Lágrimas de un rubio

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Dejé caer mi patineta al piso y huí del lugar. No creía lo que mis ojos estaban viendo. Sentí el dolor en mi pecho, la presión en mi cuerpo, el frio en mis manos.

Craig me gritó y fue tras de mí, pero no hice caso a sus palabras. Realmente ya no quería nada de nadie, solamente quería acabar de una vez este dolor que tanto me lastimaba. Así, huí de todo y de todos, dejé atras todo lo que alguna ve mz fue importante, mi corazón estaba destrozado.

Kyle tomó la peor desicion. Finalmente volvió con la perra de Bebe, ignoró mi recomendación. Se dejó cegar de lo que una vez sintió, para darle gusto a una manipuladora engreida y sin moral.

Y yo, como un imbécil, me quedé esperando una y otra vez que él entendiera que yo sentía algo más que un simple aprecio de amigos por él, pero no lo hizo, peor aún, ni siquiera hizo el esfuerzo de realmente aceptarme como un amigo, no solo como un compañero de clase más. Pero esta es la maldita realidad, no un cuento de hadas, era mi vida frustrada y trágica. No iba a ser como yo quería.

Huí a las vías del tren, tendría almenos algo que seguir por última vez. Empecé a caminarlas sin rumbo definido, siguiendo los rieles de estas hasta encontrar un lugar donde darle el adiós a este mundo.

Al cabo de aproximados 40 minutos llegué a un puente sobre un río que se había sido cubierto por las frías nevadas de invierno, era un buen lugar para desahogar mis tristezas.

Estaba sólo. Nadie pasaba por aquel tramo perdido entre las afueras de South Park, y la naturaleza que lo había cubierto de altos pinos y grandes extensiones de nieve.

Una vez allí sólo lloré, lloré como jamás lo había hecho. Desahogué todo lo que me guardaba en mi corazón hasta que hacerlo perdiera totalmente el sentido, hasta que mis pulmones no tuvieran aliento y mis lágrimas se agotaran. Fue un gran respiro, uno que me ayudó bastante. Solo así me desprendería finalmente de aquello que lastimaba mi débil corazón.

Pasado un poco de tiempo escuché un tren acercándose. Recordé lo que alguna vez me dijo Damien: reviviré, solo si no se trata de suicidio o muerte natural. Y como ya no tenía por que luchar, era hora de acabar, no solo con mí sufrimiento, sino también con este ciclo de resurrecciones dolorosas.

No soportaría más este ciclo tortuoso al que había sido condenado.No soportaría que aquella persona que amé, jamás me comprendiera. Y tampoco podría soportar el sentimiento de vivir sin algun motivo o meta.

Empecé a caminar de vuelta a South Park, por las mismas vías del tren, esperando a que este acabara conmigo de la forma mas rápida e intempestiva posible. Había sellado ya mi destino.

En dicho trayecto empecé a escuchar cómo la locomotora se acercaba más y más, estaba cerca, y con ella, mi destino se aproximaba.

Llegué de vuelta a un bosque algo oculto por los arboles y la nieve, el cual había caminado antes. De ahí a South Park solo serían cerca de 40 minutos de camino.

Escuché una voz, la cual no pude reconocer muy bien, me gritaba algo, pero no era de mi interés escucharla. Mi mente solo tenía en cuenta el sonido de mis botas haciendo presión en la madera de los rieles, y el sonido metálico de las ruedas de tren acercándose a mí.

Me detuve en un tramo. Cerré mis ojos y recordé todo. Mi final estaba ahí.

Karen, Kevin, Cartman, Stan, Craig. Kyle... Todos ellos, a pesar de cualquier cosa, formaron gran parte de mi vida, muy breve de hecho. Pude recordar mucho acerca de todos: los abrazos con Karen, las peleas con Kevin. Los insultos con Cartman. El odio-aprecio con Stan. Mi obsesión con Kyle, al que nunca pude dejar de amar...

-¡Kenny! ¡Quitate de ahí, imbécil!

Y mi amistad con... Craig.

La locomotora pasó, lo último que escuché fue su pasar por los rieles y su claxon que daba advertencia a cualquier cosa en su camino. Lentamente este sonido se fue atenuando hasta desaparecer por completo. Sentí denuevo el frio en mi cuerpo, y un gran peso sobre este. ¿Todo había acabado? ¿No volvería a la vida después de esto? Era exactamente la misma sensación de siempre, al momento de dejar este mundo.

Pero no era así.

Sentí el calor humano nuevamente. Sentí algo distinto a la muerte, era alguien conocido. Sentí...

Un puño en mi rostro me hizo abrir los ojos y ver la realidad del asunto. Sobre mi pecho estaba él, Craig Tucker. Mirándome con total enojo, lágrimas en sus ojos y su puño apretado frente a mi rostro.

El frio no era de la muerte ni de la sangre dejando de fluir, era de la nieve que estaba al borde de las vías. El peso no era la sensación de dejar mi cuerpo físico, era el peso de Craig, quien había caido sobre mí. No había muerto, estaba vivo. Más vivo que nunca.

-¿¡Pensabas matarte por esa maldita idiotez!? -Me gritó con un mirada fulminante- ¿Así vas a cumplir tus metas? ¡Reacciona McCormick! Deja de hacer estas estupideces -Posteriormente me golpeó en el otro cachete.

-¡Tú que sabes de esto! -Le dije con las pocas energías que me quedaban- ¡Tú no entiendes como se siente estar en mi posición!... ¿¡TAN SIQUIERA LO HAS CONSIDERADO!? -Levanté mi mano izquierda y lo golpeé en su pecho, haciendolo quitarse de encima mío.

Empecé a destruirme nuevamente por dentro, pero esta vez no solo por Kyle, sino también por mi vida, mis condiciones, mi familia.

-Tu familia es jodidamente perfecta, tienes un padre y una madre que te aman. Tienes una hermana que vive en una casa totalmente equipada donde jamás va a faltar algo. ¿Crees que entiendes lo que es vivir en la miseria? ¿Sabes tan siquiera la mierda que se siente llegar exhausto a tu casa y no encontrar ni una miserable migaja de pan? ¿Sabes lo que se siente tener que ver como tu hermana crece en una familia donde sus padres se insultan y su hermano se rebusca trabajo en talleres para traerle de comer? ¿Sabes al menos lo que se siente tener que llevar toda la mierda encima, cargarla, y a pesar de eso, sonreir y darle lo mejor de tí a todos? No creas que sabes como me siento Craig, porque en este maldito momento no quiero morir por el puto beso del pelirrojo y la puta. Eso fue un detonante. Quiero morir para dejar de aguantar esta vida de mierda -Estallé en llanto y caí al suelo- No soporto más esto, Craig. No soporto ver que todos en la escuela viven de maravilla y tienen todo, mientras mi familia tiene que matarse la espalda por un pedazo de pan o el dinero suficiente para pagar la cuenta de la electricidad. No quiero vivir esto más, entiendelo.

Craig se quedó mirandome con una expresión que no era de odio ni de tristeza, solo transmitía incógnita. Se acercó a mí, mientras lloraba sobre la nieve. Sentí el calor de cuerpo sobre mí, me estaba, ¿abrazando?

-No puedo entenderte -Dijo con la voz cortada y la respiración acelerada- tampoco se que se siente vivir como vives. Pero sé algo -Se aferró mas fuerte a mí- No quiero perderte...

No quise responder a sus palabras. Simplemente correspondi a su abrazo. Necesitaba de eso, sentir el calor humano una vez más, sentirme querido.

A ambos nos dió igual si nevaba o si la brisa nos estaba congelando las narices. No queriamos saber nada de nadie. El mundo nos valía mierda en ese instante.

Solo contaba con alguien ahora, y ese alguien era Craig, mi mejor amigo Craig Tucker...

-Kenny... No vuelvas a darme un susto de mierda así denuevo. Si lo haces -Puse su puño suavemente en mi rostro- te golpeare denuevo.

Final InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora