Capítulo VI

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Sus labios a movimientos de los míos, mientras sus manos se encontraban aferrados con fuerzas a mi pequeña y estreña cintura. Sus dientes tocaron los míos, y sentí la gloria cuando su boca encontró la mía, pero siempre algo mal pasaba.

Pero ahora no era algo, si no alguien.

—Sigo aquí.—la voz molesta de Antonella se escucha a las espaldas de Kwan —Kwan tenemos un vuelo que tomar. —observo por encima del hombro de Kwan y la observo de pie con los brazos cruzados por debajo de sus pechos.
—Ella irá con nosotros, has lo posible por conseguir un vuelo en el mismo tiempo.—ordena Kwan con su rostro entre mi cuello —¿Victoria?.—me habla.

Despegue la mirada de la de Antonella, la cuál ahora estaba conectada con la mía, y fijé la mirada en él.

—¿Vas conmigo al viaje?. —preguntó con una sonrisa en su rostro cuándo fijó su mirada con la mía.
—No. No tengo ropa conmigo.—contesté aún anonadada.

Kwan sonrió al mismo tiempo que oímos como Antonella exclamaba algo inaudible.

—¿Pasa algo Antonella?.—le preguntó Kwan, ella negó y él volvió a fijar su mirada en mí —Por eso no hay problema, podemos pasar por una maleta a tu casa de camino al aeropuerto.—sugirió Kwan, y sin dar muchas vueltas al asunto asentí.

Esperé en la sala junto a Antonella, mientras Kwan trataba de buscar el vuelo que "no pudo conseguir" Antonella. Cinco minutos salió con una mueca de desagrado en su rostro y supe que no había conseguido vuelo más pronto que el de tres días después. O eso nos había dicho ella.

—Bueno, hay malas noticias.—habló tomando asiento enfrente de nosotras dos —No hay vuelo más próximo que hasta las siete de la noche. —dirigió su mirada a Antonella y así lo hice para verificar que la muy perra sonreía —Me encantaría que fueras en ese vuelo Antonella.—dijo Kwan tomando por sorpresa a ambas mujeres.

Sentí mi mandibúla caer hasta el suelo cuando escuché que pronunció esas palabras, y fui testigo de como Antonella borraba su sonrisa para dar paso a la furia en sus facciones.

—¿Qué? ¡Kwan tenemos una junta mañana a las nueve de la mañana!.—vocifero gritango, se paró de su asiento y camino en circulos con las manos en su cabeza.

<Drámatica, pensé>

—Lo sé, y sacando cuentas llegas a tiempo.—dijo Kwan con tono de voz autoritario.

—¡Pero no puedes hacerme esto! ¡Se supone yo tengo que viajar contigo, no ella!.—chilló golpeando el suelo con esos increíbles tacones rosas pastel, qué sí, debo decir que me gustaban.

—Bueno ha habido un par de cambios y la aerolínea está enterada de esos cambios.— sentenció Kwan.

Con su andar de macho todas mías, Kwan se encamino hasta la habitación y regresó al instante con su maleta y bolso de mano para el vieja. Resignada Antonella tomó su bolso y con un fuerte portazo se despidió de nosotros.

Sin decir ni una sola palabra, Kwan y yo salimos del departamento de él. Después de que subiera sus maletas al maletero y abrirme la puerta, emprendimos camino hacía la casa de mí madre, dirreción que le puse en el GPS para no ir dándole indicaciones.

—Puedo ir en el vuelo de la...

—Ni se te ocurra decir eso, Victoria.—habló él mirándome de reojo—Soy el jefe y Antonella tiene que acatar mis ordenes le parezcan bien o mal.—dijo doblando a la derecha cuando la voz del GPS lo indicó.

—Pero mañana tiene junta temprano y ¿No crees que será algo pesado para ella?.—pregunté preocupada.

No es que me importase mucho ella, pero el sólo saber que por mi culpa no podría dar su cien por ciento en esa junta, y que probablemente por mi culpa la despediran, me afectaba demasiado.

—Deja de preocuparte por ella Victoria.—habló Kwan sacándome de mis pensamientos—Ella es una excelente asistente, se que le irá bien y que hará mañana su trabajo como es.—dijo Kwan dando por finalizada la conversación, pero pronto volvió a hablar—¿Villas de California?.—preguntó burlón cuando entramos al resinto. 

Me encongí de hombros cuando le permitieron el acceso al ver que yo iba con él. El guardia de turno me sonrió al pasar por la cabina y le regresé el gesto.

—Casa de mis padres.—fue lo único que solté durante el transcurso a mi casa.

Cuando llegamos bajé rápidamente antes de que él pudiera salir y abrir la puerta, y con su sola mirada sabía que estaba reprochandome esa acción. Tomó mi mano cuando llegamos a la puerta de mi casa y toqué, entonces escuché una voz masculina a nuestras espaldas. 

Cerré fuertmente los ojos cuando escuché su voz, y volteé unos segundos después de que Kwan lo hiciera. 

—Tus padres no están Vicky.—dijo Alonso, mi vecino.

Vecino que se había enamorado de mí justo un mes después de que me mudara con mis padres, amigo de mi hermano y favorito de mi padre. Perfecto para ambos hombres importantes en mi vida, pero había un problema. Él no me caía bien ni siquiera para ir por una copa. 

—Alonso que sorpresa, ¿Sabes si Alexander se encuentra?.—pregunté soltando la mano de Kwan y sintiendome completamente fuera de lugar con estos hombres en el mismo lugar.

Alonso no me caía bien, pero no hay que negar lo bueno. Y es que Alonso estaba demasiado bien, tenía unos increíbles ojos azules, junto a su cabello color castaño claro que resaltaba sus irís azules.  Lo bueno no se negaba y él estaba demasiado bueno.

—Sí, está adentro.—susurro pasando por el medio de ambos, y abriendo la puerta para entrar él. 

Haciendome saber que él también estaría en casa. Suspiré molesta y después de sonreírle a Kwan levanté los brazos en resignación y lo invité a pasar a mi lindo hogar.

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Buenas nochesssssss..

Primero que nada lamento la tardaza, no sé que me sucedió pero no podía escribir......Pero hoy he encontrado el momento perfecto para dedicarles un tiempo y así escribir este cap. 

Espero que les haya gustada, ¿Qué opinan de la portada?

Bss, Norma. 

 

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