2· IMÁGENES BIZARRAS

833 75 5
                                    



Esto soy yo cuando no se más, respira la vida en mi. Aun te necesito. Red








No te haré nada ¿me dejas ayudarte? —pregunte por enésima vez.

Él finalmente alzo la cabeza y sus ojos dieron conmigo de golpe, algo cosquilleo mi estomago al volver a ver esos ojos marrones. Su pómulo derecho era casi ennegrecido por el moretón, al igual que en su barbilla, la herida de su labio había vuelto a abrirse y sangraba haciendo un camino por su cuello, tenía varios cortes en sus brazos y sus manos estaban horribles.

—¿Que haces aquí? —murmuro con una voz débil mirando aun lado.

Se hallaba sentado sobre un charco de sangre contra la pared del callejón.

—No seas idiota. — me puse a su nivel. — Yo debería decirte porque te dejaste golpear... otra vez.

—Da igual, no me duele.

Puse los ojos en blanco. — ¿Cara de que me viste?

—Enserio. — suspiro y se paso una mano por su cabello. Siempre era tan extraño.

—Perdón niño de hierro. —sonreí burlona, pero tan rápido como dibuje la sonrisa esta desapareció, de repente tenía su rostro a centímetros del mío.

Tenía rasgos fríos, o por lo menos para mi.

—Nunca te dijeron que no les hables a desconocidos.. — imito mi gesto y ladeo la cabeza sin alejarse.

Intentando retroceder caí sobre mi trasero hacía atrás y mi espalda choco con la pared, entonces él se aproximo aun más sin querer dejarme salida sus brazos se extendieron a mis lados. No sabia a que venía esto, de repente su actitud era diferente, más fría y sus palabras susurradas como si estuviera diciendo un secreto.

Mire directamente sus ojos, esos ojos marrones se veían más oscuros, con las pupilas dilatadas.. era extrañó.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Tome asiento al fondo de la clase, pasando desapercibida por los demás estudiantes que solo parloteaban chismes, y deje la mochila sobre el pupitre, volví a sacar mi móvil y desbloqueandolo las noticias me asaltaron, todas ajenas a lo que realmente quería saber. No tenía noticias de mis padres, pero no me preocupaba mucho, ellos eran tan idiotas como para dejarnos de lado a mi y a Mike por semanas.

Mientras, yo era acosada por todos los imbéciles de la preparatoria, me catalogaban de muchas formas, tantas que ni las recordaba o se me daba por nombrar. La verdad me resbalaba lo que pensaran de mi, aunque era bien conocida por los profesores por ser la hija de Dave y Rosalya, mis padres habían estudiado aquí y crecido aquí. Y también ganaba mi fama por malas conductas.

R A G E. ticci tobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora