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—Concéntrate— hablo el pelinegro con voz exigente, desde que habían llegado del campamento lo único que hacían aquel par era ensayar la coreografía que les habían pedido. Eileen casi desertaba en ese mismo minuto. 

  —No puedo más— expreso Eileen cuando casi se da de bruces contra el suelo en una mal pisada de un paso, Hyunjin frunció el ceño con displicencia pero prefirió guardar silencio y dejar en paz a la chica, al fin y al cabo llevaban un buen rato practicando y él también se sentía algo cansado. Observó como Eileen dejaba caer la espalda en lo fresco del suelo y miraba en algún punto invisible del techo, Hyunjin trato de encontrar lo que tanto miraba la castaña pero al final se dio por vencido avanzando hasta donde se encontraba ella para al final recostarse a unos metros de distancia de ella. A Eileen le inquietaba tener a Hyunjin cerca, siempre lograba ponerla nerviosa, sea por lo que sea siempre lo conseguía y era algo que trataba de esconder de él. —Deberías ir a mi casa para practicar también.— expresa el pelinegro fingiendo estar distraído mirando el techo, como lo hacia ella antes de que Hyunjin le robara la atención de la castaña ganándose la mirada de la chica solo para él

Eileen no supo que responder, no estaba muy cómoda con la idea de ir a la casa de Hyunjin y pasar las tardes con él, no es que le desagradara, más bien, le temía, no quería volver a ilusionarse con él. Además quería irse con Seungmin en la salida y si iba a la casa de Hyunjin a practicar ya no podría ir con Seungmin —Estoy ocupada— bisbisea la castaña haciendo que Hyunjin girase el rostro para verla a frente a frente y dejando en claro que aquello no era la respuesta que quería oír de parte de ella. ¡Ahí estaba otra vez! Eileen nunca hacia nada de lo que Hyunjin le pedía, ¡Siempre lograba sacarlo de sus casillas sin el más mínimo esfuerzo! —¿Ocupada con Seungmin?— rezonga Hyunjin sentándose para poder verla mejor, saber si su siguiente respuesta era una mentira. Eileen se preguntaba cuanto tiempo Hyunjin pensaba en Seungmin como para atinar que era él la razón por la cual ella no quería pasar las tardes practicando en la casa del pelinegro todos los días. 

—Ya me voy— le dice mientras se precipita para ponerse de pie, pero Hyunjin no esta dispuesto a dejar que se marche sin más, sea o no Seungmin el culpable de que Eileen no quiera prepararse más tienen que llegar a un acuerdo para reforzar sus practicas, no puede dejar que se vaya, de modo que ha tirado de la mano de Eileen, aunque al final implementando más fuerza de la que hubieran querido ambos provocando que la castaña cayera de forma torpe sobre el pelinegro soltando un gritito por el susto pero no tuvo de que preocuparse, Hyunjin ya se encontraba recibiéndola con los brazos abiertos cuando se dio cuenta de su error y consecuencias.

  —Lo siento, no era mi intención— declara, haciendo que Eileen se remueva en sus brazos por el cosquilleo que su voz provoca cuando su respiración choca contra el cuello de la castaña. Los nervios de Eileen casi la hacían explotar en ese mismo momento, ¿Qué debía hacer? si se movía sería muy incomodo para ambos, ¿qué demonios se suponía que debía de hacer? 

  —¿Estás bien?— le pregunta el pelinegro volteándola a ver. No mires sus labios, si lo haces te rapas el cabello, si lo haces te rapas el cabello, ¡No lo hagas Eileen! es la tentación en persona. Seguro que si. Nadie puede resistirse al grandioso Hyunjin-Man. No cuando su nariz rosa la tuya pidiendo permiso para besarte de aquella forma. Besar a quien le habías dado tu primer beso inocente y torpe, sin ninguna experiencia sin duda alguna era completamente distinto cuando volvías a besarle después de años y siendo más grande. Se tomo su tiempo para saborear y sentir los labios de Eileen contra los suyos, siendo completamente suyos, no pudo controlarse más cuando la escucho soltar al aire, y entre sus labios,  un pequeño jadeo que lo volvió loco. Probablemente las hormonas de ser adolescente pero de un momento a otro tenia a Eileen acorralada entre el suelo y él 

no tardo en inclinarse hacia ella para volverla a besar pero se detuvo inmediatamente al percatarse de la mirada cristalina que los ojos de la castaña tenían —Esto no está bien...— murmuró al borde de las lágrimas sin apartar la vista de Hyunjin —¿Por qué?— Pronuncio Hyunjin sin dejar de verla. Eileen trago saliva sin poder responder, porque eres mi amigo, porque estamos en la sala de practicas, porque no me amas... Era lo que quería decirle, pero al final nada de eso fue lo que dijo, sino algo más.

 —Porque tu eres el maravilloso Hyunjin-Man— murmuró y con una vaga sonrisa forzada se dispuso a continuar hablando  —y yo simplemente soy una chica fea con un sobrenombre igual que ella— Hyunjin observo el rostro de Eileen por unos segundos, viendo como las lágrimas de la castaña  recorrían su pequeño rostro hasta resbalar por sus mejillas ruborizadas. Era tan tierna ante los ojos de Hyunjin pero le dolía saber que el causante de sus lágrimas era él. Se inclino para depositar un pequeño beso en los labios de Eileen mientras limpiaba sus lágrimas con ambos pulgares  —no me beses...— murmuro por lo bajo la castaña, recibiendo otro pequeño beso de parte de Hyunjin —No lo hagas...—volvió a repetir, Hyunjin le asintió con la cabeza dándole un ultimo beso en la frente  para después hacerse a un lado y observar como la castaña se ponía de pie escabulléndose con rapidez por la puerta del salón de practicas y desapareciendo de su vista. 

The great Hyunjin-Man! [ Hyunjin SK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora