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Busan.

Cuatro meses después.

JungKook se estaba acomodando las colleras doradas de su camisa, mientras se miraba en el espejo, se alisó el saco de su traje evitando arrugas y sintió unas manos rodearlo desde atrás. Inevitablemente sonríe, por el espejo, pudo ver a su pareja.

—Hey...

—¿Estás listo?— Girándose, queda de frente a Jimin, quien asiente a su pregunta.

Tomados de la mano, ambos se disponen a dejar la casa, para así tener una cita nocturna.

Ambos iban a la perfección, los últimos meses habían sido de ensueño, aunque la mayor parte del día, JungKook tenía que estar afuera o en su oficina, por la tarde volvían a encontrarse. Donde de vez en cuando salían o simplemente se quedaban en casa viendo películas, jugando o perdiendo su tiempo.

Eran una pareja realmente feliz, que sanaron (y sanan) sus heridas del pasado juntos. Jimin ya no era tan receloso a estar arraigado en su cuarto, salía a merendar al extenso jardín que tenían, ayudaba en la cocina de vez en cuando y trataba de hablar con más personas. JungKook también se veía con más vida, aunque aún conservaba su aura intimidante, cualquiera que lo viera al lado de Jimin, pensaría que era otra persona.

Todos en la mansión, tanto como los guardias de seguridad y las amas de llave, estaban felices por ambos, se veían como una pareja auténtica.

Ahora, mientras esperaban llegar al restaurante donde JungKook había hecho la reserva, Jimin jugueteaba con la mano de su novio, haciendo figuras invisibles y acariciándolo.

—JungKookie.

—¿Si, bebé?— Pregunta el mayor mientras revisaba su celular con la mano contraria.

—¿Has pensado en lo que te dije?

JungKook deja lo que estaba haciendo por unos segundos, para después guardar el aparato electrónico y así prestarle toda su atención al menor. —Sí...

—¿Y qué opinas?— Jimin sonaba nervioso, lo que hizo sonreír a JungKook.

—Que tienes razón— Suspira. —En realidad, ya había pensado en ello mucho antes que me dijeras.

—¿En serio?

—Sí... Ya hablé con Moon, o sea, hace un tiempo lo hice y él está dispuesto a ayudarnos a salir de esto— Cansado de que Jimin jugara con su mano, atrapa la ajena y entrelaza sus dedos.

—JungKook, no quiero que termines todo esto si no quieres hacerlo, solo me gustaría que tus negocios sean... Legales.

Jimin hace unos días se había dado el tiempo de hablar con él y le pidió que dejara la vida que llevaba. Jimin siempre tenía miedo de que algún día Moon tocara su puerta y le dijera que JungKook había muerto en medio de un tiroteo o en un trabajo que salió mal. No quería volver a sentir, lo que sintió cuando JungKook apareció con dos balas en el pecho.

—Lo entiendo, pero Jimin, no puedo hacer eso, es salirme o salirme— JungKook suspira, si intentaba dejar los negocios, sería más fácil ser un blanco, todos lo perseguirán por saber tanta información y no descansaran hasta que estuviera muerto. Pero si desaparecía sin dejar rastro, a nadie le importaría. —Aparte, creo que he hecho suficiente dinero, como para no trabajar nunca más.

Jimin asiente. —Solo quiero,  quiero que esto suceda lo más pronto posible.

JungKook al casi poder palpar la preocupación de Jimin, llevó la mano del menor a sus labios, dejando un beso en su dorso. —Así será.

Cuando llegaron al restaurante, JungKook literalmente había reservado todo el lugar, y no le avergonzaba derrochar tanto dinero, realmente apreciaba su privacidad y sobre todo, atesoraba todos los momentos que compartía con Jimin.

—Recuerdo muy bien que hace un tiempo, me dijiste que todos mal gastan su dinero en cosas estúpidas y que también, compiten por ver quién tiene más— Jimin ríe. —Ahora no puedes decir algo así, acabas de alquilar todo un restaurante de primer nivel para nosotros dos.

—Esto es diferente, no quiero demostrar nada, solo quiero que tengamos un momento a solas, sabes que odio cuando se me acercan a hablar muchas personas.

La velada fue fantástica, y todo se debía a la bella relación que ambos llevaban. Todo era tan diferente a como era antes, ahora se amaban sin tapujos y estaban juntos sin importar nada. Y nadie podía cambiar eso.

—¿No te da nostalgia saber que vas a dejar todo esto atrás?

—Sí, empecé de abajo, hasta la última escala de esto y me gané el lugar en el que estoy, pero si lo hice, fue por necesidad— JungKook jugueteaba con su copa de vino. —Y ahora no lo necesito, y tú tampoco te mereces vivir con miedo a que me suceda algo, o peor, a que te suceda algo. Nunca me lo perdonaría.

—¿Sabes? Siempre odie el hecho, que estás aquí por mi culpa.

—No digas eso...

—Es verdad JungKook, cada acción en tu vida la has tomado gracias a mí, desde pequeños, siempre te he involucrado en cosas en las que no deberías de estar...— JungKook sabía exactamente a lo que se refería.

—Jimin, donde nacimos, donde nos criamos, nos habría llevado por el mismo en el que estoy ahora, porque no existen formas de que alguien del barrio del que éramos, pudiera surgir— JungKook lo miraba a los ojos. —Aparte, si me preguntas, si volvería a partirle la cabeza a alguien para que no te hiciera daño, con gusto lo haría. Nunca me has obligado a hacer algo que no quiero, yo quería hacerlo

Jimin ríe ante lo mal que aquello se escuchaba. —Aún así, siempre pensaré que es mi culpa.

—Nada es tu culpa, no pusiste una pistola en mi cabeza y me obligaste, todo fue decisión propia, yo quería cuidarte y protegerte— JungKook sonríe. —Jimin, he vivido toda mi vida contigo, solo porque lo he querido y me encantaría que siga siendo así. Tú y yo.

—Sabes que será así, desde que tengo uso de razón has estado en mi vida.

JungKook se relame sus labios. —Si me permites, me encantaría seguir en tu vida.

—Que tonterías hablas, por favor, JungKook, compartimos cama, es demasiado tarde para echarte de mi vida— Jimin suelta una melodiosa risa, lo que hace sonreír a JungKook.

—No, hablo en serio— Extiende sus manos sobre la mesa vacía luego de la cena, y toma las de su pareja. —Jimin... Cásate conmigo.

—... ¿Qué?

JungKook lucía visiblemente nervioso. —Eso, cásate conmigo, rayos, lo he pensado tanto y yo...— Suelta una mano para llevarla al bolsillo de su pantalón, y así sacar una cajita, donde venía un anillo. Jimin lleva sus manos a su rostro, ocultando su expresión de sorpresa, mientras veía a JungKook levantarse, arrodillarse y con sus manos temblorosas extender la sortija. —Y yo ya lo compré, no lo pensaba hacer esto hoy, pero, Dios, te amo tanto... Jimin, ¿te casarías conmigo?

Frente suyo, fue como tener al JungKook de doce años nuevamente. Se veía tan nervioso, temblando ligeramente mientras que sus ojos buscaban algún tipo de respuesta, nada seguro y queriendo en Jimin, encontrar el consuelo. Jimin río mientras las lágrimas rodaban de sus ojos.

—¡Sí! Sí, obvio que quiero casarme contigo.

JungKook exhaló todo el aire que contenía y sonrío como nunca, una sonrisa tan brillante que iluminaba todo el cuarto, se veía genuinamente feliz y eso llenaba el corazón de Jimin.

Tembloroso, colocó el anillo en el dedo de Jimin, la alianza era bellísima y también, carísima, pero eso era lo de menos en ese momento. Jimin se lanzó a los brazos de JungKook.

—Te amo tanto— Susurró JungKook en su oído.

—Eres lo mejor que me ha pasado...

Inner Demons →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora