Kiss Me All Night (BonBon x Fred)

Quiero volver a verte

Aquella noche, había dormido en el apartamento de Freddy, en el cual me había invitado a vivir con él mientras no pudiese vivir en otra parte. Claro, él me ayudaría a buscar trabajo.

El día anterior, le había contado cómo me fueron los dos años que estuve en España. Sí, "renací" en España, y gracias a un trabajo que me conseguí cantando en locales, pude salir del país para volver a Los Ángeles.

Sin duda no fue nada fácil, y muchas veces me sentía solo. Pero al final, ya estaba ahí, y eso era lo que me importaba. 

Total, que ese día pude dormir como un bebé. Estuve la mar de bien en esa cama tan cómoda que tenía Freddy. Tenía la mejor habitación de invitados del mundo. Pero una vez levantado, sin querer molestarle para que hiciese mi comida, me la hice yo solo: Un pan de barra con mantequilla por encima. Eso estaba riquísimo y me daba fuerzas.

Él ya estaba levantado cuando me vió, y yo ya acababa de comer. Me sonrió a la vez que se sentaba conmigo para hacerme compañia.

  —Buenos tardes Fred —rió. La verdad es que me había despertado tarde por el cambio de horario.

  —Hola Freddy.

  —¿Qué tal dormiste?

  —Muy bien, tienes una cama muy cómoda —sonreí.

  —Me alegro entonces —se sentó a mi lado después de coger un zumo que tenía de la nevera—. ¿Qué quieres hacer el resto que queda de día?

  —Bueno... Había pensado en ver a Bonbon. Tengo ganas de verla.

  —Eso está bien —sonrió de manera tierna—. ¿Quiéres que te acompañe, o te digo dónde vive?

Pensé por unos segundos sobre eso, pero quería ir solo para no preocuparme si Freddy estaría de aguantavelas o no.

  —No hace falta, gracias. Pasa su dirección a mi número y me las apañaré.

  —Vaale —cogió su teléfono para enviar la ubicación. Segundos después mi móvil sonó por la notificación que había llegado—. No le he dicho nada, así que la sorprenderás. 

  —Okay. Gracias Freddy, te veo por la noche o más tarde.

  —Sí claro, adiós.

Después de coger mis cosas a toda prisa y ponerme mi ropa que consideraba bastante atractiva, me fui corriendo del lugar. Puse la ubicación en Google Maps, y me posicionó en el mapa.

Estaba a treinta y muchos minutos de mi casa.

Como estaba bastante cerca, decidí comprar algo de paso. Así que primero busqué una floristería. Tardé un cuarto de hora en encontrar una, y al entrar, busqué una flor perfecta para entregar a la chica que me había estado esperando tanto.

Miré todas las flores que habían, pero ninguna me convencía. Me mordí el labio inferior, empezando a molestarme por no encontrar un regalo adecuado para ella.

  —¿Qué buscas? —me preguntaron por detrás. Me giré. Era una anciana, al parecer la dueña de la tienda.

  —Bueno... Estoy buscando una flor preciosa y especial. 

  —¿Se la vas a regalar a alguien?

  —Sí. Ehm... Bueno, quiero regalarsela a una chica por la cual he estado enamorado mucho tiempo. Quiero que le sorprenda.

  —Ya veo. Puedo hacerte un ramo que a lo mejor te gustará —no perdía nada por ver que ramo me haría.