Estoy en la cafetería enterrando mi cara en un libro para pasar desprevenida ante un grupo de jugadores de rugby que comentan el próximo partido animadamente.
Creo que Harry no está entre ellos pero podría aparecer en cualquier momento y no creo que sea el mejor momento para hablar de mi maldita ansiedad social.
-Nichole- Suena una voz grave a mi espalda y se encoge mi corazón antes de girarme- ¡Es broma!- Exclama Jared estallando en carcajadas- ¿No te has cruzado aún con él?
-Ugh- Balbuceo y doy una suave palmada en mi frente- Ni siquiera sabría qué decirle. Es que me siento como...
-Eh, Nichole no tienes por qué...- Comienza a decir Jared.
-No, no. Déjame acabar, necesito expresarme ahora si no quiero explotar- Suspiro y prosigo- Debería hablar con Harry pero es que me siento como si no estuviera a su nivel, como si él no fuese la clase de chico que se fijaría en mí y... demonios... ¡me ha besado!¡Harry me ha besado y no podría pedir nada más al cielo porque él es estupendo y...
-¿Te gusta?
-Sí- Afirmo- Me gusta de verdad y tengo miedo de no ser lo que él espera de mí.
-Deberías decírselo.
-¿Qué?¿Estás loco?¿Cómo le digo todo esto sin sonar como una idiota?
-Bueno, parece que no tienes que preocuparte por ello...- Susurra y el alma se me cae a los pies.
-Ehmm... uhmmm... ¿qué?- Balbuceo al sentir su respiración en mi nuca.
Me giro para encararle y él toma mis muñecas con una de sus manos antes de estampar sus labios en los míos dejándome completamente helada.
Una burbuja crece a nuestro alrededor y las miradas de recelo y asombro, los vitoreos de sus amigos, la boca abierta de Jared, e incluso mis pensamientos se apagan para dar paso a un calor abrasante que sacude mi columna vertebral y me impulsa a besar con avidez los labios de Harry.
Lo necesitaba.
Necesito hundirme en su aroma y no salir de este sueño nunca más mientras él apoya el casco de su equipación en la mesa para tomar mi rostro entre sus grandes manos.
-Eres muchísimo más que suficiente, nena- Susurra cuando ambos nos separamos en busca de aire.
