Capítulo 17

4.6K 226 31
                                    

2 de Julio, 2018.
Paris, Francia.

Bianca Julenk.

Agradezco al chico que trajo el desayuno y luego de darle su propina, cierro la puerta.

Paulo sigue dormido en la cama que alquilamos a nombre de mi hermana, Paloma. Para que nadie sospeche y tampoco teníamos planeado salir del hotel, mis papás estaban en una de las hermosas playas francesas junto a mi hermana, yo me uniría una vez que Paulo tomé el avión a Argentina, en dos días.

Dejo todo en la mesa de suite y voy al baño, necesito duchar y mimar mi cuerpo, Paulo estaba hace menos de 24 horas acá y la única actividad que hicimos fue tener sexo, mucho.

Supongo que nos estamos sacando las ganas antes de que él vuelva a Argentina para confirmar su relación con Sabatini y yo vuelva a verlo a Marco y solucionar nuestros problemas... o dejar ir la rara relación que teníamos.

El equipo español había quedado afuera del Mundial el día de ayer por penales contra Rusia, el país anfitrión. Así que le mande dos mensajes a Marco antes de apagar mi celular.

Todavía no podía creer que solo en un par de semanas cambie todos mis pensamientos sobre el jugador de la Juventus y del Real Madrid también. Paulo y Marco, eran muy distintos. Y ahora yo dudaba si alguna vez estuve realmente enamorada de Asensio y me preguntaba si me estaba enamorando de Dybala. No podía, no debía.

Salgo del baño vestida con un top con el estampado en el frente con fuck you, un short de tela gris tiro alto, descalza y con el pelo mojado.

Me siento frente a la cama a desayunar, estoy tan perdida en mis pensamientos viendo el ventanal que hay en la habitación, que no noto cuando Paulo se sienta a mi lado, su tacto en mi muslo me saca de mi ensoñación.

-Buen día, linda- se estira para conectar nuestros labios, siento el sabor a menta en su boca así que supongo que ya fue al baño-. Estabas en tu mundo, ni escuchaste cuando tire el vaso en el baño- ríe, tomando una tostada.

Me encojo de hombros. -Estaba pensando...

Con la boca llena él habla, limpio una de sus comisuras en donde hay migajas del pan tostado.

-¿En qué?- al parecer mis ojos son muy claros porque Paulo entiende con solo mirarlos el porqué-. No dejes que eso te torture, Bianqui. Ahora sólo somos vos y yo, nada más importa.

-¿Qué le dijiste a Oriana?

-Que estoy en Italia arreglando unos temas del departamento- responde tranquilo, siguiendo su desayuno-. Eu, Bian, solo somos nosotros ahora, amor. Ni Marco ni Oriana importa.

Con sus palabras decido cambiar el chip, solo por éstos días, y que no me importe las consecuencias de nuestras acciones. Aunque yo no estoy haciendo nada malo, no estoy en una relación formal con nadie.

-Está bien, Pau- el sonríe y me da otro beso.

Terminamos de desayunar en conversaciones banales y algunas preguntas sobre la niñez de cada uno. Con esas simples cosas Paulo cambia de a poco mi opinión sobre él.

× × ×

-Nunca tuve sexo en un lugar público- confiesa, mientras caminamos por las calles cálidas de Paris, para llegar a la Torre Eiffel. Lugar turístico que debe estar lleno pero a Paulo parece no importarle, según él nadie lo reconocería por llevar una gorra y camiseta tapando sus tatuajes.

-Depende el lugar es excitante- digo como si nada viendo algunos locales en nuestro camino. Él entrelaza nuestras manos llamando mi atención, primero miro a nuestras manos unidas y luego a su rostro. Sus facciones no son tan duras pero si definidas y como siempre sus lunares son lo que más me llama la atención, entonces mis ojos caen a su boca donde sus dulces y suaves labios son adornados por un sonrisa tierna.

R U M O R S  | ᴘᴀᴜʟᴏ ᴅʏʙᴀʟᴀ [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora