Capitulo 24

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Comencé a despertar, un pequeño dolor de cabeza hizo que me mi cuerpo doliera, con cuidado me senté en la cama, miré a mi alrededor y nadie estaba allí. ¿Dónde está Chris?.

Con mucho cuidado me bajé de la cama y un terrible mareo hizo que tuviera ganas de vomitar, rápidamente corrí hacia la puerta de mi habitación y cuando la abrí me quedé quieta, él estaba ahí.

- Chris... – Susurré y mis ojos se humedecieron.

- Hola preciosa.

Sin pensarlo me acerqué a él y lo abracé con fuerza. Sentí su inmediata respuesta, que hizo que mi piel se erizara.

- ¿Dónde estabas? ¿Qué pasó? – Le pregunté mientras me alejaba de él para mirarlo.

- No pasó nada. Pero debo irme Caitlin. – Dijo sin rodeos. Lo miré aterrada.

- No, no. ¿Qué hay de mi alma? Aún no sé lo que quiero – Dije rápidamente, buscando una excusa para que no se marchara.

- Ya no quiero tu alma. Jamás podría llevarme tu alma.

- Pero hicimos un... trato – Dije con nerviosismo, mientras un escalofrío bajaba desde mi cabeza hasta la punta de mis pies.

- Ya no más preciosa, ahora yo vuelvo de donde nunca me tuve que haber ido. Ellos me esperan.

- Te amo Chris, te amo y no quiero perderte – Susurré mientras las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos.

Él se acercó a mí y tomó mi rostro con sus manos.

- Es mejor perderme que encontrarme, preciosa – Sonrió sin dejar de mirarme a los ojos.

- Bésame Christopher – Dije sin dejar de llorar.

Apenas le dije eso sentí su boca sobre la mía y la sensación más linda del mundo invadió mi cuerpo.

¿Por qué me había enamorado del diablo?, ¿Por qué encontré el amor en alguien completamente imposible? Pero este es un imposible de verdad, no como pasa en las novelas, que al final siempre terminan juntos.

Sus labios tomaban con cuidado los míos, mientras mis lágrimas mojaban nuestro beso.

No podía dejarlo, no quería dejarlo ir.

Levanté mis brazos y los coloqué detrás de su cuello, para acercarlo más a mí, despacio se alejó de mi boca.
Abrí mis ojos para míralo y él acarició mi rostro.

- Debes olvidar todo esto preciosa, solo olvidarlo –Dijo y comenzó a alejarse más de mí.

Algo tenía que hacer, él no podía irse.

- ¡Ya sé lo que quiero por mi alma! – Dije fuerte ya que él estaba casi llegando a la puerta. Se giró a verme – Quiero pasar el resto de la eternidad contigo.

Me miró con ternura, para luego sonreír levemente, yo también lo hice. Pero otra vez ese horrible mareo vino a mí, estaba vez no pude aguantarlo. Corrí al baño y me arrodillé frente al retrete, sentí como él se acercaba a mí. Cuando al fin ese horrible mareo se fué me puse de pie y lavé mi boca, tan solo me giré a verlo.

- No sé por qué, pero no dejo de marearme y vomitar –

Sus ojos cafés tomaron un particular brillo. Se acercó más a mí y colocó su mano sobre mi estómago como lo había hecho Jazzy anteriormente. Miré su mano, para luego mirarlo a los ojos.

- ¿Qué sucede? – Le pregunté.

- Caitlin, estás embarazada. – Reveló.

Por un segundo mi corazón dejó de latir. Lo miré con los ojos bastante abiertos. Él estaba bromeando conmigo.

- ¿Qué? – Dije luego de un rato.

- Vamos a ser papás, preciosa.

- Pero eso es imposible, nosotros solo estuvimos la otra noche y...

Claro que es posible, él es el diablo, lo hicimos sin protección.

Esto era increíble ¿Yo embarazada? Jamás pensé en ser mamá, y mucho menos tener un hijo del diablo, pero nada me hace más feliz que saber esto. Voy a tener un bebé, un bebé del hombre que amo.

- Por eso va a ser mejor que yo me vaya. Para que nuestro bebé no... - Tragó saliva - No sea el hijo del diablo.

- No, no, tú no vas a ningún lado. Yo ya te dije lo que quiero por mi alma, y me lo vas a dar Christopher. Más ahora que vas a ser papá.

Me miró fijo a los ojos, tratando de intimidarme como siempre lo hacía. Pero esta vez no pudo, esta vez no me intimidó.

- Te amo – Me dijo. Otra vez mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Yo también te amo – Le dije y me acerqué a besarlo de nuevo.

FIRE - Christopher Vélez -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora