Capitulo 22

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CHRISTOPHER.

La miré con cuidado. Estaba algo extraña. Últimamente siempre estaba extraña.

Estábamos sobre uno de las torres más altas de la cuidad, miré fijo la oscura noche, el cielo estaba distinto, inusual. Recordé su admiración por la noche, le encantaba la noche.
Como la extrañaba, como la necesitaba. Era increíble pensar que jamás sentí esto por nadie. Pero sabía que no podía estar con ella, que no debía estarlo, fue un error dejar que eso pasara, pero no me arrepiento, jamás podría arrepentirme. Todo había vuelto a ser como antes. Yo jugando con las almas del mundo, llenando de odio y maldad a las personas, fingiendo que nada me importa.

Sonreí levemente y giré sobre mi mano el pedazo de vidrio roto con el que estaba jugando. Como era de esperar me corte, solté el vidrio y miré mi palma. ¿Sangre? Nunca había sangrado al cortarme. Levanté la otra mano y con uno de mis dedos toqué la herida. Siseé ante el dolor, ¿Dolor? ¿Qué mierda está pasando?

Miré a Jazzy, ella me miraba fijo.

- ¿Qué es esto? – Pregunté mostrándole mi mano.

- Eso eres tú – Me contestó con obviedad.

- ¡No estoy para juegos, Jazzy! – Grité enojado.

Ella sabe algo y no quiere decírmelo.

El oscuro cielo relampagueó. Miré a mi alrededor y la volví a mirar a ella.

- ¿Qué quiere? – Le pregunté. No me contestó - ¡¿QUE QUIERE?!

Rápidamente me acerqué a ella, pero ni siquiera parpadeó. Me miró fijo a los ojos, traté de leer sus pensamientos. ¡Pero qué mierda hago! Ella no tiene pensamientos.

- Quiere la vida de Caitlin. – Reveló. La miré fijamente.

- ¡Maldita sea! – Dije y salí de allí.

Aparecí en su departamento. La busqué con la mirada, no estaba.
La llamé y nadie contestó, golpee fuertemente la pared, provocando que se quebrara.

¡Te lo juro barba, juro que si le hiciste algo te vas a arrepentir!

Salí en busca de Jazzy, tenía que encontrarla y si es necesario hasta amenazarla para que me dijera en donde diablos esta Caitlin. La divisé cerca de una de las camillas del hospital.

- ¿¡Dónde está!? – Le pregunté. Se giró a verme.

- Ya sabes donde esta, Chris – Me dijo sin mirarme.

- ¿Por qué la quiere? – Pregunté.

- No lo sé, solo la quiere.

- ¡Tiene que haber un maldito motivo! – Grité.

- ¿Acaso no te parece que haber estado contigo no es un motivo? – Alzó una ceja.

La miré bien.

Eso es... esto es un castigo. Un maldito castigo en contra de ella, por haberme hecho sentir eso que nunca tendría que haber sentido. Pero esto no se queda así, quiere jugar sucio, entonces vamos a jugar sucio.

- ¡¿Quieres jugar amigo!?, ¿¡Quieres?! – Pregunté mirando al cielo - ¡Entonces vamos a hacerlo, de igual a igual!

Cerré los ojos y respiré profundamente. Pronto a mis oídos comenzaron a llegar gritos de dolor, de miedo, de angustia. Él tocaba lo que a mí me importaba, yo iba a jugar con lo que a él le importaba. Abrí los ojos y miré a mi alrededor.

- ¡¿Es lo que quieres?! – Grité y reí con ganas – ¡Suelta a Caitlin y dejaré de matar a tus hombres!

Giré y lo encontré frente a mí. Hace cuanto que no bajaba aquí, hace cuanto que no se animaba a presentarse en mi reino.

- ¿Dónde está? – Le pregunté.

- ¿La quieres? – Alzó las cejas.

- No estoy de humor – Lo amenacé - ¿Escuchas a tus hombres? – pregunté y sonreí levemente - ¿Quieres verlos morir, uno por uno?

- Ellos no tienen nada que ver – Dijo lleno de calma.

Como detesto que nada le provoque culpa, que nada le de miedo, que nada lo angustie. ¡Oh, todo poderoso no tiene alma!

- Quiero que dejes a Caitlin. – Dije sin dejar de mirarlo.

- ¿Qué me das a cambio de ella? – Preguntó.

- Ya te dije que es lo que va a pasar si no me la das – Le contesté.

Sonrió levemente y palmeó unas cuantas veces. Como siempre que hacía eso, aparecimos en ese celestial lugar. El cielo. Mire a mí alrededor y allí la vi a ella, acostada sobre un extraño mueble.

- Caitlin... – La llamé y quise acercarme a ella, pero él se puso en mi camino.

- No puede escucharte, ella ahora es mía – Me dijo. Lo miré coléricamente.

- ¿Qué es lo quieres? – Le pregunté.

- Hay algo que no sabes, Christopher – Dijo y caminó hacia Caitlin.

Se acercó más a ella y con cuidado colocó su mano sobre su vientre. Lo miré extrañado. ¿Qué mierda le estaba haciendo?

- Qué es lo que estás haciendo – Cuestioné sin entender.

- Habíamos dicho que no podías hacerlo. Eso era un trato, un acuerdo, como quieras llamarlo.

- Qué pretendes, hermano – Le dije soltando una risa nerviosa – Soy el diablo.

- Christopher... – Me llamó.

- Suéltala, porque voy a destruir tu maldito mundo si no lo haces – Lo amenacé.

- Caitlin está embarazada.


Tan tan taaan...

Hello, sinceramente me duele lo que les diré, pero... Quedan tan solo dos capítulos.

Estamos a un paso del final.
Bueno, espero que les esté gustando y que les emocioné el embarazo de Caitlin 🤷❤️

Denle mucho amorsh a la historia y comenten.
Me encanta leerlas 💖

Nos leemos, hasta la próxima 💞

FIRE - Christopher Vélez -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora