The great Hyunjin-Man! [ Hyunjin SK]

009

Eileen salió corriendo cuando el castigo llegó a la hora en la que se había acordado que iba a terminar, la escuela estaba vacía y silenciosa y, por unos segundos, a la castaña le dio miedo estar caminando por los pasillos de la escuela en esa hora

—pensé que ya te habías marchado— dijo Hyunjin quien llegaba por detrás de ella, notó que la chica daba un brinquito en su lugar mientras volteaba a todos lados —¡Dios, Hyunjin!— se quejó la castaña llevándose las manos al pecho —¿Acaso quieres matarme de un susto?— Hyunjin le negó con la mano y al mismo tiempo con la cabeza —para nada— respondió desinteresado

—Vámonos ya— aquello al chico le pareció una pequeña súplica de parte de Eileen haciéndolo sonreír, ¿No había cambiado en nada, cierto? Sin responder a las palabras de la castaña se apresuró a retomar su andar hacia la puerta principal con Eileen a tan solo centímetros de él. Lo sabía perfectamente, la conocía a la perfección, ya no estaba nerviosa, estaba temerosa, asustada de estar allí, por eso aquella cercanía.

A Eileen pareció brillarle los ojos cuando vio la puerta a unos cuantos metros, se había librado de estar en un lugar tan terrorífico como aquel

Se apresuró a llegar dejando a Hyunjin unos pasos atrás, la castaña estuvo a punto de echarse a llorar en ese momento, ¿Qué clase de broma era esa? ¿Qué clase de alma malvada había cometido aquello? La puerta principal, estaba ce-rra-da.

—No—murmuro para sí misma sin apartar la vista o las manos de la puerta, Hyunjin llegó en segundos hasta donde estaba ella curioso por saber por qué aún no salía de allí

—H-hyunjin... La puerta está cerrada— le informo ella mientras lo volteaba a ver a punto de soltar las lágrimas, el chico comprobó si lo que decía era cierto, y si, efectivamente, cuando empujo la puerta está no se movió ni un poco

—¿Qué vamos a hacer? ¡Pronto va a oscurecer! N-no quiero estar aquí— por un momento el pelinegro temió que lo último que la chica dijo hubiera sido "no quiero estar contigo" pero se había librado, la castaña estaba más preocupada por salir que de estar con él allí encerrada

—Vamos a ver si está abierta otra salida— dijo Hyunjin sujetando la correa de la mochila de Eileen para que lo siguiera unos cuantos pasos atrás de él, la chica no renegó, lo que menos quería era quedarse en la escuela una noche entera, y si Hyunjin podía ayudarla a salir no se iba a negar por nada del mundo, claro que no.

[...]

—Nuestras madres deben estar preocupadas— se quejó Eileen ocultando su rostro entre ambas manos dispuesta a llorar en ese preciso momento, Hyunjin comenzaba a desesperarse de aquella actitud, ahora recordaba cuanto odiaba eso en ella, tan pesimista la chica que hacía que él también lo fuera

—¡Hyunjin!— se apresuró a llamarlo cuando la idea llegó a su cabeza, el pelinegro la observó atento cuando la vio jalar de la manga de su camisa escolar