Capítulo V

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—¿Qué?. —pregunté anonadada

«Dios, este hombre»

Acababa de informarme que probablemente—y de no ser por él golpe en mi cabeza—hubiera terminado nuevamente entre las piernas de Kwan. Y ahora venía y me decía que ¿Iría con él a un viaje?.

—¡A caso estás loco!. —grité —¿Pretendes que vaya contigo un estúpido viaje? ¡Tengo una jodida herida en la cabeza que duele como un demonio y pretendes....
—Qué vayas conmigo a un viaje, sí. Mi madre dijo que cuando despertaras, tenías que tomar la pastilla que tienes a lado. —señaló la cómoda y mi mirada se encontró con dos pastillas —La azul es para desinflamar y la blanca para el dolor. —salió del armario —Tengo ese viaje a Londres por dos semanas allá, y tú tienes un mes para entregar la entrevista sobre mí ¿Piensas desperdiciar tanto tiempo?. —preguntó con el tono de voz más molesto que había escuchado en mi vida.
—¿Cómo sabes que tengo un mes para la entrevista?. —le pregunté confundida.

Observe como Kwan avanzaba hacia a mi con una sonrisa triste en su rostro y eso sin duda me confundió más.

«¿El hombre todas mías triste? Ajá y yo nací ayer.»

—Tengo experiencia en eso. —se acercó lo suficiente para que nuestros alientos se mezclaran —Normalmente las personas que quiero en mi vida duran sólo un mes. —un beso en mi mejilla —No eres la primera en entrevistarme. —lentamente su lengua se pasó por mi cuello -Pero si la primera que quiero en mi vida. —beso me quijada.

Y cuando estuvo a punto de besar mis labios, me separe. No sé cual fue el motivo, ó porque la reacción pero lo hice.

—Ya me tuviste una vez, y no me valoraste. —dije en un susurro saliendo de la cama.

Escuché un bufido molesto por parte de él, y sin importarme mucho me dirigí al baño para hacer mis necesidades.

Cepille mi cabello con las manos, y lavé mi boca con un cepillo que recién había sacado del empaque.

Cuando salí del baño, mi respiración término atascada en mi garganta provocando una repentina tos en mí. Llamando la atención de Kwan.

—Lo entendí. —dijo de repente.

Fruncí mi ceño en confusión antes sus palabras, e hice de todo mi autocontrol para no lanzarme hacia él cuando se acercó lo suficiente a mí.

Pantalones negros, camisa formal color negro y una bufanda color gris en su cuello, que había ver sus ojos más intensos al contraste con ella.

—Entendí que te necesitaba en mí vida, justamente cuando saliste por esa puerta. ¿Tarde no?. —aunque fue una pregunta para él, asentí —Necesitaba sacarte de mi vida porque había empezado a sentir estúpidas cosas cuando te veía.......
—¿La mejor manera era esa? ¡De esa forma tan cruel tenías que sacarme de tú vida! ¿Tan egoísta eres que no pensaste en mí?. —lloré cerca él, muy cerca —Te odio por eso......
—Lo sé. —dijo.

Reí sarcástica, apunte con el índice su pecho y mirándolo despectivamente dije;

—No tienes ni puta idea de lo que hablas. —mi mandíbula estaba tensa, al igual que mis brazos —¡No sabes nada de lo que pasó después!. —grité separandome.
—¡Claro que lo sé! ¡Acaso no crees que me enteré que te corrieron de Men's and women's! ¡Crees que no se que regresaste a casa de tu madre!. —se acercó de nuevamente a mí, sus ojos hicieron conexión con los míos y todo la seguridad que tenía se fue al retrete cuando pronunció las siguientes palabras; Crees que no sé, que trataste de matarte.

Inmediatamente y en cuando sus palabras llegaron a mis oídos, aparte mis ojos de los de él.

«Odio haberme vuelto una mujer sensible»

Sentí sus dedos enredandose en mi cabello, después los colocó detrás de mi oreja y levantó mi mentón para verlo a los ojos.

—Me he preguntado desde que me enteré, ¿Porqué lo hiciste? ¡Dios eso fue una estupidez!. —susurró, después fui consiente un Kwan Adams que no conocía para mi.

Un Kwan Adams, enamorado.

—Nunca nadie lo sabrá. Pero si quieres que tú consencia este sin culpabilidades. —me aparté de él —No fue por ti.

Separandome totalmente de él, salí de la habitación. Recorrí todo el lugar descalza hasta llegar a la cocina, dónde si su permiso me preparé un café.

—¿Cariño?. —el grito proveniente de una mujer, hace que instántaneamente los dedos se resbalen de la taza.

El sonido hueco de la taza impactando el suelo marmolado de la casa de Kwan, alerta a él susodicho y aparece con la cara afligida en preocupación. Parece respirar de nuevo cuando me observa de pie en la cocina y después fijándose en la segunda persona después que yo, fruncé su ceño.

—¿Antonella? ¿Qué haces aquí?. —articuló Kwan asombrado.

Tragué en seco cuando la mujer apareció en mi campo de visión y observé detalladamente a esa mujer. Aquella mujer de piernas largas, cuerpo esmelto y cabello rubio de aquella noche estaba a escasos centimetros de mí.

—Hoy es el viaje, ¿No lo recuerdas?. —dijo como si nada.

Como si con esas simples palabras ella hubiera perforado nuevamente mi corazón.

Tomando todo el autocontrol en mí, me las empeñe para salir de la cocina sin que ninguna lágrima se derramara por mis ojos. Respirando profundamente salí de ahí y me encerré en la habitación para buscar mi ropa y largarme de una vez por todas.

—¿Victoria?. —la voz de Kwan al otro lado de la puerta, hace que mi corazón se desenflene de un momento a otro —Déjame explicarte las cosas. —dice.

Su voz suena suplicante, pierdo el control en mí persona cuando para aspirar profundamente las primeras lágrimas caen. Observo mi ropa en la esquina de el sófa en "L" y rápidamente me la colocó.

Abriendo la puerta lo primero que veo, son sus ojos.

—Tengo que irme. —es lo único que sale de mis labios y parece ser, que eso le ha hecho perder el control.
—Vas a irte, cuando tú y yo ya hubiéramos hablado. —ignorando su presencia paso a su lado —¡Maldición Victoria, no te irás hasta no haber hablado tú y yo!. —me retiene del brazo.
—¡Tú y yo no tenemos nada de qué hablar! ¡Ni siquiera sé qué mierda hago aquí!. —vociferé gritando —Alejáte de la puerta. —sentencio.
—¡La primera y última vez que te dejé salir por ella, perdí todo! ¡Perdí tú amor, y te perdí a ti! ¡Y te juro por dios que no dejaré que eso vuelva a pasar!. —sentenció él, antes de estrellar su labios con los míos.

Sin importar que Antonella estuviera viendo.

Sin importar nada.

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