22· MALDICIÓN, MALDITO

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Tu mano, mi cuchillo.
Tú corazón, mi vida.
three grace days









—Deidara.

Parpadee estupefacta y sumamente pálida, una capa de sudor frío se ceñía sobre mi. Respiraba agitada y no sabía que lo miraba hasta parpadear.

Él estaba apartado y yo en el umbral de la puerta hacia una habitación. Me veía inmóvil de perfil con los ojos muy abiertos inyectados en sangre. Un ligero crujido aterrizó al suelo y reaccione a ver cada pared de aquella sala... cubierta de hojas con garabatos y dibujos extraños.

Esas hojas se ocupaban con trazos oscuros que no supe interpretar, cada línea parecía ser el mal dibujo de un niño pequeño, algunos con palabras difusas y otros sólo eran cruces encerradas en un círculo. Mi respiración era todo lo que se podía escuchar ahora, la oscura habitación me rememoró la pesadilla antes vista.

Si es que en verdad era una puta pesadilla.

Mi propia voz se burlaba de mi y yo comencé a inspeccionar la sala en busca de algún cuerpo. Nada, no había ningún cadáver y sentía que estaba perdiendo la calma a cada maldito segundo de silencio.

Jadee intentando calmarme y revolví mi cabello hasta pasar mis manos por todo mi rostro y dejarlas caer contra mis muslos.

Necesitó que paren.

¿Cuando fue la última vez que dormí en paz?

¿Y en que jodido momento caí dormida? ¿realmente lo estuve..?

—Ya no puedo dormir. —mi voz se escuchó aguda, temblorosa y dañada como si hubiera estado gritando. Me sentía como una niña pequeña y estúpida. No podía entender porque le estaba hablando como si él pudiera ayudarme pero, él era ahora la única persona que tenía frente a mi para no sentirme sola.

La mirada de él no había cambiado del todo, me observaba como si yo fuera la que esta mal aquí y a su vez con demasiada impresión, no lo sabía. Era extraño y leer las emociones en sus ojos era un desastre. Ni siquiera había notado las hojas arrugadas que ocupaba con su mano izquierda hasta que las soltó y se dirigió lentamente hacia mi.

—¿Otro buen sueño? —preguntó parándose a centímetros de mi, no parecía ser sarcasmo pero tenía que, porque ningún puto buen sueño te deja en mi estado. Yo tarde en subir la mirada hacia la suya y me enfoqué en unas oscuras ojeras bajo sus marrones orbes. — Parecías poseída hace un momento, debió ser divertido. —agrego, todas sus palabras eran un sinfín de sentido para mi. — Ven, vuelve a la cama.

Cuando tomo mi brazo y dio un apretón para que me moviera, sentí mi cuerpo recibir un abrupto escalofrío y negué de pronto.

—¡No! —no quiero dormir, no pienso volver hacerlo y necesitó... quiero.. ¿que es lo que jodidos buscó?

Respuestas.

»—¡Qu-quiero respuestas! —exclamé pronta para no arrepentirme.

Tobias tenía un pronunciado tic en su ojo derecho desde un momento pero alzó una ceja. — Debes ir a dormir.

Me jaló rápidamente a la habitación, la iluminación nocturna por el traga luz era más intensa pero igual de apagada que en la sala.

Comencé a pelear insistente y logré apartarme de él.

R A G E. ticci tobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora