Más allá de un sueño - AITEDA

A salvo

Escucha la puerta cerrarse, y abre los ojos. Se encuentra en una habitación blanca. Aitana se acerca a él.

+Perdona, ¿te he despertado?

Luis sigue observando su alrededor. Está tumbado en una cama y tiene una vía en el brazo.

-¿Dónde estoy?

Aitana se acerca para darle un dulce beso en la frente.

+Estás a salvo, tranquilo. Todo ha acabado, por fin – le dice sonriendo.

Luis intenta levantarse de la cama, pero un fuerte dolor de cabeza lo detiene.

+Todavía no estás recuperado del todo – dice haciendo que se vuelva a tumbar.

-¿Qué ha pasado?

Los recuerdos de Luis giran confusos en su interior.

+Verás, cuando te desmayaste, fui corriendo hacia ti. Justo en ese momento empezaron a escucharse sirenas en el exterior, por lo que me puse a pedir ayuda. Segundos más tardes la estancia estaba llena de policías y equipos sanitarios. Y de entre todos, salió Lorena, corriendo hacia nosotros para asegurarse de que estábamos bien. Ella los llevó.

-¿Y Ezequiel?

+Esta mañana fue su entierro. Llevas un día durmiendo. Es posible que no recuerdes con claridad todo, ya sabes, la amnesia postraumática. Ya es una vieja conocida tuya – dice riendo.

Cuando llegaron a inspeccionar la vivienda, llevaron a Luis al hospital, y a Aitana le curaron la herida de la frente allí mismo, para poder llevársela a declarar.

Mientras se encontraba en comisaría, apareció el hombre que había huido para declarar. Ahora que su jefe ya no estaba, sabía que era la única manera de que saliera lo más beneficiado posible.

Contó los planes que tenía para acabar con Luis, y llevó muchas pruebas que lo respaldaban. Además, dijo que había una cámara escondida en una esquina del salón grabándolo todo, y cuando hablaron con los compañeros que seguían en la escena del crimen, lo comprobaron y descubrieron que no mentía. Al parecer Ezequiel estaba tan loco que guardaba el momento en el que mataba a sus víctimas como recuerdo para verlo luego.

El hombre fue condenado a un par de años entre rejas por cómplice. Aitana fue declarada inocente del asesinato de Ezequiel ya que había quedado demostrado que fue en defensa propia. Ezequiel fue culpado de la muerte de los padres de Luis, aunque el caso ya había prescrito, pero pudieron condenarlo por la muerte del abuelo de Luis y de uno de sus secuaces, además del intento de asesinato de Aitana y Luis. Una pena que ya no estuviera para pagar por sus crímenes...

En cuanto a Joel, desapareció de la zona sin dejar rastro, por lo que fue puesta una orden de busca y captura. No sería hasta semanas más tarde que aparecería, con el rabo entre las patas, para intentar exculparse de todo aquello. Pero las marcas de maltrato que se encontraban en el cuerpo de Aitana, la parte de la grabación en la que aparecía diciendo que iba a hacerse cargo de ella, y la declaración del secuaz que seguía vivo fueron suficientes para meterlo entre rejas una temporada.

Luis tenía un traumatismo craneal generado por los dos secuaces que se abalanzaron sobre él, y varias contusiones en el resto del cuerpo causadas por la caída en la que rompió la silla y el forcejeo con su tío, por eso necesitó más reposo que Aitana, que solo había recibido el golpe de Joel en la frente. Pero con el tiempo se recuperó completamente, sin secuelas.

Pocas veces un caso se había resuelto tan favorablemente, pero por desgracia, nada servía para quitar el inmenso dolor por la muerte de sus familiares.

Por culpa de su propio tío, tuvo que crecer completamente solo, y sabía que nunca podría escuchar a sus padres diciendo lo orgullosos que estaban de él, ni podrían verlo formar una familia, ni triunfar en su trabajo. Serían solo recuerdos que luego transmitiría a sus hijos cuando estos le preguntaran por sus abuelos. Pero mientras él siguiera vivo, nunca morirían del todo, porque siempre los llevaría a su lado, en su propio corazón.

En cuanto a su tío, cree que jamás será capaz de perdonarle todo lo que hizo.

Ezequiel le arruinó la vida, para siempre.