La verdad que yace oculta

1.2K 38 5
                                    

Ezequiel empieza a hablar.

-¿Te acuerdas de tu tío abuelo Javier?

Luis asiente con la cabeza.

-¿Sabes? Toda su vida fue un hombre demasiado apático, y convivir con él no era tarea fácil. Es por eso por lo que nadie lo quiso nunca, y no pudo formar una familia. Pero era asquerosamente rico.

Luis no entendía a dónde iba a parar esa conversación, pero decide seguir escuchando sin abrir la boca.

-Tu padre y yo estuvimos cuidándolo los últimos meses. No sabes lo que tuve que aguantar, no lo soportaba, pero claro, todo tiene su recompensa, o eso pensaba.

-¿Te acercaste a él solo por su dinero?

-Por supuesto, ¿qué otro significado tiene la palabra familia?

-Eres una rata inmunda – suelta Cepeda escupiéndole al suelo.

-Toda mi vida crecí siendo el hermano fracasado. Tu padre siempre lo hacía todo bien. Tu padre lo pillaba todo a la primera. Todo el mundo estaba orgulloso de tu padre. Pensé que cuando se fuera de casa la cosa cambiaría, pero solo empeoró. Tu padre tenía una familia preciosa y una vida rodeada de éxito. Él lo tenía casi todo. Y yo... yo no tenía nada. Pero todo se iba a arreglar con la muerte del tío Javier, estaba seguro. Hasta que llegó el día en que murió, y nos leyeron su testamento. ¿Y sabes qué pasó?

Luis se queda callado y decide no contestar.

-¿Te ha comido la lengua el gato? Bueno, no pasa nada, te lo iba a decir quisieras o no. Tu padre fue nombrado heredero universal.

Cada vez le daba más miedo esa conversación,

-Tus padres eran músicos excelentes, no lo niego, pero hoy en día es muy difícil vivir de la música. Por aquellos tiempos no estabais muy bien de dinero, y el tío Javier lo sabía, por eso tomó esa decisión. Y esta casa también era suya, os mudasteis aquí cuando él seguía con vida, pero tras su muerte, ya era oficialmente vuestra. Qué pena que quedara tan inservible con el -pone los dedos entrecomillados - accidente, era tan bonita...

-No me digas que aquello no fue un accidente.

-No te estoy diciendo nada nuevo chico, sé por tu diario que ya lo sospechabas. Nunca debiste haber metido las narices en esto, pero ya no importa, lo único que debes saber es que correrás el mismo destino que ellos, como desde un principio tuvo que ser.

-¿Los mataste tú?

Luis mira al suelo por primera vez, buscando algo que encuentra en seguida. Hay unos charcos enormes de gasolina en el suelo. Pretende repetir lo que aquel día pasó.

-DIng ding ding, tenemos ganador. Como premio te voy a contar todo. Luego... luego te mataré – dice esbozando una sonrisa socarrona.

-Verás, cuando me enteré de lo de la herencia de Javier, entré en cólera. ¿Cómo podía ser que después del esfuerzo que había hecho por ponerle la mejor cara ni me lo hubiera agradecido? Pero yo no me iba a quedar con las manos vacías, créeme. Si solo mataba a tu padre, lo heredarías todo tú, por eso desde un principio pensé en acabar con los dos. Si os mataba, el siguiente heredero más cercano sería yo. Pero justo después de disparar a tu padre, la estúpida de tu madre se interpuso entre mi pistola y tú, y no tuve más remedio que matarla.

-No vuelvas a hablar así de mi madre, cerdo asqueroso.

Él sigue hablando como si Luis no hubiera intervenido.

-Entonces aparté su cuerpo de en medio, y te apunté con la pistola. Mira, justo así – dice sacando su pistola del estuche que lleva colgado en el cinturón, camuflado con la enorme gabardina que lleva puesta – Pero entonces, alguien llamó a la puerta – baja el arma y cambia su sonrisa por una fina línea recta – y tuve que salir corriendo por la puerta de atrás. Pensé que el fuego acabaría contigo, pero no lo hizo, por desgracia. Y no, tenías razón en tu investigación, el fuego no los mató, solo fue una manera de destruir los cuerpos y generar una coartada. Los maté yo con mis propias manos, pero el fuego destruyó todas las pruebas y el incidente quedó archivado como accidente doméstico

-Eres escoria.

-Eso no es todo. ¿De verdad crees que lo de que el abuelo fuera enfermando poco a poco fue por su estado de salud? ¡Si siempre le decían que a su edad estaba genial!

-¿También fuiste tú?

-Así es, tuve que envenenarlo. Estaba empezando a sospechar más de la cuenta, ¿sabes? Me miraba cada día con más odio – dice poniendo cara de indignación - Por eso lo tuve que hacer. Como comprenderás, no me quedaba otra opción. Y bueno, ese veneno te satura las arterias poco a poco hasta que te da un ataque al corazón, así que técnicamente no lo maté yo – dice esbozando de nuevo aquella sonrisa tan molesta.

-Eres un asesino.

-Sí, y no sabes lo mucho que odio esto. ¡Las manchas de sangre no salen tan rápido de la ropa! – otra vez vuelve a poner una cara de indignación.

Definitivamente Luis nota que algo en su tío es espeluznante. Cambia su estado de humor de un momento a otro con una facilidad pasmosa. Había escuchado cuando era pequeño que padecía trastorno de bipolaridad, pero no sabía que a tan alto nivel. Además, habla con una frialdad que le retuerce las entrañas. Habla como un asesino, como lo que es.

-Cuando maté a tu padre, tú eras menor, así que, rápidamente, me ofrecí para ser tu tutor. Así pude administrar la herencia, pero obviamente no me hice cargo de ti, ¡lo que me faltaba!, ya había cuidado a mi tío y no estaba dispuesto a tener que aguantar a un mocoso malcriado como tú. Pero ahora que eres mayor de edad, la cosa cambia, y claro, mientras no supieras nada no había problema, porque no ibas a reclamar, pero estabas metiendo demasiado las narices en esto. Tú tampoco me has dejado otra opción.

Saca la pistola y la apunta hacia él.

-Voy a tener que matarte.

Más allá de un sueño - AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora