Había empezado la mañana de buen humor, me preparé para ir al Instituto y cogí el skate.Patiné todo lo rápido que mis cansadas piernas me permitieron y al llegar al Seirin subí corriendo las escaleras en dirección a mi clase.
Tomé la curva a máxima velocidad y me di de bruces con alguien.
"Ouch..."
El moreno levantó la cabeza y me miró atónito. Le ayudé a ponerse en pie ya que parecía algo mareado por el golpe y me sentía fatal por él.
"Chibi-same si corrieras así por la pista nuestros adversarios llorarían como nenas" dijo Izuki frotándose su nuevo chichón.
"¡Lo siento senpai! Hablamos luego" seguí corriendo hacia mi aula, ya faltaba poco. ¡La puerta se estaba cerrando! e instintivamente metí la mano.
Tuve que forcejear un buen rato para que no me pillasen los dedos.
Faltaba poco para que sonase la campana por lo que abrí la puerta de un tirón, en un intento por arrancarle el brazo a aquel que iba a ser mi perdición esa mañana.
"¡Safe!" Grité entrando de un salto al aula.
Noté como alguien me enviaba maldiciones gitanas directo al cogote.
Me giré cuál robot, despacio, como movida por engranajes oxidados y me topé con la mirada de BaKagami, que mantenía sus ojos llenos de reproche sobre mi.
"¡Estás mal de la cabeza, casi me vuelas la mano microbio!" Me sujetó por el cuello del uniforme.
"¡Y tú a mi los dedos, estamos en paz troll!" Le contesté sujetandole el brazo con el que me tenía sujeta.
Justo en ese instante, el profesor entró por la puerta y tuvimos que dirigirnos a regañadientes a nuestros asientos.
La clase estaba siendo aburrida, estábamos analizando textos literarios, y como solía hacerlos muy rápido tenía que buscar algún pasatiempo.
Vislumbré a Kagami retorciéndose sobre su asiento, parecía estar teniendo problemas con su redacción...
Una sonrisa se dibujó entre mis labios, ¡ él iba a ser mi presa!
Arranqué un pedacito de papel e hice unas bolas, después desmonté el bolígrafo BIC que yacía inerte sobre mi pupitre.
Recargué mi nueva arma improvisada y guiñando un ojo me preparé para apuntar, y el disparo, fue certero.
Kagami se llevó la mano a la nuca, con gesto dolorido y comenzó a buscar al culpable.
Rápidamente me eché sobre el pupitre y fingí estar durmiendo.
El pelirrojo, desconcertado siguió debatiéndose con su tarea.
Comprobé que el perímetro estaba despejado y volví a meter otra bola en el interior del bolígrafo.
Tomé aire y disparé otro proyectil para poco después volver a recostarme sobre mi mesa.
Un pequeño gruñido hizo que el profesor alzara la vista de su libro. Se levantó de la mesa y por un segundo pensé que mi diversión había terminado.
Sin embargo, se retiró del aula a la sala de profesores a buscar material para la próxima clase.
Iba a repetir el disparo pero alguien de la fila de atrás se me adelantó.
Observé perpleja como Kuroko había impactado de pleno en la oreja de Kagami.
"¡Ya está bien! ¿Quién ha sido?" Gritó el As del Seirin poniéndose en pié de un salto.
No pude evitarlo. Una carcajada brotó de mis labios e instantáneamente asumió que yo había sido el culpable.
Que si, en cierto modo tenía razón, pero él no tenía por qué saberlo.
Venía directo hacia mí, por lo que mi instinto tomó el control de mi cuerpo y salí huyendo del aula, dejándo así a todos perplejos.
No aflojé el paso hasta llegar a los servicios y una vez allí torcí a la derecha.
Tenía un mal presentimiento por lo que iría a la enfermería a dormir hasta que se me quitase de encima la extraña ansiedad que sentía.
Mi sexto sentido no solía fallarme, y eso era lo que me daba miedo.
Antes si quiera de que pudiera llegar a la enfermería, un anuncio por megafonía me interrumpió.
"Izaya Yuuzan acuda a secretaría" recitaba la secretaria a través del micrófono.
Oh-oh....
Pegué un sprint y no tardé nada en llegar a secretaría.
"Soy Izaya Yuuzan, me han llamado por megafonía " dije simplemente apoyándome en el mostrador de forma despreocupada, aunque no me sentía así en absoluto.
"Si, aquí tienes. Te acaba de llegar ésta carta de tu familia"
Asentí cogiendo el sobre que me tendía.
Me aterririzaba abrirlo, seguramente era de mi abuelo o de Masako nee-sama.
Decidí subir a despejarme a la azotea, al menos hasta que reuniera el valor suficiente como para abrir aquella carta.
Estuve unos buenos veinte minutos elucubrando, sobre qué podría querer hablarme mi abuelo tan de repente...
Pero sólo una cosa venía a mi mente, su condición había empeorado. Si, tenía que ser eso.
Suspiré derrotada y abrí el sobre.
"Querida Yuu, sé que te habrán pasado mil cosas por la cabeza al ver ésta carta. Estoy bien, pero la edad no perdona y creo que es tiempo de que vuelvas a casa o al menos me visites para poder hablar de los candidatos que he seleccionado para tu matrimonio. Es hora de que perpetúes nuestras tradiciones con alguien que las respete y comparta."
Te quiere, Yasūtora.
Quería pellizcarme, morderme o cualquier cosa horrible que me hiciera despertar de éste mal sueño...
"¿Ca-casarme? ¡Pero con quién!" Grité furiosa oprimiendo la carta en mi puño cerrado.
Me sentía furiosa, sabía que tenía un deber para con mi familia y su legado. Pero nunca imaginé que estaría obligada a casarme por ello.
Tenía que volver y negarme rotundamente, aún si eso significaba tener que discutir con el abuelo.
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Seirin no Basket
Fanfiction¿Hasta dónde estaríais dispuestos a llegar para cumplir vuestro sueño? ¿Seríais capaces de renunciar a todo incluído a vosotros mismos para lograrlo? Izaya Yuuzan lo tiene claro, y por eso ha decidido ingresar en Seirin. Donde pretende llevar a cabo...