27. Yo

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Al llegar a su casa; estacionó su auto afuera de la enorme portón y suspiró. Todo había pasado tan rápido, miles de recuerdos borrosos y otros nítidos le querían hacer vomitar.

Bajó de su auto lentamente y lo cerró de igual manera. Entró por el gran portón y miró el jardín que se extendía por casi un kilómetro frente a ella. Recordó vagamente a alguien acompañándola por el sendero, sosteniendo su mano.

Caminó calmada y serena, tratando de buscar más recuerdos, donde varios chicos la ayudaban, pero sobre todo; dos. Un pelinegro y un castaño. Pero sus rostros eran borrosos y sus vices distorsionadas y lejanas.

Sin darse cuenta; había ido a parar a su patio trasero, donde una pequeña banca le llamaba. Sin pensarlo; caminó hasta ahí y se sentó para mirar hacia su hogar. Su corazón latiendo confundido.

Tomó una gran respiración y cerró los ojos. ¿Qué había pasado? Hace apenas una hora que había vivido una de las experiencias más traumantes de su vida, y ahora estaba aquí; respirando aire puro.

-¿Estás bien?- la melodiosa voz de Jaemin le hizo abrir los ojos. Los labios del mayor se curvaron en una hermosa sonrisa.

-Bien- asintió ella. Jaemin se sentó junto a ella, a contemplar el hermoso paisaje.

-Esperaba a que llegaras más temprano. Hay algo de lo que quiero hablar contigo -dijo él, su voz una octava más profunda. Anh levantó una ceja; expectante.

-Dime- susurró ella. Jaemin suspiró y la miró, sus hermosos ojos castaños le invadieron las entrañas. Dios, era perfecto.

-Hoy, en la mañana, despertaste asustada y gritando un nombre; TaeYong, si mal no recuerdo. Pues verás... -se acomodó mejor, como si aquel tema le removiera los más oscuros sentimientos. -Soñé contigo, estábamos en un parque, cerca de una preparatoria, tú parecías... Confundida, asustada, y yo trataba de relajarte, de consolarte y te confesaba algo, no recuerdo mis palabras exactas, pero algo... Raro. Que yo era tu ángel, y prácticamente te declaraba mi amor eterno, pero lo extraño es que no veo como soy- murmuró, pero se corrigió, confundido -Me refiero; físicamente, tenía ojos azules y mi cabello era casi rubio, como un castaño rubio, además de que era más bajo y joven. No entendí bien el contexto de nuestra conversación, pero parecía seria.- dio una larga respiración. -Dos segundos fueron suficientes para ver una ráfaga de aire negro junto a gritos distorsionados, como de ultra tumba, gritar ese nombre: TaeYong -revolvió un poco su cabello -Sonará tonto, pero sentí mucho miedo, como si en realidad algo malo fuera a pasar- ahora la miró, Anh parecía asustada y confundida -E irremediablemente tengo unas inmensas ganas de protegerte de todo y de todos, como si fuera una tarea divina...- susurró, mirando sus labios rosados y luego a sus ojos verdosos.

-Mi sueño no tiene nada que ver con el tuyo, pero el nombre de TaeYong rondó mi mente la mayor parte del día. -murmuró ella, mirándolo igual, a los ojos.

-¿No te has sentido vigilada? Como si te cuidaran...- dijo él, mirando hacia la gran casa ahora.

-Desde ayer, sí -contestó, dirigiendo su mirada hacia la casa igual. Ambos se quedaron en un silencio reflexivo, sus respiraciones estaban acompasadas con el movimiento suave de las hojas de los árboles.

-Esto es tan extraño... Tengo una sensación latente de haberte conocido antes- dijo él, más para sí mismo. Anh lo miró escasos segundos para después cerrar los ojos y abrirlos con un suspiro.

-Será mejor que entremos- murmuró Anh levantándose, Jaemin la observó unos segundos para levantarse igual y tomarla de la mano, deteniéndola.

-Anh...- susurró emocionado. AhnRim suspiró muy bajo, observando a Jaemin acercarse lentamente.

-¿Si?...- susurró ella igualmente. Su corazón aleteando cuando él estuvo a unos centímetros de distancia.

-¿Me dejarás cuidarte?- sus labios apenas rozándose. Sus almas gritaban en alegría, encontradas al fin, separadas por la falta de memoria.

-Yo... Yo...- tartamudeó, atontada por el aliento de Jaemin cerca de sus labios.

-¡Ustedes dos!- el grito de HaeChan los hizo dar un gran salto, separándose instantáneamente, Anh tropezando y cayendo en el suelo. -Llevo media hora buscándolos, y cuando los encuentro los veo aquí, casi besándose frente a mis narices. Son unos sucios, pervertidos -los acusó, pero no evitó a que se acercara a Anh para ayudarla a levantarse. -Te estaré vigilando- apuntó a Jaemin con su dedo, jalando a Anh a su pecho, abrazándola posesivamente.

-Pero nosotros no...- trató de explicar Jaemin, mas HaeChan ya había emprendido viaje, arrastrando a Anh. Jaemin parpadeó avergonzado, pero la sensación de roce de los labios de Anh se había sentido tan bien, dejándolo con ganas de más. Un dulce beso de Anh y él podría morir en paz.

-Anh, dulce Anh... -susurró, sintiendo su corazón correr desbocado. Sonrió emocionado y trotó hasta la casa.

Ninguno contaba con que una presencia maligna había visto todo, con la ira adornando sus ojos.

Pobres mortales, no sabían en lo que se habían metido.










En mi defensa; estuve ocupada con los trámites para entrar a la Universidad y salvando mi semestre.

Ahora estoy más desahogada.

Gracias por leer y por la espera ✏💕

Ghost [NCTall]© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora