Hoy era el cuarto día que no hablaba con mi madre, no había salido de mi cuarto cuando ellos estaban en la casa. Miriam un par dejaba comida para mi en la nevera por lo que si quería alfo tenia que esperar hasta la noche para hacerlo. Ambas estábamos enojadas y nos conozco ninguna cederíamos primero. Tiro mi celular al costado de mi cama, mi estomago crujía de hambre. Mi humor era pésimo porque no podía dormir sin tener pesadillas. Había escuchado que la boda se haría en menos de mes, por lo que creo que mi madre esta como loca de aquí para allá. También se suma la mudanza y por lo que Miriam me a contado la casa es un completo desastre.
Me encontraba leyendo after cuando dos golpes en mi puerta me interrumpieron.
- Soy yo - escucho esa voz ronca la cual últimamente me hace volver loca
- No voy a sa...
- Bell aquí no hay nadie más que yo. Sal de una jodida vez.
Abro la puerta en un segundo y me encuentro con él imbécil de frente apoyado en la pared.
- Jeha - digo abrazándolo - No imaginas el hambre que tenia. Gracias, gracias, gracias - lo suelto y bajo corriendo hacia la cocina esquivando una que otra caja que estaba en mi camino . Mi rostro se ilumino al ver que el desayuno estaba preparado. Me senté muy feliz a comerlo.
Jeha me mira sin alejar su mirada ni un segundo. Sentía que algo había cambiado en mi. Antes lo habría confrontado para que dejara de hacer pero ahora, ahora solo me pone nerviosa. Satisfecha levanto mi trasero de la silla y llevo los platos hacia la bacha, después los lavaría.
- Ponte un abrigo, acompáñame.
Sin protestar o decir alguna palabra solo asiento y tomo mi abrigo del armario. Me lo coloco antes de abrir la puerta. Salgo hacia fuera un un viento demasiado frio choca con mi cuerpo que estaba caliente. Camino apurada hacia el auto del idiota, abro la puerta y prendo la calefacción.
Mi relación con Jeha había mejorado, el sentimiento de odio de ambas partes seguía estando pero solo nos dimos un descanso de las peleas e insultos. Al fin y al cabo, viviríamos juntos hasta tener nuestras propias casas.
Por el rabillo de mi ojo lo observaba, era demasiado guapo cuando conducía, cada tanto pasaba su lengua por su labios y su mandíbula se marcaba cuando miraba a los lados. Sus manos me gustaban mucho más, las venas sobresalían y eso lo hacia mucho mas sexy.
- Llegamos.
Estaba tan concentrada en él que no me percaté hacia donde me llevaba. Estábamos frente de la mansión de los Park, estábamos en su casa pero ¿Qué hacíamos aquí?
Saca la llave de su bolsillo delantero, la introdece a la puerta para abrirla.
Solo al entrar te das cuenta lo fria que es por dentro. Y ahora entiendo lo que Jeha habia dicho "esa casa no parece un hogar" me daba demasiada tristeza ver que una casa que vale demasiado no tenga calor y aunque lo tuviera, estaria fria porque no hay amor alli dentro.
- Vas a ayudarme a empacar mis cosas.
Lo segui hasta la planta de arriba, llegamos hacia la cuarta puerta y entramos.
Su habitación es incluso más grande que el comedor de mi casa y eso que es demasiado grande. En el medio habia una cama matrimonial demasiado linda con unas cobijas color azul marino, al lado dos mesas e luz color negras. Tenia un baño privado y que hablar de su vestidor. El mio quedaba demasiado pequeño si lo comparabas con este. Quede fascinada, todo estaba en su lugar, no habia polvo por ningun lado. Sus zapatos y tennis estaban acomodados en un estante cada uno. A la izquierda tenia un eorme espejo de cuerpo completo, al lado de este muchos de sus smokings estaban colgados, podia jugar que habian como cincuenta de estos. Arriba tenia varias gavetas y por los costados habían otros más.
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DEJARLO TODO POR AMOR 📝[RE-ESCRIBIENDO]
Teen Fiction#95 Hermanastros #70 Hermanastro ▪QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDO COPIAR O REDACTAR ESTA HISTORIA. SI VEO QUE ALGUIEN LO HACE TOMARÉ MEDIDAS SOBRE ESTO.