Capítulo 58

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Consideré lo que me dijo Daniel cuando íbamos acabando y le prometí que me lo pensaría.

Pero estaba muy dispuesta a despedirme de Jesús, lo que no sabia era cual seria el momento y el lugar pero se lo tendría que decir.
Aún me quedaba una semana con ellos pero decidí dejar todos estos pensamientos y centrarme en el momento que estaba viviendo.

Iba con Daniel agarrada y cuando llegamos me separé de él. Me dió un beso en la frente y me separé de él para irme con las chicas del intercambio.

Había mucha gente aunque todavía había gente del intercambio que faltaban por llegar.

Las chicas dejaron sus maletas en el maletero del autobús y nos fuimos a un lateral de la calle.

Nos sentamos en la acera las chicas y los gemelos se quedaron de pie.

Enseguida nos abrazamos y al saber que ya llegaba la hora de la despedida empezamos a llorar.

Después de habernos despedido, las chicas subieron al autobús y Jesus me abrazó mientras veíamos como se iban.

-Pero si las vas a ver muy pronto. Tranquila hija (me dijo Jesús)

-Mentiroso

Él se rió de mi reacción y me volvió a abrazar

-Pero si son sólo cuatro meses hombre

- ¿Y te parece poco?

-Si

-Vete a freír espárragos niño un rato

-Te quiero (me dijo)

-¿Nos vamos? (Preguntó Daniel desde detrás)

-Si (le contesté)

Llegamos a mi casa y nos tumbamos en las camas cada uno con su móvil hasta que nos quedamos dormidos.

Me desperté y no había nadie en la habitación, bajé al salón y los vi a todos en el sofá.

-Que vagos sois, todo el día en el sofá (me reí)

-Mira quien habló (me contestó mi hermana)

Le saqué la lengua y me adentré en la cocina. Escuché unos pasos detrás mías y alguien me abrazó por la cintura y me empezó a dar besos en el cuello.

-Veo a una damisela en apuros y vengó a ayudarla

Me reí y le contesté con un: pues venga, manos a la obra

Jesús subió el brazo y cogió del mueble la leche.

-Gracias (y me acerqué a darle un pico)

-Aquí estoy para lo q necesites mi damisela en apuros

Hizo como si se montara a caballo y se fue trotando al salón.

-Que tonto eres (le dije riendome a carcajada limpia)

-Pero aún así te gusto (me contestó)

-Ya

Se dio la vuelta, me lanzó un beso y se fue por donde había venido. Yo terminé de hacerme el desayuno y volví donde estaban los demás.

-No sabia que tenías un hermano tan divertido (dije mirando a Daniel)

-Se supone que el divertido soy yo (exclamó él a lo que todos reímos)

-Madre mía... Y me queda todavía una semana con vosotros (exclamé)

-Me voy duchar

Asenti y mi hermana subió las escaleras hasta llegar al baño.

-Perdona pero son 6 días y medio porque vamos a perder medio por el concierto que tenemos (volvió a decir mi "novio")

-Habló el don perfecto (esta vez intervino su hermano)

FOREVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora