dos de tequila, por favor

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Conduje unos 30 minutos hasta llegar a un callejón algo sucio y angosto, estacione el auto en la calle y entré hasta donde el callejón terminaba, ahí estaba yo, frente a una puerta de madera gastada dispuesta a beber de todo menos agua, antes de entrar me puse de espaldas y tome un tabaco cubano de mi chaqueta, estaba bastante concentrada en mi buen tabaco que no me di cuenta de que mi mejor amigo David se acercaba, sentí que alguien me tomo por el cuello y me ponía algo frío y de metal sobre este, un cuchillo o una navaja quiza, debo admitir que me asusté un poco hasta que en la oscuridad vi un brazo lleno de tatuajes

-Vamos David, no soy tan estúpida

Se limitó a reír

-creí que no podrías venir, dijiste que tu moto no encendía

-si bueno... ¿Recuerdas aquellas vacaciones en Florida donde creí que ya no servía y sólo le faltaba gasolina? bueno pues me volvió a pasar

-es increíble que yo sepa más de motores que tu bro

-Leah tu estudiaste ingeniaría robótica

-lo sé pero se mas que tu sobre eso

-si lo admito tu pagas la primera ronda?

-si lo admites yo pago todo

-bueno, yo David Weenchest acepto que Leah sabe más que yo

-eres un idiota, lo sabias?

-lo se

-entremos, necesito un trago urgente.

David me quitó mi tabaco y le dio una larga fumada antes de entrar, ahí estaba el cantinero de siempre, el dueño y una mesera, está chica me llamo la atención en cuanto entré por esa puerta, era castaña, alta, quizá unos dos centímetros más pequeña que yo, unas piernas bien torneadas que se notaban por el diminuto short que el dueño seguro la obligaba a usar junto con una blusa que tenía el logo del bar que a duras penas le tapaba algo, dejando ver su espalda y una pequeña parte de su abdomen claramente marcado. se acercó a Duster, el dueño y le dijo algo, este le hizo una seña de que se fuera y cuando volvía,su mirada se cruzó con la mía, tenía unos ojos de un azul oscuro que volverían loco a cualquiera, en este caso yo. el contacto se terminó tras un par de segundos y ella entró a los baños.

Esa chica, ese cabello, esos ojos, algo había en ella que me cautivaba, necesitaba saber algo sobre ella, lo que sea. me acerque a Duster e hicimos un saludo especial con las manos

-Linda chica Duster. -dije mirando hacia donde ella había entrado.

-sabes que no contrató chicas feas

-no me refiero a eso, ella es Linda, es elegante, tiene... no se, algo, las demás son sólo unas voluptuosas vulgares, ella tiene clase, es delicada y con facciones finas.

-te gusta eh?

-hay algo en ella que me cautiva.

Mira su reloj y luego a mi.

-Leah tienes aproximadamente dos minutos para salir a la puerta se servicio e invitarle un trago si es que quieres algo con ella.

-te debo una Duster- sonreír de oreja a oreja, tome mi chaqueta de la silla donde estaba sentada y me dispuse a salir. Ahí estaba ella, con unos vaqueros, una chaqueta de mezclilla, una blusa blanca ceñida a su perfecto cuerpo y los mismos tacones negros que usaba dentro del bar, simplemente perfecta. estaba recargada en la pared con su celular en la mano y la mirada fija a un lugar indefinido.

-Hola, soy Leah, perdón si te asuste

-oh tranquila, no lo hiciste, soy Jessica, pero dime Jess

-un placer Jess, espero que no te moleste-saque una caja de cigarrillos de mi chaqueta y encendí uno, luego le tendí la caja y el encendedor- gustas?

-no suelo hacerlo...

-oh ya entiendo

-pero, está noche quizá pueda hacer una excepción- tomó uno y lo encendió

-a que se debe la excepción de esta noche?- le dije sacando el humo después de una larga fumada

-he tenido una semana difícil, estoy algo cansada de trabajar para Duster, odió ese uniforme, me hace ver demasiado puta

-a mi me parecía que te veías demasiado atractiva, aunque reconozco que sí muestras mucho con eso

-mucho?

-bueno, quizá más de lo que deberías

-me agradas Leah... ¿Leah que?

-oh lo lamento, Leah Vause, un completo placer-la miré esperando quería que me dijera un poco más de ella

-Jessica, Jessica Moore

-lindo nombre, y linda chica, complemento perfecto

Soltó una risita tímida y su piel bronceada se comenzó a tornar roja en las mejillas, se veía bastante tierna.

-Gracias Leah-dijo mientras miraba al piso y acomodando uno de sus castaños mechones de cabello tras su oreja.

-bueno, se que trabajas aquí y eso pero a juzgar por tu ropa creo que ya no estás en turno, ¿que tal si nos vamos a tomar unos tragos?

-sería un completo placer, pero, y si Duster me dice algo?

-Linda, créeme que Duster no te dirá nada o se las verá conmigo, no te preocupes

Entramos al bar y todos mis amigos comenzaron a mirarnos, yo sólo salude y Jess les sonrió timida.

-buenas noches señoritas, ¿que van a tomar?

-hola Marcelo, dame un tequila para mi

-y otro para mi por favor

-serán dos de tequila, por favor Marcelo

-en seguida, algo para comer?

- gustas algo Jess? Con confianza, en serio

-bueno, y unos nachos- le dijo y el hombre fue hacia la cocina para ordenar nuestro pedido y después volver a preparas los tragos

-aquí tienen señoritas, que lo disfruten

La mire y tome la pequeña copa entre mis manos

-por ti, Jessica Moore, porque eres la chica más linda que he conocido-se sonrojó y chocó las copas para después darle un profundo trago.

-y por ti Leah Vause, por la fortuna de haberte conocido esta noche.

Nothing is easyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora