Capitulo 8

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- Créeme que me queje con él por haber hecho eso. No era un horario para que su hijo anduviera solo por ahí, mucho menos en el estado en el que estaba.

  Enfrenté a mi madre cuando llegó de viaje, no aprobaba la actitud que tuvo su novio con uno de sus hijos. 

 - Pero Kendall dijo que intentaba darle una lección. Que debía dejar de gastar tanto en alcohol y poder controlarse para poder dejar por lo menos para un taxi. - hablaba mientras acomodaba la mercadería que trajo de pasada del market. - Al final son sus hijos Bella, no puedo meterme en la manera que él decida educar a sus hijos.  Así, como yo no dejare que nadie se meta en la manera que yo te educo a ti. 

  En parte los tres tenían razón. Mi madre no podía meterse tanto en ese asunto por lo que prefirió no opinar tanto del tema. Kendall quería que su hijo se diera cuenta de que estaba haciendo las cosas mal por comportarse de esa manera y... Jeha, su padre no podía hacerle lo que hizo cuando el no estaba en buen estado. 

 Desperté por el hermoso sonido de mi alarma, noten el sarcasmo. 

Otra vez debía ir al instituto. Hoy exactamente se cumplía un mes y medio desde que mi madre me presento a su novio, Kendall Park. 

 Desde que sabemos, mejor dicho, sé de su relación. Kendall venia casi todos los días a casa, ya sea a cenar o almorzar. No se quedaba a dormir pero sus hijos en casa sí.

 Jeha era el que prácticamente ya se había mudado a la habitación de huéspedes. Él decía que esta casa si parecía un hogar y por eso le gustaba quedarse aquí, no me acostumbraba aún a verlo acostado en el sillón viendo películas todas las noches o verlo sentado en la isla comiendo el desayuno que hacia mamá antes que fuéramos a nuestras clases. 

 Si, íbamos juntos. En el mismo auto. Todos los alumnos habían comenzado a hablar que ambos estábamos en una relación a espaldas de Lucia y que por eso llegábamos mucho antes que ella así no nos vieran. Otros decían que se daba tiempo para andar con ambas y que ninguna de las dos tenia ningún problema. Gracias a Dios solo faltaba una semana para para que comiencen las vacaciones de invierno y él frio comenzaba a sentirse cada vez más y más. 

Coloco una bufanda negra en mi cuello, me veo al espejo y salgo de mi habitación. 

- Buenos días. - saludo a los seres humanos que ya se encontraban desayunando. 

Mi madre me da una taza de chocolate caliente con unos riquísimos panqueques con crema. 

- Hoy iremos a cenar a un lugar, los cinco. Así que... a las diez los quiero allá, les mandare la ubicación del restaurante por whatsapp. Bell, si necesitas comprarte algo, tienes tu tarjeta. 

 Cuando cumplí quince años mi padre había hecho hacer una extensión sin limites de una de sus tarjetas y me la obsequio. Solo la uso cuando es algo con demasiada urgencia o cuando olvido mi dinero y olvidar mi dinero es algo que casi nunca pasa. Quería trabajar pero mis padres se habían negado a la idea, ambos decían que aun no era el momento y que no me hacia falta porque dinero no me faltaba. Tenían razón pero ese era su dinero no mío.  

 Terminamos nuestros desayunos en silencio. Jeha toma su mochila y yo hago lo mismo.

- Nos vemos en la noche Ann, el desayuno estaba exquisito. 

 Mi madre le da un beso de despedida. Ellos se llevaban bastante bien, mamá amaba tenerlo en casa mucho más que tenerme a mí. 

 Me despido de mi madre con un pequeño beso 

 Abro la puerta del copiloto, me acomodo en el asiento y cierro el coche de un portazo. 

 Puedo sentir la mirada de Jeha en mi, pero me da igual que se haya molestado.

DEJARLO TODO POR AMOR 📝[RE-ESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora