Capítulo XXIV

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Respiro profundamente y me observo en el espejo de cuerpo completo del hotel que alquilamos para nuestra boda.

Kwan se negó a separarse de mí durante toda la noche, la noche anterior unas terribles náuseas me hacían devolver el estómago cada cinco segundos. Sabía la razón, pero no quería decirla enfrente de Kwan.

La maquilladora hizo un excelente trabajo al cubrir las ojeras mías, y aunque en algún momento Kwan se negó, aplicó algo ligero que cubriera las de él. De igual forma se veía encantador.

—¿Puedo pasar?

Me estremecí de pies a cabeza al escuchar la voz de Enrique. Mi madre había estado en contacto con él desde que yo le había informado que iba a casarme, y aunque mi actual padre iba a entregarme a Kwan junto al juez, se significaba mucho que él estuviera aquí.

—Claro.

—Estás bellísima. —comentó
—Gracias, tú igual.

Observe como sonrió y después sacó una pequeña caja de terciopelo de su saco color crema. Kwan y yo en la sencillas pero significantes invitaciones que entregamos pedimos que vinieran vestidos de este mismo color.

—Es un pequeño presente, compré uno para hombre de la misma forma para Kwan. Ya lo trae puesto.

Sonreí y me di media vuelta para que colocará la cadena en mi cuello. Observe mi reflejo en el espejo cuando escuché el clik y observe una pequeña cadena color oro en mi cuello, de ella colgaba una Luna.

—Gracias.

—Es la mitad de mi regalo de bodas.

Reí cuando me abrazó con fuerza y salió riendo de la habitación. Segundos después mi padre entró por ella. Mi verdadero padre.

—Estás hermosa.

—Y tú muy guapo. A decir verdad, Antonella, la chica de las copias me ha pedido tu número telefónico.

—No seas mentirosa.

Ambos reímos y así era la forma en que él podía calmarme. Sabía que no era mi padre biológico pero para mi lo era, padre no es quién engendra sino el que cría.

—Bien, es hora de llevarte con Kwan.

Asentí nerviosa. Los famosos nervios de novia se hicieron presente cuando empecé a caminar

(....)

—Yo, Kwan Adams Rey te aceptó a ti, Victoria Angelita O'Kelly en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. En lo bueno y en lo malo, hasta que la muerte nos separe.

Observe a Kwan poner el anillo en mi dedo anular. Sus ojos aún se veían brillosos, consecuencia de las lágrimas que soltó en cuanto me vio entrar a la recepción.

—Su turno señorita.

—Yo, Victoria Angelica O'Kelly te aceptó a ti, Kwan Adams en la buenas en las malas, en la riqueza y pobreza, en la salud en y en la enfermedad y serte fiel hasta que la muerte nos separe.

De igual forma que él, puse su anillo en el dedo anular. Escuché como río cuando mis manos temblaron.

—Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe nunca. Puede besar a la novia.

Observé a Kwan con una sonrisa y él lo hizo de la misma forma.

—Te amo. —dijo
—Te amo. —respondí

(....)

—¿Bueno me escuchan?. —la voz de Kwan se escucho por toda la recepción —Quiero decirle unas palabras a mi esposa.

Espero a que todos tomaran asiento, una vez que todos estábamos sentados se aclaro la garganta y empezó a hablar.

—Hace mucho tiempo dije que nunca iba a casarme. Todos o la mayoría conoce mi antiguo yo, un mujeriego que jugaba con las mujeres. Pero ahora ya entiendo lo que mamá me decía de chiquito.
«Cuando encuentres al amor de tu vida, no querrás separarte ni un segundo de ella» ahora le voy a decir que tenía razón, como en todo lo demás. —toda la audiencia río —Conocí a Victoria hace dos años pero la deje ir, me arrepentí en el momento en el que ella salió de mi casa, la busqué por cielo mar y tierra pero no la encontré. Ahora le agradezco a Nathaniel por haberle dado ese artículo en el cual ella tenía que entrevistarme. —Nathaniel sonrió ante la mención —Desde entonces he esperado tanto por esto que ahora que lo tengo, no voy a dejarlo ir tan fácil. Pasamos por muchas cosas, buenas y malas, y siempre estuve y estaré para ti. Te amo.

Los aplausos no se hicieron esperar, me levante de mi asiento y camine hasta él. Besé sus labios y después me dirigí al micrófono.

—Buenas noches, quiero agradecer de ante mano que todos ustedes pudieran asistir a nuestra boda aunque ha sido un poco rápido. —respire profundo —Este momento es el momento perfecto para darle mi regalo de bodas a mi esposo. —Martha sonrió y todos los demás me miraron confundidos Kwan incluido —Muchos de ustedes saben la etapa desgarradora que vivimos Kwan y yo hace no menos de seis meses. Y Kwan, amor, se que has estado preocupado por mi salud los últimos días, pero te dije que tenía justificación. —Martha de acercó para entregarle una pequeña caja —Abrelo —dije

Todo mundo parecía estar atento a cada movimiento de Kwan. Sacó la tapadera y después los pequeños recortes de papel.

Subió su mirada rápidamente a la mía, asentí mientras sentía que mis lágrimas estaban a punto de bajar por mis mejillas. Con manos temblorosas saco el test casero de embarazo y después el sobre con los análisis de sangre donde efectivamente decía.

«Prueba de embarazo; Positiva»

—Voy a hacer papá. —susurró —¡Voy a hacer papá!. —gritó frente al micrófono.

Todo mundo aplaudió y las felicitaciones no se hicieron esperar.

(....)

—¿Tenemos que concebir el matrimonio hoy?.

Mis párpados se cerraban por si sólos y mis pies dolían.

—Podemos dejarlo para otro día. —dijo Kwan dejándome en la cama —¿Estás muy cansada?. —preguntó y asentí —Bien, entonces esto será entre el bebé y yo. —habló para después besar mis labios y ponerse a la altura de mi vientre.

—Así que eres tú el que ha hecho que mami me preocupe demás. —río ante su mención —Ya notaba un poco pasada de peso a mamá pero pensé que era por la boda. —reí después de haberle soltado un golpe en el nuca —Esperaba ese golpe. Quiero que sepas, que pase lo que pase, siempre siempre voy a estar para ti y para mami. Te amo mi bebé. A ti también te amo Victoria.

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