Plantándole cara

1.1K 41 2
                                    

Cuando Lorena llegó, ambas salieron a buscarlo por los alrededores. Aitana se encargaba de cubrir la zona a pie. Lorena, en coche.

A las 16:00 iban a reencontrarse en la casa de la abuela de Aitana para informarse, y, tras varias horas de búsqueda sin descanso, allí estaban las dos.

Lorena, que acababa de dejar el coche en mal lugar estacionado por las prisas, fue la primera en hablar.

-Nada, ni rastro, ¿y tú?

+Tampoco ha habido suerte.

Lorena pudo ver por el estado tan demacrado que traía la pequeña que se encontraba realmente mal, así que, sin previo aviso, la abrazó.

-Todo va a salir bien, ¿vale? Luis no va a dejar que nada malo le pase, ya sabes lo cabezota que es – le dice sonriendo.

Se separan del abrazo y ahora es Aitana la que interviene.

+¿Y si...? – traga saliva – ¿y si lo han secuestrado?

Lorena sigue estando tan asustada como ella, pero sabe que ir a lo loco no las va a ayudar en nada.

-Lo mejor que puedes hacer es descansar un rato. Mientras, voy a aparcar el coche, que si lo dejo ahí me pueden multar. Y ya que me pilla de camino voy a pasarme por comisaría para interponer la denuncia por desaparición. En cuanto termine, vuelvo.

La vuelve a abrazar y se despiden. Se sube en el coche y, en cuestión de segundos, ya no hay ni rastro de ella.

Aitana decide entrar en casa un rato a descansar.

-¿A dónde te crees que vas?

Conoce perfectamente esa voz, pero a pesar de eso, su temor solo se va incrementando a medida que gira la cabeza, y él va entrando en su ángulo de visión.

+Joel.

-Veo que sigues acordándote de mí.

+¿Qué haces aquí? – dice bastante seca.

-He venido a decirte que siento mucho lo de tu nuevo noviecito.

Aitana tarda un momento en reaccionar.

+¡¿Luis?! ¿Qué le has hecho?

-Nada – dice riéndose – Al menos nada que no se mereciera.

+¡¿Dónde está?! – intenta tranquilizarse como puede y mantener la cordura.

-Muerto – sonríe con banalidad.

Aitana nota cómo su corazón deja de latir por unos segundos.

+Eso es mentira. Sé que sigue vivo. Lo noto – lleva la mano al pecho para reafirmárselo.

-Vaya, veo que ahora eres adivina – ríe a carcajadas bastante sonoras - Tienes razón, no está muerto – se pone serio en décimas de segundo.

Ella suspira de alivio.

-Todavía – vuelve a sacar esa sonrisa que la está molestando tanto.

+Eres un desgraciado – grita Aitana de rabia - ¡¿Dónde está Luis?!

-Están haciéndose cargo de él en esa vieja casucha quemada ahora mismo – mira hacia otro lado con gesto pensativo - Se ve que alguien lo odia más que yo. Curioso – vuelve a mirarla - Pensaba que era imposible.

Aitana echa a correr en dirección a la casa, pero él la detiene en seco.

-¿A dónde crees que vas? Todavía no he terminado contigo. Te voy a hacer pagar toda la humillación que he pasado por tu culpa.

Acto seguido, Joel le pega un puñetazo en la frente que la hace retroceder un par de centímetros.

Nota cómo algo comienza a resbalarse por su mejilla izquierda, y cuando llega hasta su boca, lo confirma. Sangre. Aquella herida mal cicatrizada ha vuelto a hacer de las suyas.

Pero esta vez va a ser distinto. Esta vez nadie la va a salvar, y esta vez tampoco va a ceder.

+Pero sabes qué, ¿Joel?

Él la mira extrañado ya que nunca antes le ha respondido así.

+Que yo sí he terminado contigo.

Y en un momento, le agarra de los brazos para que no pueda escapar, y le pega un fuerte rodillazo en sus partes íntimas, haciendo que caiga al suelo del dolor. No es capaz ni de levantarse.

Decide escribirle unos mensajes rápido a Lorena mientras corre cruzando la plaza.

+Lo han secuestrado.

+En su antigua casa.

+Ven rápido.

Guarda el móvil de nuevo en su bolsillo y sigue corriendo lo más rápido que sus piernas y pulmones le permiten.

No sabe qué va a encontrarse cuando llegue, ni si va a llegar siquiera a tiempo, pero no piensa parar hasta averiguarlo.

Más allá de un sueño - AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora