¿Qué es el demonio si no el hijo favorito de Dios? ¿Qué sería del bien sin el mal? ¿Y de la de luz sin la oscuridad?
En coexistencia, el bien y el mal viven en cierta armonía dentro de Doyle, dentro de esos ojos que hacen cambiar a cualquiera. Para...
ESTO ES UN FLASHBACK, DE MESES ATRÁS, INCLUSO ANTES DE CONOCER A DOYLE. Y AQUÍ ESTÁ EL POR QUÉ DE EMMA Y SU RENCOR HACIA JAKE. DISFRUTEN😍
(Y UNA FOTO DE DOYLE SIN SUS ALAS)
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Estamos a mitad de clase, veo la manera en la que su cabello tiende a moverse por el viento que corre el día de hoy. Me encanta la forma que tiene de morder y jugar con el boligrafo en su boca, en estos días lo ha estado haciendo más, y lo adoro. Su sonrisa se intensifica cuando su mejor amigo le dice algo al oído, pero mira con gesto confundido hacia mí, simplemente me quedo parada, helada en mi asiento de primera fila, pero él no, él me dirige una sonrisa que hace a mis mejillas arder en la candente sangre del infierno. Mientras noto lo acelerado que está mi corazón.
Unos minutos después, el profesor nos entrega el examen de biología, sonrío, he vuelto ha sacar un bonito uno seguido por un redondo cero, uno más a la colección.
—No se como lo haces, de verdad que no. —Murmura Kate a mi lado, mientras ella contempla su nota, un seis. —Me armé a estudiar y nada, mientras tú babeas por Jake y sacas un diez. Por favor, dime que trato has hecho con el diablo.
Río por su comentario, sabiendo que tiene mucha razón. Pero siempre he tenido bastante capacidad de atención, y es irónico, porque no recuerdo casi nada de mi niñez.
—Pronto son las vacaciones de Navidad... —Suspiro, y Kate, quien perfectamente entiende mi motivo para hacerlo, me apoya acariciando mi omóplato.
—¿Cuánto hace qué...
—Cinco años, hará cinco años el 25 de Diciembre.
—Oh.
—No hace falta que estés así, no tienes por qué tener tacto, Kate. Ese hombre no nos quería, y mamá hizo lo que creyó correcto y lo echó de casa. —Me trago el nudo en mi garganta y contemplo de nuevo a Jake, quien aún sigue hablando con su mejor amigo. Un chico bastante alto y musculoso, demasiado a mí parecer.
Pasan los minutos, estamos a pocos de acabar la clase, cuando noto los dedos de una persona presionar mi hombro derecho. Me vuelvo confusa, quedándome sin respiración.
—Oh, h-hola. —Me grito mentalmente por tartamudear.
—Emma, ¿podemos hablar un minuto? —Jake sonríe de lado, haciéndome derretir en mi interior.
—Claro que puede. —Se adelanta Kate a decir, empujándome fuera de mi silla hacía él.
Ando a su lado, hasta una punta del salón. El profesor nos ha dado vía libre para hacer lo que queramos, y no se si puedo agradecer eso. Internamente estoy gritando, sudando y llorando, mientras los grandes ojos del chico por el cual estoy pérdida, me miran cin suma concentración. Odio perder coeficiente por un chico, pero que chico. UF.
—Verás, he notado que me miras mucho. —Se me congela la sangre de golpe, él sigue con su hermosa sonrisa en la cara.
Trago el segundo nudo que se instala en mi garganta.
—Oh, s-sí lo siento... Solo es que yo... —Bajo mi mirada avergonzada, pero al escuchar una pequeña risa de él, levanto la mirada confundida.
Veo como mira a ambos lados del aula, no se que comprobará, pero no, no hay nadie pretándonos atención.
—Mira, no tienes oportunidad con alguien como yo. —Lleva una mano a su pecho. —Tú estás aquí. —Señala con su mano derecha cerca del suelo. Frunzco el ceño, aún mucho más confundida. —Y yo aquí. —Sitúa su mano por encima de mi cabeza. —Además, ¿crees qué podría salir con alguien de... tu anchura? —Una sonrisa maliciosa tuerce sus labios, y yo solo pienso en el momento en el cual mi sangre comenzó a hervir.
Con rapidez y mano firme, quedo plasmada mi palma derecha en su mejilla izquierda, viendo como la zona dañada se enrojece tras mi tacto. Y con lágrimas retenidas en los ojos, y una sonrisa de dolor, torcida, y un tanto maquiavélica en mi cara, digo.
—Cerdo, capullo.
Y salgo del aula, a pesar de los gritos de Kate y las objeciones del profesor.
No quiero pensar que tengo que sentirme menor a alguien por mi peso, no me gusta, y ni me sentiré así. Sí, estos años he llenado un vacío con helado, comida basura y mala vida, pero si debo adelgazar que sea por mí. Que no crea que porque es guapo, tiene algún derecho a hablarme así, porque no, no lo tiene. Y nadie debería tenerlo.