Ganando la Guerra

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Narra Scott.

Era lunes y hoy vendían los cafés especiales, los favoritos de Megan, lleve suficiente para comprar dos y darle uno...Owen no era mi jefe, por lo tanto podía darle el café a Meg sin problemas.

Fui el primero en la fila por llegar temprano, los compré y sentí como estaban recién preparados, ese calor proveniente de la parte de abajo y ese olor peculiar muy parecido Al cacao.

Por suerte Meg se encontraba agarrando los lineros para Francés, me acerqué y le toque la espalda con el codo para darle el café.

-Scott, ¿qué haces aquí?, si te ve West te matará-

-El no es mi jefe, puedo darte todo lo que quiera, no tengo que seguir reglas de idiotas, ya tómalo, se que lo quieres-

Ella rodó los ojos y tomó el café con ambas manos, nos lo bebimos en menos de cinco minutos, realmente estaba delicioso.

-Scott, creo que te dije que no te acercarás a mi novia y menos comprarle café-

-Primero, no eres mi jefe, puedo hacer lo que quiero cuando quiero y además no sabes cual es su café favorito, no la conoces como yo, eres un pedazo de mierda Owen-

De repente sentí como los nudillos de Owen golpearon mi cara, caí al piso pero me levante bruscamente, tiramos nuestras mochilas y se armó una multitud de gente a nuestro alrededor

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De repente sentí como los nudillos de Owen golpearon mi cara, caí al piso pero me levante bruscamente, tiramos nuestras mochilas y se armó una multitud de gente a nuestro alrededor.

Me sone el cuello y lo golpeé fuertemente en la cara, haciéndolo caer hacia un casillero, se levantó y se abalanzó contra mi, se colocó arriba mío dejándome inmóvil y comenzó a golpearme varias veces en la cara, escuchaba como Megan gritaba desde ...

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Me sone el cuello y lo golpeé fuertemente en la cara, haciéndolo caer hacia un casillero, se levantó y se abalanzó contra mi, se colocó arriba mío dejándome inmóvil y comenzó a golpearme varias veces en la cara, escuchaba como Megan gritaba desde la multitud, cuando tomé un poco de aire lo pateé en la entrepierna y le tomé el cuello con los brazos, dejándolo casi sin respiración, cuando se libró Owen una vez más me golpeó la cara, dolía tanto que caí al piso.

-DÉJALO EN PAZ OWEN-

En ese momento Megan se colocó adelante mío, impidiendo que Owen me golpeará nuevamente.

-Eres mi novia, sólo te estoy protegiendo de idiotas como el-

-Ya no soy más tu novia, renuncio a todo, nunca me quisiste, sólo querías ganar protagonismo, esto se acabo-

Megan le soltó una buena cachetada y lo directivos interrumpieron todo.

(...)

Abrí lentamente los ojos, tenía vendado el abdomen y un poco de hielo en la cara, mire hacia un lado y contemplé a Megan llorando.

-¿porque lloras Meg?-

Ella se dio vuelta y aún llorando sonrió.

-Porque fui una estupida al pensar que alejarme de ti sería lo mejor, mira lo que te han hecho por mi culpa, lo siento mucho-

Le hice señas para que se acostara en la cama conmigo, cuando estuvo hecha un ovillo de lana la abrace y apoye mi pera conté su larga cabellera angelical.

-Yo mismo me metí en esa pelea, quería luchar por la chica que amo y lo conseguí, tal vez no termine también pero conseguí lo que quería, estar contigo-

-Pues estaré contigo el resto de mi vida, no quiero a nadie más-

-Tampoco quiero a nadie más, desde que te vi en esa fiesta supe que eras diferente y cuando te fuiste algo cambió en mi, quería volver a verte, estaba enamorado-

Ella acarició mi pecho desnudó y se durmió, era hermosa en todas las malditas maneras, pero al verla dormida todo pasaba a un mejor plano, era tan tranquila y bella.

(...)

Me desperté aún en la misma posición, Megan tenía los ojos cerrados, me salí como pude y la tapé con mi cobija azul, fui caminado hasta el baño y me vi al espejo, mi cara había mejorado, o al menos eso parecía, estaba menos hinchada y solamente tenía los moretones, en cuanto al abdomen ardía como él mismo infierno, me había dado muy fuerte.

Fui caminado lentamente hacia el comedor y vi como un auto se aproximaba, mi madre había llegado.

Corrió hacia mi cundo me vio.

-Me llamaron de la enfermería, te mandaron a casa porque te desmayaste, ¿En que diablos pensabas?-

-Mama estoy bien, no tienes que preocuparte, a fin de cuentas luche por algo que en realidad valía la pena, ahora estoy con Megan-

-Me alegra eso Scott, enserio, pero más vale que no te vuelvas a meter en una pelea, pudiste haber muerto, no quiero perder a mi único hijo, si te pierdo no se lo que voy hacer-

Acogí a mi mamá en brazos y ella me abrazo haciendo puntitas de pie.

(...)

Cuando llego mi padre me sermoneó al igual que mamá, los dos ya habían conocido a Megan así que no estábamos en problemas, quise cocinar para reparar el error de hoy, mi especialidad era la carne.

Le serví a todos y luego nos sentamos a comer, al sentarme un fuerte dolor en las costillas sentí, ahogue un pequeño grito.

-¿Hijo estás bien?-

Mi padre me miraba algo preocupado, había soltado los cubiertos para estar más atento si pasaba algo.

Quería responder que todo estaba bien, pero empecé a toser fuerte, cuando pare note que un líquido pesado y escarlatina salía por mi boca, sangre.

Al levantarme rápidamente, perdí el equilibrio y también sentí como la sangre atorada no me dejaba respirar.

De repente todo se volvió oscuro...

Al diablo con la apuesta (PRIMERA Y SEGUNDA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora