The great Hyunjin-Man! [ Hyunjin SK]

029

—Gracias por la hospitalidad, señora Hwang. Volveré pronto— se apresuró a despedirse la castaña dando unas cuantas reverencias, Hyunjin se encontraba a su lado, pues había sido obligado por su madre a acompañar a Eileen hasta su casa.

—¿Quieres ir en bicicleta?— le ofreció el pelinegro señalando con su pulgar la bicicleta que se encontraban en el garaje. Eileen lo pensó por un segundo, ¿Caminar hasta su casa o no tener que hacer nada mientras Hyunjin se encargaba y sufría por subir las pequeñas colinas? Se le ilusionó el rostro de maldad mientras asentía con la cabeza.

—¡Vamos! ¿Qué te pasa? ¿No se suponía que eras el grandioso Hyunjin-man?— se burló Eileen a medio camino cuando Hyunjin ya no pudo más, la volteó a ver con furia, o bien, tal vez vergüenza comprimida, pero en aquel momento solo quería hacer que la castaña dejase las burlas

—Me voy a bajar, así nunca voy a llegar a mi casa— dijo la castaña dando un salto de la bicicleta al suelo, nuevamente Hyunjin la volteó a ver —debe ser una broma— se quejó él dejando caer la bicicleta sin apartar la vista de ella —¿Es que acaso no sabes tomar en cuenta mi esfuerzo?— se apresuró a decirle con un tono de voz exasperado —No grites— le respondió Eileen con el ceño fruncido, ¿Por qué Hyunjin siempre manifestaba su enfado de aquella forma? ¿Por qué no intentar hablar guardando la compostura?

—Puedes regresar a tu casa, yo me las arreglo para volver a la mía desde aquí— añadió Eileen dando media vuelta y dispuesta a avanzar —Ya es de noche, no puedo dejarte sola— escucha decir al pelinegro al mismo tiempo en que sujeta la mano de Eileen para evitar que siga avanzando

—¿Qué pasa aquí?— ambos reaccionan al instante cuando escuchan una tercera voz en la conversación y en cuestión de segundos sus miradas se posan en el hombre que está a tan solo metros de ellos —Esta ahogado en licor...— susurra Eileen cuando el olor a alcohol que emana el desconocido le llega a la nariz —¿Este chico te está molestando, pequeña?— se dirige hacia Eileen, está se a apresurado a negarle con la cabeza —He escuchado cómo le gritabas— le reclama a Hyunjin con el ceño fruncido y arrojando al suelo la botella de licor que ya estaba vacía, haciendo que ambos adolescentes se sobresaltaran en su lugar

—Vámonos— se apresura a decir Hyunjin en busca de la mano de Eileen pero en cuestión de segundos el pelinegro se encuentra cayendo al suelo cuando el hombre lo a empujado —¿¡Pero qué hace!?— grita alertada la castaña, al ver a Hyunjin en el suelo. Trató de ir hacia él pero el desconocido se lo impidió cuando la sujetó de ambas manos —¡Esta ebrio! Dejos ir— se apresura a decir pero el sujeto solo se concentra en tirar de ella apartándola de Hyunjin. 

—¡Hyunjin!— es lo único que el pelinegro puede escuchar salir de la boca de Eileen mientras es arrastrada hacia el callejón más cercano por aquel hombre —¡No, no!— la escucho gritar entre lágrimas, entonces dejo de lado el estar desconcertado por el empujón que le había provocado el hombre, ya después se preocuparía por el dolor en la cabeza. Eileen ocupaba ayuda.

—¡Por favor, no!— balbuceo entre sollozos mientras intentaba quitarse al hombre de encima —Deja de lloriquear, al final lo vas a disfrutar— Eileen intentó retroceder cuando las palabras alcoholizadas del sujeto rozaron su oreja —¡Aléjese, maldito puerco!— respondió golpeando el pecho de él pero simplemente lo hizo reír. Se estremeció al sentir las manos del hombre entre sus piernas, subiendo hasta llegar al borde de sus shorts, le negó con la cabeza ahogándose entre sus propias lágrimas mientras intentaba soltar palabra alguna que le ayudará a salir de aquella situación.

—¡Aléjate de ella!— grito un Hyunjin furioso mientras empujaba al hombre con fuerza sacándolo de encima de Eileen. El pelinegro no le dio oportunidad al hombre de recobrar postura cuando el más joven ya se encontraba golpeándole el rostro sin detenerse un segundo. Podía sentir el dolor punzante de sus nudillos cada vez que hacían fricción contra el rostro de aquel bastardo.

—¡Vámonos!— escucho a Eileen decir deteniendo el puño de Hyunjin para hacer que se pusiera de pie, se miró la sangre en su nudillo, le revolvía el estómago saber que era de aquel malnacido pero al mismo tiempo le daba gusto haberle dado su merecido, después de todo por estar tan borracho ni siquiera pudo defenderse ni una vez. No le negó a Eileen irse en ese momento, ambos se apresuraron a salir del callejón, incluso sin su bicicleta.

Iban con un paso veloz, y el silencio entre ambos era condenadamente ensordecedor. Ninguno de los dos se imagino que llegarían a estar en una situación como aquella. Lo único que querían era alejarse lo antes posible de aquel ambiente.

—¿C-cómo está tu mano?— le preguntó ella, mirándolo por el rabillo del hombro, Hyunjin la volteó a ver, con las rodillas sucias al igual que su ropa, y su rostro con las lágrimas secas que había soltado en aquel momento. —Tu madre me va a matar— le respondió con una mirada de decepción, decepción por si mismo.

Y si, efectivamente. La madre de Eileen casi lo mata, pero no por la decepción de no haber cuidado a su hija, en realidad casi mata a ambos por ser tan irresponsables y venir por las calles a tan altas horas de la noche.

Eileen observó a Hyunjin del otro lado del sofá, la TV estaba prendida pero el volumen estaba tan bajo que era casi imposible de escucharlo —No te vayas— le murmuró, haciendo que poco después Hyunjin saliera de sus pensamientos para voltearla a ver. Ni siquiera se había percatado cuando él mismo se paró del sofá —Mamá debe de estar esperándome— le respondió él

—Mi madre le puede marcar a la tuya, puede explicarle la situación para que te recoja mañana— se apresura a decir la castaña —Hyunjin, no te vayas. Es peligroso— le repite avanzando hasta él dando brinquitos en el sofá para acercarse. —Eileen...—

—Por favor, quédate.— murmura entre su timidez cuando sujeta la cintura de Hyunjin para abrazarlo

¿Les he contado que tengo insomnio estos últimos días? ;-;