Alguien tiene que cuidarte

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Narra Hope...

Había caído la noche y estaba helando, no podía creer que de noche bajaba tanto la temperatura.

-Lamento decirte que no tengo otra cama, la mía es de dos plazas pero dormiré en el piso, no tienes que preocuparte-

-No te dejare dormir en el piso, hace muchísimo frío, también necesitas el calor de las sábanas-

Trevor sonrió y armó la cama, me colocó una almohada de mi lado.

-Iré a bañarme, te dejare tú espacio-

Al irse saqué de mi mochila una remera negra y una calsa, en mi antiguo hogar siempre la usaba para dormir.

Me recosté en la cama y me tapé hasta el cuello, realmente las sábanas no me calentaban, eran demasiado finas...Cuando Trevor salió del baño simulé estar dormida, la pera y todo el cuerpo me temblaba, sentí como Trevor se recostaba en la cama.

-No tienes que fingir conmigo, noto que tienes frío desde el baño, no me queda otra alternativa que hacer esto-

De repente Trevor se puso muy cerca de mí y me abrazo, su cuerpo cálido me hizo dejar de temblar, le di las gracias y luego cerré mis ojos, estaba cómoda.

(...)

Un ruido muy fuerte me sobresalto, Trevor se despertó con dicho movimiento mío.

-¿Que ocurre Hope?-

-Escuche el ruido de una camioneta acercarse-

Trevor me miro fijamente y se levantó bruscamente, agarro un arma de un cajón y fuimos los dos hacia el comedor.

-Escúchame, Aquí no es confiable la gente, suelen haber muchísimos delincuentes, quiero que te metas en este ropero y no salgas por ninguna razón, no puedo arriesgarme a perderte-

-No te voy a dejar solo, puede ser peligroso-

-no voy a perderte-

Trevor me tomó por las mejillas y me dio un tierno beso en los labios seguido por un beso en la frente, luego me metí en aquel mueble y observé por unos pequeños agujeros que había.

Cuando los tres sujetos entraron me asuste, estaban muy armados, uno de ellos tenía una daga.

Trevor intentó detener a uno pero al ser más lo golpearon brutalmente, Podía ver como la sangre salpicaba, sollozaba dentro del diminuto espacio, no podía dejarlo.

Salí del mueble y me abalancé hacia un sujeto, lo golpeé varias veces en la cara pero el otro me tiro hacia la mesa del comedor, me golpee fuertemente la cabeza.

Uno de los sujetos me tomó por la espalda. De repente Trevor se levantó.

-Suéltala y no saldrás herido-

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-Suéltala y no saldrás herido-

El sujeto que estaba detrás mío se rió y escuché como una arma era disparada, en ese momento Una mancha enorme de sangre se formó en él abdomen de Trevor, cayó al piso de rodillas y yo grite su nombre.

Al diablo con la apuesta (PRIMERA Y SEGUNDA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora