Capítulo veintidós: Efímero

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Aviso importante al final :3

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Aquel 27 de enero de aquella tempestuosa mañana, Kirigakure Shura estaba a punto de perder la paciencia mientras esperaba en el sitio en el cual había estado entrenando a Rin Okumura para aquel día. Suspiró al ver que estaba siendo histerica por un mísero minuto de retraso del chico, le era inconcebible preocuparse así por alguien.

Además, se avergonzaba un poco de las medidas tan...estrictas, a las que terminó recurriendo. No quería admitir que tenía miedo de que Rin fuera ejecutado al no cumplir las condiciones del Grigori, se esforzaba por mentalizarse que aquella inquietud se debía a que todo su tiempo y esfuerzo podría irse a la basura si la Orden saboteaba la prueba. 

— Oh, ¿A qué debo tu inesperada visita, Shura?

No se preocupaba por él...

— ¡Qué descortés! Es una falta de educación acudir a casas ajenas tan temprano y demostrar modales tan deplorables. Su habitación está en el segundo piso, tres puertas a la derecha.

No se preocupaba por él...

— ¡¡Okumura!! 

¡Con un carajo, que no se preocupaba por él! Sin consideración alguna, abrió la puerta de una patada y sin pensarlo dos veces no dudó en tirar al menor de la cama. Rin despertó debido al dolor de impactar con el suelo y miró con cierto temor a la iracunda pelirroja.

— ¿¡Por qué demonios continúas durmiendo!? ¡Levántate de una vez!

— ¿¡AH!? ¡Son las 4 de la mañana, maldita tetona! ¡Aún faltan 5 horas para la prueba!

— ¿¡Crees que eso me importa!? ¡Te dije que practicaríamos una última vez antes de ir a la Sede! ¡Levántate y alístate ahora!

La molestia en los ojos azules fue ignorada por la joven exorcista y el chico no tuvo más remedio que obedecer mientras ella le esperaba. Cuando Shura tomó asiento en el sillón de la alcoba, notó de inmediato que alguien había estado durmiendo en este hacía muy poco. Bufó cuando ni siquiera pudo enojarse con Mephisto debido a la preocupación actual que tenía.

"Esto es rídiculo..."   

Sus ojos se pasearon por el lugar, y cuando recayeron en las cajas abiertas junto a la cama, la curiosidad y el querer distraerse un poco lograron que husmeara en ellas. El notar que eran las pertenencias empacadas del mayor de los gemelos le extrañó al principio debido al tiempo que Rin llevaba viviendo ahí, pero todo se aclaró al divisar la última...

"Cosas del viejo"

Fue fácil darse cuenta de lo que eran cada una de las cajas después de leer esa pequeña oración. Shura no tardó en abrirla con cuidado y observar los objetos que contenía. El que más destacaba era un grueso libro de cuero que se hallaba hasta el fondo. Antes de darse cuenta, ya lo tenía entre manos.

Antes de razonarlo, ya lo había abierto. Apreció una corbata negra y un alzacuello aferrados a la parte interna de la tapa, no reconoció el sentimiento que la embargó al saber a quien le pertenecía la segunda prenda. No obstante, fue lo que la impulso a mirar algunas de las páginas de aquel albúm, especialmente las del final. Cuando la vida de Rin aún no se había destrozado en mil pedazos...

Dejó de ensimismarse y volvió a la realidad justo cuando escuchó al joven a punto de salir del baño. Hábil, como ella misma era por tantos años de práctica, no tuvo problemas en dejar las cosas tal y como estaban para regresar al sillón y fingir no haber visto nada. El menor le miró conservando un poco de su malhumor.

Llamas azules [AmaimonxRin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora