Nothing is easy

Me preocupas pequeña.

Habían pasado nueve semanas desde que Jess se había mudado a mi casa, resulta que había estudiado para ser contadora y yo necesitaba una, así que le ofrecí el empleo, al inicio realmente no queria, decía que ya había hecho mucho por ella, más sin embargo seguí insistiendo hasta que me dijo que si.

En cuanto a nosotras, cada día me gustaba mas, no se lo había dicho, pero tenía días sin poder dormir bien, pensaba en ella, en lo maravilloso que sería poder formar una vida entera a su lado. estaba en medio de una tormenta de sentimientos y lo peor es que no sabía siquiera si ella sentía lo mismo.

Era de noche y recién llegaba de una comida o más bien una borrachera por el cumpleaños de David, Jess estaba algo enferma así que la obligue a quedarse en casa y dormir, cuando llegue estaba todo apagado, debo admitir que me asuste un poco porque nunca apagábamos todas las luces, al fondo pude ver una débil luz proveniente su cuarto, comencé a caminar lentamente por el pasillo hasta llegar a la habitación, me sorprendí al verla tan enferma, estaba sudando y estaba Algo roja debido a la fiebre que tenia, asustada o más bien preocupada por ella me acerque y toqué su frente, estaba hirviendo, tome el termómetro y este marcaba 39 grados de temperatura, me alarme bastante, necesitaba un doctor urgentemente.

-Dios mío, Jess estas hirviendo, necesitas un doctor hora!

-cálmate Leah, George -nuestro chofer-ya me ha llevado, sólo tengo que guardar algo de reposo y tomar las medicinas que me han indicado, estaré bien. Creo que deberías ir a dormir, supongo que estas algo cansada-dijo con una pequeña sonrisa ladeada en sus labios tratando de tranquilizarme.

-no puedo dejarte asi, dormir puede esperar

-vamos Leah, te prometo que estaré bien, ve a descansar.

-lo lamento, pero eso no pasara esta noche

-por que no?

- porque me preocupas pequeña, no te dejare sola, al menos hasta que mejores, así que ese sillón de ahí -apunte el largo mueble blanco que estaba pegado a una de las paredes- será mi cama está noche

-de ninguna manera Leah, no permitiré eso.

Salí del cuarto a toda prisa y fui hacia el mío, me puse la pijama lo más rápido posible y me dirigí de nuevo con Jess, sin decir nada más me acomode del lado contrario al que estaba ella en la cama e hice que apoyara su cabeza en mi pecho.

-si no quieres que duerma en el sofá no me queda otra opción más que está.- la abrace y ella se acercó hacia mi oído

-me parece una magnífica opción Vause.