Capítulo ocho

3.3K 98 6
                                    

¿Cómo ha conseguido mi número? No recuerdo habérselo dado.

—¿Eres… Marco?

—El que viste y calza —no me lo creo—. ¿Qué tal has pasado la noche?

—Bien —miento.

—¿Vas a venirte a Ibiza o qué?

—¿Con un desconocido? No lo creo —respondo, las palabras salen de mi boca sin permiso.

—Ah, eso, no te preocupes, ya te presentaré a Marcel, Mario y a su novia cuando vengas.

¿Marcel? ¿Mario? ¿Novia? No comprendo nada.

—¿Qué? —frunzo el ceño antes de seguir hablando—. Me refería a ti —le digo, recalcando la última palabra.

—¿Besas y vas a tomar helado con todos los desconocidos? Buena forma de conocer gente nueva. Creo que voy a usarla —casi puedo imaginar su sonrisa de medio lado tras el teléfono.

—¡No te besé! ¡Me besaste tú!

—Lo que sea, ¿cuándo te saco el vuelo?

—No voy a ir a ningún sitio contigo —quiero colgar, pero no puedo.

—Que no soy un desconocido —insiste—. Además, tengo tu número.

Otro misterio, este no se me escapa.

—A propósito, ¿se puede saber cómo lo has conseguido?

Se queda callado unos segundos.

—Se lo pedí a Mesut.

Mesut. Hace mucho que no hablo con él. Desde que se fue, solo nos llamamos durante un mes. Sé que le va bien en Londres con el Arsenal por las noticias, me gustaría llamarlo un día de estos.

—¿Özil? ¿Aún tiene mi número? —inquiero.

—Sí, me preguntó cómo te iba. Te manda recuerdos —agacho la mirada. Le tengo mucho cariño a Mesut, era como otro Marcelo para mí, un buen amigo—. ¿Me vas a decir cuándo te viene bien?

—¿No me vas a dejar tranquila hasta que acepte ir contigo?

—No —insiste.

Resoplo y él se ríe.

—Está bien —repaso mi horario semanal mentalmente—. El Jueves por la noche tengo que asistir a un evento del Club, y el Sábado por la mañana tengo que ir a Bilbao por un partido.

—De acuerdo, esta tarde coges un avión para Ibiza. Te envío tu billete por correo. No te preocupes, ya lo tengo.

—¡No! —abro mucho los ojos—. ¡No me da tiempo ni siquiera de hacer la maleta! Además, no puedes pagarme el billete, ya me has invit…

—A las tres en el aeropuerto para facturación y demás, no tardes o se te escapará el vuelo. ¡Hasta esta noche! —escucho la línea cortada.

Mierda, tengo que hacerme la cera, comprar bikinis y algo de ropa. No tendré tiempo ni de comer. Tampoco sé si en Ibiza ya hace calor para la playa. Decido llamar a Melissa, esto es una urgencia.

—¡Mel! ¡Ayuda!

—¿Qué ocurre? —grita alarmada.

—Ven a mi casa corriendo, y trae bikinis y vestidos o ropa mona que tengas. ¡Rápido!

—Me habías asustado, voy para allá.

Correteo por mi habitación como loca de un lado a otro. Lo primero, me afeito las piernas. No tengo tiempo de hacerme la cera. Me ducho rápido y comienzo a sacar ropa del armario. Ahora me arrepiento de no comprar más ropa de salir. Solo hay vestidos que uso en discotecas, cojo dos de ellos. No tengo ni idea de qué voy a hacer en Ibiza.

Echte Liebe (Marco Reus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora