos, pero eso no le impedía al artista poder admirar su belleza y sentirse tan agradecido con la vida por poder tener el honor de estar a su lado, poder ser él quien la retrate, quien la toque, quien pudiese enseñar al mundo a la diosa que había tenido el honor de pintar.

Al llegar al departamento, Leah ingresó y se deshizo de su chaqueta al igual que el artista. Caminó hacia la chimenea y la encendió para poder calentar el departamento. La joven se quedó unos segundos observando el fuego, perdida en las llamas.

Niall, por su parte, la observó con una cálida sonrisa, la joven debía estar muy cansada y él quería que se sintiese cómoda luego de un día muy productivo. Se acercó a su lado y ella lo observó, parpadeó varias veces, batiendo sus largas pestañas, concentrándose en el presente, como si volviera al mundo real. El hombre la tomó de las mejillas y la acarició con suavidad haciendo que esta cerrará sus ojos y se perdiera en la calidez de la situación.

Cuando volvió a observarlo, el hombre examinó su rostro por unos segundos, indagando en su mirada.

— ¿Te encuentras bien, Musa? —Ella asintió.

—Solo estoy algo cansada. —Habló dando un suspiro pesado. El artista asintió y dejó un pequeño beso en su frente.

— ¿Por qué no te das un baño? Yo te prepararé algo para comer. Mereces descansar, ha sido un buen día. —Ella asintió lentamente y se separó de sus brazos luego de un pequeño abrazo.

El artista la siguió con su vista hasta que esta desapareció, perdiéndose en su habitación. Vaya mujer. Pensó para sí mismo con una sonrisa en sus labios.

Leah ingreso al baño luego de haber juntado unas prendas cómodas en su habitación. Encendió el agua y comenzó a llenar la bañadera, su mirada estaba fija en el agua, pero su mente estaba perdida, divagando en el infinito de sus pensamientos.

Cuando la tina estaba lista, se deshizo de sus prendas y se hundió en el agua. Su cuerpo pareció agradecerle por un descanso placentero como aquel, aunque no todo era tan hermoso como parecía.

La joven abrió sus ojos y observo su cuerpo a través del agua cristalina perdiendo su imagen y hundiéndose en los recuerdos que la estaban torturando.

—¿Éstas lista? —ella asintió con una sonrisa y el artista tomó su mano. Ambos salieron del estudio hacia el pasillo para irse hacia el departamento de la menor luego de un intenso día de arte. —Oh, que torpe soy, olvidé mis llaves. Enseguida regreso musa.

—Aquí te espero. —Leah lo observo con una sonrisa, en verdad estaba encantada con el hombre.

—Fue un asco. —aquella voz llamo su atención y desde el pasillo observo a las secretarias hablar en la planta baja. —No entiendo como un hombre así pudiese estar follando con una morsa.

—Qué horror, de solo imaginar a ese galán con esa cosa desnuda me da cosa. —comentó horrorizada la joven morena.

—Espero que el señor Horan no quiera exponer una pintura desnuda de esa cosa, sería el fin de su carrera. —comento la rubia mientras limaba sus uñas.

—Sabes que no lo hará, tal vez solo la está follando por eso que dicen que "las gordas son mejor para el sexo". No es idiota, Lorey, el señor Horan jamás expondría un cuadro de una chica como ella, no es como Marine o las demás, ellas si son dignas de verse desnudas.

—Tienes razón, será cuestión de tiempo a que el señor Horan la aleje por completo de aquí y la devuelva al mar donde pertenece. —ambas rieron por sus agrios comentarios, sin percatar que la joven lo había oído todo.