15· EL CHICO ROTO

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Puedo escuchar tus.. LLANTOS. Despierta de las cenizas.. LEVÁNTATE!Guarda todos tus últimos adiós... Puedo ver la SANGRE! —late night savior.











El infierno se desataba a sólo tres calles de mi casa, corriendo al punto de quemar mi aire no obtenía suficiente en cuanto cinco vehículos me rebasaron brillando con sus luces rojas y azules junto a las sirenas del camión de bomberos y una ambulancia.

No lo estaba consiguiendo, no llegaba hasta él y siempre quedaba a sus espaldas, siempre corriendo más de prisa que yo porque eres mejor.

Eres mejor que esto.

Lo eras... Toby.

Mis lágrimas se desparramaban por toda mi jodida cara, el nudo en mi garganta y estómago no se deshizo hasta llegar a lo más profundo del infierno. El calor emanaba con fuerza, las altas temperaturas de las llamas devorantes no dejaron tregua fácil a los bomberos y las expresiones de terror de los vecinos rodeaban la escena.

Mi corazón estaba a un paso de destrozarse.

Lleve ambas manos sobre mi cabeza queriendo arrancar cabellos observando aquel incendio de la casa Rogers.

—Toby... T-toby, joder... — estaba temblando de pies a cabeza, mi nariz moqueaba y mis lágrimas las saboree en la comisura de mi boca.

Saladas.

Agrias como todo esto.

Un tragó amargo que me desbocó y asfixiaba todo mi puto ser.

—Señorita retroceda, ahora. —el oficial a mi alcance intento echarme para atrás.

No tome consciencia completamente.

Reaccione a empujarlo abruptamente y correr al demonio.

—¡Oiga! ¡VUELVA, ES PELIGROSO!

—¡SEÑORITA!

—¡DETÉNGASE!

Hice caso omiso.

No podía pensar en nada más que no fuera él.

Sus ojos castaños aparecieron para anular el poco juicio que me quedaba, su sonrisa fue la que continuó con aquellas hermosas expresiones por cada cosa que a él le gustaba; los waffles de Grace, las tardes juntos haciendo tonterías, cada vez que le abrazaba o escondía en mi casa para hacer una pijamada. Las noches de películas, los partidos de Lyra, las extrañas anécdotas si tuviéramos lo que deseamos... nuestra primera noche juntos.

Por favor...

—¡¡TOBY...!! —rasguñé mis cuerdas vocales gritando desesperadamente su nombre.

Vuelve a mi.

La entrada de la casa chilló y se desgarro frente mis narices cuando estuve a punto de empujar, entonces salte al interior con el calor quemando mi piel y corrí, no pare aún con este infierno de frente.

R A G E. ticci tobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora