Capítulo 8

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19 de Junio, 2018.
Kazan, Rusia.
03:15 pm

—¿Estás nerviosa?— pregunta María, la mamá de Julián. Era sanjuanina pero vivía en España hace más de veinte años, con ella fui a ver el primer partido de Argentina en el Mundial.

—Es raro— murmuro, mientras termino de pintarme los labios.

El equipo dirigido por Hierro se encontraba en Kazan, lugar donde España jugaría su segundo partido en el actual Mundial, desde anoche, por lo tanto iban a tener un tiempo a la tarde para pasar con su familia. Marco me había hablado para que vaya a verlo al hotel y no me pareció mala idea pero ahora estaba dudando. Iban a ir todos los familiares de los jugadores, ¿por qué yo debería estar ahí? Y la respuesta la encontraba fácilmente, por Marco.

—Recuerda que esto lo haces por él, lo demás no importan— me alienta. Sonrio.

—¿Ya estás lista?— pregunta Julián, entrando al cuarto de hotel en el que dormía sus padres— ¿Vas a verlo a Marco o a botinear?— pregunta con su raro acento, no llegaba hacer español ni tampoco argentino, era una mezcla rara pero linda.

Ruedo los ojos para luego contestarle irónica. —Tal vez De Gea dejé a su mujer por mi.

—Si muestras un poco más los pechos, tal vez— comenta divertido. Golpeo su hombro cuando paso por su lado para buscar mi campera de jean, vine para el cuarto de Maria para que ella me haga una trenza.

—¡Vamos, mamerto!— digo, luego de saludar a su madre. Él imita mi acción y nos encaminamos fuera del cuarto no sin antes escuchar las recomendaciones de la señora Marto.

Camino acompañada por mi amigo las cuadras que dividían el hotel en donde nos estábamos quedando en Kazan y el hotel de Asensio. Marto me acompañaba para no levantar sospechas, era más factible que hablen si iba yo sola que ir con Julián, ya que el dj es amigo del español.

—Julián Marto y Bianca Julenk— dice mi amigo al de seguridad que se encuentra en la entrada del hotel. Él señor trajeado mira un cuaderno y asiente cuando, al parecer, ve nuestros nombres. Nos dice que tenemos que esperar en loft y nos deja pasar.

Mando un mensaje rápidamente a Marco para que sepa que ya estamos acá. No pasamos ni dos minutos sentados que lo vemos salir del ascensor acompañados de un par de compañeros, entre ellos distingo a Odriozola, por lo que dicen el Real Madrid lo podría fichar.

El mallorquín se acerca a nosotros con una gran sonrisa, se abrazan de manera varonil con Julián palmeando sus espaldas y luego besa mi mejilla, ya lo hablamos con anterioridad y tratamos de no ser cariñosos frente a los demás.

—¿Cómo estás?— pregunto, una vez que estamos en un lugar cerrado donde se encuentran los jugadores de España junto a su familia y amigos.

Se encoge de hombros. —¿Has visto a Dybala?

Frunzo el ceño mientras escucho la risa de Marto.

—¿Emilia te fue a despedir en Madrid?— ríe. Junta más nuestras sillas y pasa uno de sus brazos por el respaldo de la mía.

—Te he extraño, bonita— susurra con su acento que me derrite. Es tan hermoso.

Acaricio su mejilla y siento su leve barba. —Ahora sí, ¿cómo estás, españolete?

—¡Voy de titular mañana!— su sonrisa se expande con cada palabra que sale de su boca. Eso me hace muy feliz por él, se lo merecía.

—¡Eso es muy bueno, mallo, felicitaciones!— interviene Julián, abrazandonos en el proceso.

R U M O R S  | ᴘᴀᴜʟᴏ ᴅʏʙᴀʟᴀ [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora