6.El chico sin nombre

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A/N: He estado viendo KnB de nuevo, y no puedo evitar pensar que Kasamatsu Yukio es adorable a su manera xD DEDICADO A: Nunii: Fiel seguidora en las sombras de mis historias, y la que muchas veces logra que me ponga a trabajar pateándome el trasero de forma llamativa, o amenazándome con quemar cosas jajaja. Evan Akira-kun: Primer follower oficial de éste fanfic *YEY*


El día había sido duro y extremadamente largo y si a eso le sumamos que aún me esperaban un par de horas de trabajo... sólo quería pensar en llegar a mi apartamento y morir allí mismo tan pronto entrase por la puerta.

Izaya Yuuzan Ninja mode : ON

Una vez finalizada la sesión de entrenamiento y cuando todos estaban distraídos aún con sus preguntas a Ikemen-kun, decidí que era mi oportunidad. Asique me colé en los vestuarios femeninos rezando para no cruzarme con nadie.

Con suerte la entrenadora Aida, pese a no ser siempre muy femenina, tenía ese poder de previsión que parece poseer toda chica, a excepción de mi, claro está.

Una vez localizado lo que necesitaba, salí de allí tan rápido como un suspiro. Si no me apresuraba iba a llegar tarde al par de horas de trabajo que me esperaban por delante, y no podía negarle un favor a Kofuku-chan, que siempre me había ayudado mucho desde que me mude aquí.

Me subí a mi tabla de un salto, y patiné con la poca fuerza que me quedaba, obligándome a moverme lo más rápido que mis cansadas piernas me permitiesen. Ya veía el parque a lo lejos, por lo que sin pensármelo dos veces me bajé de la tabla de un salto, la lancé y cogí al vuelo echando a correr en dirección a los servicios. Eché una rápida ojeada antes de comprobar que todo estaba despejado y me colé en el femenino.

En una carrera, me asée lo más rápido que pude, rebuscando en la bolsa por el cambio de ropa que le había cogido prestado a Aida senpai sin consultarle. Me esperaría una horrible y sangrienta muerte en caso de que se enterase... Glubs.

La parte de arriba del uniforme femenino me quedaba un pelín justa, pero por ahora serviría perfectamente hasta llegar al café maid donde trabajaba a veces.

Metí el uniforme del equipo a presión en la bolsa, junto con la peluca y me desenredé rápidamente mi larga melena castaña. A punto estaba de salir disparada como una loca para cuando me percaté de que aún llevaba las lentillas puestas.

Suspiré derrotada volviendo al lavamanos y rebusqué en la bolsa por el blister para guardarlas. Desgraciadamente ésta era una de las razones por las que no podía revelar información al capitán Hyūga o a los demás, cada vez que me preguntaban por mi extraña manía de tapar mi ojo derecho con un parche, cuando me ponía seria en los partidos.

Resulta que con mi heterocromía completa, al tener un ojo de color azul y otro marrón, cuando me pongo las lentillas y utilizo mi habilidad 'del sendero', suelo ver borroso por el lado derecho. Ésto se debe, a que el color base de mi iris es demasiado oscuro y en contraste con la lentilla me hace forzar el triple la vista. Por lo que si estoy jugando y uso mi habilidad, las líneas que 'veo dibujadas en mi cabeza' acaban demasiado difusas por culpa de la lentilla y como con el lado izquierdo veo bien, me provoca dolor de cabeza y acabo mareándome. He ahí el gran y estúpido secreto.

Rápidamente comprobé que todo estaba en orden, aunque agradecería profundamente que los calcetines me llegasen a las rodillas... Sigh, he de decir que las faldas de Aida senpai son más cortas de lo que parecen.

Salí del baño trotando a toda prisa, intentando a duras penas cerrar la cremayera de la bolsa que parecía a punto de explotar, mientras hacía extraños malabares para sujetar la tabla, que no sabía ni donde meter.

Seirin no BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora