Mephisto se permitió soltar un pesado suspiro de alivio, la alegría de ver su habitación intacta sería indescriptible. Posó una mirada irascible sobre Amaimon, quien se entretenía comiendo de una bolsa de frituras.
— ¿No dijiste que Rin estaba aquí?
— Éhl dhijho-...
— ¡No hables con la boca llena! Es molesto.
— Shí, lho shiehntho.
Tuvo que esperar a que Amaimon tragara la exagerada cantidad de comida chatarra que traía en la boca, definitivamente el peli-verde no poseía buenos modales.
Pese a ya tener la boca libre, el de ojos azules se tardó un poco en contestar. ¿No "decir" sería un terminó incorrecto debido a que el Okumura era incapaz de hablar?
— Él escribió que estaría aquí.
— ¿Escribió? Amaimon, ¿Acaso no le has dado el remedio?
El gesto negativo del aludido, mientras continuaba comiendo, causó que el demonio de cabellos morados enarcara una ceja.
— ¿Existe una razón en específico?
— Bhuenho...
— ¡Amaimon!
Sólo atinó a encogerse de hombros ante el regaño antes de hacer caso y estar en condiciones de responder adecuadamente.
— Lo siento. Rin juega más conmigo ahora que no puede hablar.
— "Lo fastidias hasta que no le queda otra opción que regañarte, mejor dicho" ¿Sólo por eso?
— También está más tranquilo. ¿Crees que ya esté de buen humor?
Samael, segundo Rey Demonio de Gehena, tuvo la tentación de masajear el punte de su nariz ante el estrés. Ignoraba si su hermano era estúpido o demasiado ingenuo para comprender medianamente a los seres humanos. ¿Que no era capaz de darse cuenta de la depresión del mayor de los gemelos?
Por algo verdaderamente banal y caprichoso desistió de darle la medicina que le haría recuperar la voz. El lado positivo, era que aquel remedio era igual a las gotas para dejar de ver demonios. Sin importar el tiempo que pasara, seguiría funcionando.
Aunque realmente ese detalle le traía sin cuidado. No contaba con que Amaimon tendría ese tipo de comportamiento, pero daba igual. Seguía siendo interesante y no obstruía sus planes.
.
.
Al no querer depender del todo en Mephisto, Rin había bajado hacia la cocina del inmenso lugar para prepararse algo de comer. Sobraba decir que en un primer instante terminó perdiéndose entre tanta decoración similar y pasillos engañosos.
De sentirse mejor emocionalmente, hubiese aprovechado la presencia de los diversos ingredientes para preparar su platillo favorito. Sin embargo, optó por algo más sencillo y rápido de preparar. No había comido nada debido a que Amaimon se convirtió en su lapa personal.
«¿Qué es lo que pretende?»
En una ocasión, durante sus conocidos regaños en el confesionario de la iglesia, Shiro le advirtió varias veces que nombrar las cosas con ahínco volvía posible convocarlas. Que si él seguía maldiciendo tanto, algún día se le aparecería un demonio del cual no podría escapar. Siempre lo tomó como un juego, hasta ese instante.
— ¿Qué es lo que estás haciendo?
Conocer a Amaimon, fuera de un intento de buscar pelea con él, era más desquiciante que tener que combatir con el mismo. Pasó de responderle, a fin de cuentas, no tenía porque hacerlo. El demonio se dedicó a observarle.
ESTÁS LEYENDO
Llamas azules [AmaimonxRin]
Fanfic"Todo el mundo va a perseguirte. Buscarán hacerte daño de cualquier manera posible. Tanto humanos y demonios dejarán caer su odio sobre ti" Jamás le dio tanto peso a esas palabras hasta que lo experimentó en carne propia. Los daños físicos sanan con...