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—¡Muere Eddy! ¡Muere maldito hijo de...!-

—¡Eileen!— su madre la interrumpió reprendiéndola por su vocabulario —Dejen de pelear, Eileen Eddy ya borro el vídeo— habló su madre cansada de escuchar a sus hijos pelear en la sala desde hace ya un rato.

Eileen estaba molesta por el vídeo, pero estaba más molesta por aquellas palabras que había dicho sin pensar, si tan solo Eddy no hubiera subido el vídeo a YouTube ella no hubiera salido corriendo y entonces Hyunjin no hubiera ido a buscarla ¡Y ella no hubiera dicho lo que terminó diciendo! ¡Joder!

—¡Agh, Eddy!— se quejó entre lloriqueos mientras por fin dejaba en paz al hermano menor para echarse a llorar en el sofá, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que lo llamo así? ¿¡Cuánto!? —¡Ay, no puede ser!— repitió con frustración escondiendo el rostro en algún cojín que estaba cerca. 

—Sal a dar un paseo, Eileen. Despeja la mente o tu fin de semana va a ir mal— le sugirió su madre, la castaña giró el rostro mirando en dirección a la ventana, observando el maravilloso clima que se veía por esta. Tal vez no era una mala idea, tal vez le vendría bien a su mente estar un rato afuera después de un largo día de escuela.

Pasear por el parque con la mano agarrada a la de sus problemas y penas porque su madre prácticamente la había echado de la casa porque no guardaba silencio, por fortuna no le pidió que se llevará a Eddy con ella sino sería capaz de mandarlo a nadar con los patos en ese mismísimo momento.





[...]







—¿No piensas hacer nada?— le preguntó la señora Hwang al pelinegro quien estaba echado en el sofá de la sala con los ojos cerrados, pero su madre sabía perfectamente que no estaba dormido, al contrario, estaba tan despierto pensando en algo que no lo dejaba tranquilo desde hace ya un rato.

Se puso de pie sin previo aviso haciendo que su madre lo mirará con una ceja enarcada —Iré a ver a Min— le avisó a la señora frente a él, ella le asintió sin más mientras lo observaba marcharse con algo de rapidez, lo mejor era no preguntar qué era lo que ocurría en aquella cabeza si el chico todavía no estaba dispuesto a hablar por si mismo. 

Hyunjin-Man. 

Era lo único que pasaba por la mente del pelinegro mientras caminaba por la calle en dirección a la casa de la chica en la que debería estar pensando en vez de aquellas palabras, ¿Cuantos años habían pasado sin escuchar ni una vez ese apodo? Él no creía que Eileen lo recordara después de tanto tiempo, pero allí estaba, demostrándole que lo recordaba y no, no hablaba del sobre nombre sino de él. 

Le ponía de nervios, a saber el porqué, pero le ponía de nervios.

Sin darse cuenta una absurda sonrisa se dibujó en su rostro, había visto a Min a lo lejos y no tardó nada en llegar hasta ella, la chica le sonrió al instante —¿Cómo te va en el instituto?— pregunto ella, Hyunjin había conocido a la pelinegra desde hace unos meses en una cafetería cuando fue al centro comercial un fin de semana. Hyunjin se balanceo con los pies mientras le sonreía algo tímido a la chica.

—Todo bien— respondió haciendo que la chica por alguna razón riera ante su respuesta.

Min sospechaba de los sentimientos del pelinegro y con tan solo imaginarse a aquel chico guapo y alto como su novio se volvía loca, estaríamos mintiendo si decimos que la chica no era superficial pero a Hyunjin le valía un bledo eso porque estaba cegado por el amor y cariño que tenía hacia la pelinegra, pero pese a todo esto Min, por el momento, no tenía la intención de hacerse más cercana del chico.

The great Hyunjin-Man! [ Hyunjin SK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora