15. Asumir responsabilidades

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Había tardado menos de cinco minutos en cambiarme y durante ese tiempo Kofuku había estado sollozando, atemorizada por miedo al encuentro que estaba a punto de ocurrir.

Intenté tranquilizarla como pude, pero era bastante obvio que no podría calmarla.

"Te prometo que estaré de vuelta para cuando acabes el turno. Y te acompañaré a casa, para explicarte todo. Pero por favor Fú.... Intenta calmarte" le supliqué con cara de cansancio.

Cuando por fin me dió un leve asentimiento de cabeza, me incliné para besarle la mejilla, como promesa silenciosa de que todo iría bien y me dispuse a salir.

Una vez fuera, ubiqué a los dos muchachos apostados contra una de las vallas del NF café. Y sin perder tiempo fui directamente a encararme con ellos.

"¿Y bien? ¿De que se supone que tenemos que hablar amigos míos?" Resollé con retintín mientras que hacía comillas con las manos ante el título de supuestos amigos.

El pelirrojo me escudriñó fijamente antes de tomarse su tiempo para dignarse a contestar.

"Creo que ante todo nos debes una presentación formal" musitó con tono demandante.

"Llámame Sui-" pero antes de que pudiera siquiera terminar, me interrumpió de forma brusca.

"Creo que después de lo que ha pasado, nos debes tu verdadero nombre. Al menos a Atsushi."

Ladeó la cabeza expectante, a la par que cruzaba los brazos sobre su pecho.

Asique el chico pelimorado se llamaba Atsushi....

"Está bien, creo que se lo debo de todas formas... Mi nombre es Yuuzan" declaré abatida por la culpabilidad que sentía hacia el gigante debora dulces.

El pelirrojo, satisfecho me mostró una mueca sarcástica.

"Bien Yuuzan, como habrás comprobado, Atsushi no puede jugar al baloncesto en éste estado, por lo que considero que al ser tú la causante de éste incidente, deberías ayudarle hasta que se recupere..." espetó complacido, con una mirada en sus ojos como nunca había visto a nadie.

Me estremecí con tan sólo pensar en el incidente y una ola de culpabilidad y remordimiento arrolló a mi corazón , como si de un tsunami se tratase.

Pero... un momento, ¿había escuchado correctamente? ¿Ambos son jugadores de baloncesto? Esto me huele a problemas...¡Grandes problemas!
Tendría que investigar un poco en cuanto saliera de ésta encrucijada.

"Disculpa... ¿acaso me estás ordenando?Considero que debería ser él quien me demande lo que me pides " espeté exasperada señalando al pelimorado a la vez que me encaraba hacia él.

"¿No tienes nada que decir al respecto, Atsushi kun?" Inquirí.

El gigante centró sus ojos violáceos en mi pequeña figura y lo único que se dignó a contestarme fue..

"Maibo..."

Me pedía un JODIDO DULCE. Alucino!

Cansada y a punto de desmoronarme por todo lo acontecido, extendí mi mano y le pedí su móvil, donde anoté mi contacto. Mis venas no dejaban de rebosar culpabilidad.

"Si necesitas ayuda no dudes en llamarme, al fin y al cabo, como ha dicho tu amigo, soy la responsable de que estés así...."afirmé cabizbaja.

Atsushi recogió el teléfono de mis manos temblorosas y se quedó sin yo saberlo, estudiándome un rato.

Y todo bajo la atenta mirada de Akashi, que estaba más que complacido de haber conseguido todo lo que se había propuesto el día de hoy....

Seirin no BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora