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Meses después.

—Dra. Kim, ¿está segura?— JungKook lucía preocupado, y eso era algo extraño en él, eran pocas las veces que demostraba emociones de manera tan expresiva a alguien que no fuera Jimin.

—Ya le dije, Señor Jeon, luego de su disparo, del cual sigo diciendo que debió tener un tratamiento psicológico apto, Jimin no se vio inestable y bueno, desde que ambos se han vuelto tan abiertos el uno con el otro, esto solo ha logrado mejorar la situación de mi paciente—La mujer sonaba calmada, tratando de que sus palabras lograran hacer entender al hombre.

—Entonces... ¿No más terapias?

—No más terapias cada dos días, me parecería bien bajar esto a una semanal y eventualmente, a una cada dos semanas y así— La mujer suspira. —Señor Jeon, Jimin ha demostrado un gran avance y debo hacerle ver mi asombro, el chico realmente quiere seguir adelante con su vida.

—Pero sigue sin hablar completamente con el resto de las personas.

—Y con todas las terapias del mundo, no logrará cambiar eso de la noche a la mañana, incluso puede tardar años. Jimin ha sufrido mutismo selectivo la mayor parte de su vida y sus abusos le dejaron marcas irreparables, habrán cosas en su comportamiento que se quedarán y cosas que cambiarán con el pasar del tiempo.

JungKook miró a la mujer por unos minutos, pero a pesar de esto, ella no cedió. —Está bien— Dice rendido. —Entonces será como usted dice.

Luego de cerrar el nuevo trato que tendrían con su psicóloga, volvió a quedar solo en su oficina. Se levanta para servirse un vaso de whisky, queriendo así calmar un poco sus nervios. Mientras tomaba un sorbo de este, la puerta de su oficina fue abierta sin consulta.

—JungKookie...

El hombre sonríe al ver a su novio en la entrada de su oficina. —Ven, Minnie.

El menor no tardó en ir hacia el mayor, rodeando el cuerpo más alto con sus brazos, ocupando lugar en su pecho. —¿Por qué siempre tienes que estar bebiendo eso?— Jimin frunce el ceño, al ver el vaso en la mano del mayor.

—Porque este es mi placer culpable— Dejando el vaso de lado, pasea sus brazos por la cintura del menor, acercándolo más a él. Cierra sus ojos por unos segundos, disfrutando del abrazo. —¿Pasa algo?

—Hablé, un poco, con la Dra. Kim, y me dijo todo, me felicitó y bueno... Gracias, JungKookie.

Al escuchar aquello, JungKook no pudo evitar fruncir su ceño, sin entender mucho las palabras del más joven. —Cariño... No tienes que agradecerme nada, si estás logrando estos avances, es únicamente gracias a ti, es tu fuerza de voluntad y tus deseos de salir adelante. Si estás avanzando, no es gracias a mí, ni a nadie más, eres solamente tú.

Jeon se separó un poco, para acomodar el rostro del menor entre sus palmas, obligándolo a que lo mirara a los ojos. —No sabes lo orgulloso que estoy de ti.

Cerraron el momento con un beso tierno y casto.

Para la noche, decidieron tener una cena especial, y bueno, no es como que nunca tuvieran comidas espectaculares, pero esa noche en especial, disfrutaron de la cena, celebrando los avances que comenzaban a tener, acercándose, lentamente, a una vida un poco más normal.

Ambos sabían que nunca cumplirían con el parámetro de la sociedad, pero algo era algo, y la salud mental de ambos, era lo más importante por el momento.

Recostados en su cama, como lo habían estado haciendo todo este último tiempo, estaban abrazados, fundidos en el amor que ambos se sentían. 

—No sabes cuanto te amo— Susurra JungKook, acariciando el cabello del menor.

—Creo que nunca podré dimensionarlo del todo, pero de igual forma, creo que tú nunca podrás saber cuanto yo te amo— Dice Jimin, quien ahora, luego de todos estos meses, sonaba más confiado al decir sus sentimientos.

Sus labios se vivieron a encontrar, en un beso un tanto desesperado y necesitado, lleno de amor y dulzura. Sus belfos se movían con sincronía, pero con una torpeza provocada por la ansiedad que ambos sentían por el otro. 

JungKook sostenía a Jimin como si este, fuera la persona más preciada de toda la tierra, mientras que Jimin, se mantenía recostado con suavidad sobre el torso ajeno. Sintiendo que ahí estaba en su lugar seguro.

El beso se sentía tan bien, y era tan irreal que JungKook a veces se obligaba a parar y preguntar. —¿Estás bien?— El mayor se sentía con la necesidad de saber cuando el menor sentía que llegaba a su límite, pero aún así, Jimin con una sonrisa respondía.

—Estoy bien.

El beso comenzaba a subir cada vez más, y aún que Jeon disfrutara de ello, la pregunta volvía a brotar de su boca, de manera constante y preocupada.

—JungKook, créeme, nunca he estado tan bien en mi vida— Susurró Jimin por última vez, tomando la iniciativa de seguir con el beso.

Como siempre, nunca fueron más allá, pero ambos sabían que lo que tenían, estaba lleno de amor.

Inner Demons →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora